Lo mataron de un disparo mientras esperaba el colectivo en Wilde y su comunidad busca que sea reconocido como «Siervo de Dios» por el Vaticano

Jorge Pérez fue asesinado el 6 de marzo de 2000 en esa ciudad del partido de Avellaneda. El obispo Marcelo Margni había presentado al papa Francisco los testimonios para empezar la causa. «Era una persona que sobresalía porque tenía a Dios muy presente en su vida», contó uno de los impulsores.

«La juventud no fue hecha para el placer, sino para el heroísmo». Esa es la frase que puede leerse en la tumba de Jorge Cristián Pérez, un militante católico de 22 años que fue asesinado de un disparo mientras esperaba el colectivo en la localidad bonaerense de Wilde. A 25 años del crimen, su familia y sus amigos buscan que el Vaticano lo declare como Siervo de Dios, lo que representa un paso más cerca de la beatificación.

Pérez nació el 28 de septiembre de 1977 y militó en la Acción Católica Argentina en la parroquia Nuestra Señora de Luján de Sarandí, en el partido de Avellaneda. También era amante de la música y conformó una banda de rock Inconclu junto a sus amigos.

El grupo ganó la medalla de oro en los Torneos Bonaerenses en 1994 y un año después, tocó con Lito Nebbia, Los Auténticos Decadentes y Adriana Varela, según consignó el diario El Sureño en una nota publicada el 3 de febrero de 1995. 

«Era una persona que siempre tenía tiempo para todo el mundo«, recordó Lucas Bordona, un compañero de Pérez en la parroquia y uno de los impulsores de la causa que busca reconocer la labor del joven con su comunidad, en diálogo con AUNO

Para Bordona, el joven «era una persona que sobresalía porque tenía a Dios muy presente en su vida«. Todos sus proyectos se desvanecieron el 6 de marzo del 2000, cuando Pérez fue asesinado.

Él estaba en una parada de colectivo cuando lo balearon durante un enfrentamiento entre dos personas en el cruce de Casacuberta y Méndez, en Wilde. Su familia hizo la denuncia, pero «la causa jamás llegó a la Justicia y los responsables no obtuvieron ninguna condena», reclamó Bordona. En la actualidad, los restos de Pérez descansan en el cementerio de Avellaneda. 

Del conurbano a Roma

A 25 años del crimen, un grupo de familiares y amigos de Pérez empezaron a difundir la causa en las redes sociales con el objetivo de que el joven sea declarado como Siervo de Dios por el Vaticano. 

Bordona explicó que la causa empezó con una misa por el aniversario de fallecimiento de Pérez en la catedral Nuestra Señora de la Asunción de diócesis de Avellaneda-Lanús. En esa ceremonia, Elba, una mujer de la comunidad que tenía a su hija internada, llamó por teléfono al sacerdote encargado de presidir. «Ella estaba llorando y a los gritos porque su hija se estaba muriendo«, detalló.

«El padre Raúl lo contó durante la homilía y dijo: ‘Jorge, yo te desafío a que si la hija de Elba se despierta, iniciaremos tu causa’«, siguió Bordona. Para el final de la ceremonia, la joven se había despertado y su madre está convencida de que fue Pérez.

El título de Siervo de Dios busca reconocer la fama de santidad de la persona y sus virtudes heroicas, ya sea por su vida o por haber muerto a causa de su fe. De esa manera, la causa puede avanzar hacia la última instancia del proceso: la declaración de Santo, según lo establece el procedimiento instructorio diocesano o eparquial en las causas de los santos (Sanctorum Mater).

Marcelo Margni, obispo de la diócesis de Avellaneda-Lanús, presentó ante el papa Francisco más de 40 testimonios de personas que conocieron a Pérez. Ocurrió el 29 de octubre de 2024 en Roma.

También presentó el de Daniel Esquivel, el profeta de Villa Caraza, que fue desaparecido y asesinado durante la última dictadura cívico-militar, y sus restos descansan hoy en la parroquia Nuestra Señora de los Trabajadores. Él tiene cualidades de mártir, de acuerdo al obispo.

AUNO-15-05-2025

NV-MB

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