Violencias, una muestra que exhibe el camino del horror

Eduardo Longoni presenta en la Biblioteca de la UNLZ un punteo de fotografías que permiten reconstruir un tramo de la historia argentina y mantener viva la memoria.

Por Paola Lederer

El fotógrafo documentalista Eduardo Longoni inauguró en la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) una muestra fotográfica que ofrece un recorrido por algunas de las imágenes que marcaron su trayectoria no solo durante la última dictadura militar, sino también de muestras que reflejan la tristeza y el dolor por aquellas personas que nunca volvieron de Malvinas, la hambruna, la violencia social y la represión.

“Violencias” es una recopilación de retratos tomados a partir de 1979 que marcaron las huellas del terror instauradas durante el período de gobiernos de facto iniciado por Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti. 

Su trabajo como fotógrafo le permitió destacar su capacidad de haber captado con un lente tantos acontecimientos necesarios para mantener viva la conciencia y la memoria de la sociedad. Pero este camino no fue sencillo.

Comunicar lo que veía y sentía en imágenes era muy difícil para mí. Eran pocos los fotógrafos que trabajaban para los medios y nos mandaban a distintos eventos. Debíamos representar de alguna manera el horror que vivía la sociedad en esa época, pero la mayoría de las fotografías que tomamos las tuvimos que guardar en un cajón por muchos años”, contó a AUNO.

La muestra que se expondrá hasta el 16 de septiembre en la Biblioteca en el marco de los 50 años de la UNLZ no solo representa un punteo por los diferentes sucesos que dejaron como resultado las consecuencias de un genocidio con un total de 30 mil  desaparecidos sino que también comunica el desamparo económico y la destrucción social generada durante esos años.

Asimismo, cada fotografía traza una línea que refleja la instalación del horror que implicó la violencia en una sociedad oprimida “destinada a marcar los cuerpos de la resistencia, la oposición, la crítica” y la represión, según define una descripción de la muestra publicada por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM).

En términos conceptuales, realiza un recorrido cronológico por los restos que dejó la Guerra de Malvinas (1982), el movimiento de Madres de Plaza de Mayo, el alzamiento carapintada (1987) junto con el ataque al cuartel de La Tablada (1989), los atentados a la Embajada de Israel (1992) y AMIA (1994) y los saqueos durante la crisis del 2001.

Eduardo Longoni se enfrentó al ejercicio de documentar cada uno de esos hechos desbordados de violencia ocurridos tanto en el ámbito social como en los medios de comunicación, y a la vez que debió guardar silencio y no publicarse por un tiempo indefinido.

Su pasión por estudiar Historia despertó una curiosidad por adentrarse en el mundo de lo social. Comenzó su trayectoria de reportero gráfico en 1979 como un intento de conseguir trabajo fijo e ingresó a la agencia Noticias Argentinas (NA).  

Por estos tiempos, “Videla era prácticamente un vecino, yo me levantaba a las 7 de la mañana para ir a trabajar y tenía el peor horario, porque los actos en general se hacían a la mañana. Era una situación horrible ver a los militares todos los días”, admitió  Longoni.

La fotografía que marcó su incipiente trayectoria fue una que tomó durante la “Marcha por la vida” de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en 1982. Él la define “cómo una bandera puede contra la brutalidad”. “Es una imagen que quiero mucho”, confesó.

En ella se observa el ejercicio del poder que emplean los caballos contra dos madres que solo tienen una bandera, pero también la suficiente fuerza y potencia como para “enfrentar a la caballería que intenta cerrar el paso a su plaza”, explicó. 

Con el correr del tiempo, Longoni comprendió que los documentos no siempre salen a la luz de manera contemporánea. Es posible que muchas de las imágenes que quedaron guardadas y fueron publicadas tiempo después se resignifiquen y cobren aún más valor.

MÁS QUE UN PERÍODO DE TORTURAS Y RESISTENCIA SOCIAL

Otra de sus obras más representativas fue publicada en 2007 con su primera presentación de “Violencias” en el Teatro San Martín de la Ciudad de Buenos Aires. Es la de un grupo de militares argentinos en 1981 que simboliza “la mirada que todo lo controla”, el poder absoluto ejercido por medio de la fuerza, las Fuerzas Armadas en sí mismas. 

Para él, el oficio del fotógrafo se encontraba inmerso bajo el lema de “lo que no se ve, no ocurre”. En una situación de mucho peligro y terror como lo fue el genocidio de aquella época, “no queda otra que acostumbrarse, muchas veces de forma inconsciente”.

PL-AFD

AUNO-14-09-2022

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