En un pequeño ataúd de madera, la melliza de Daniel Esquivel Antero recibió sus restos en la exESMA, después de 47 años de búsqueda. La parroquia Nuestra Señora de Los Trabajadores, que denunció su desaparición en 1977 y acompañó a la familia en ese doloroso proceso, le dedicó el domingo un sentido homenaje. «Es una persona que hizo política con mayúsculas y entregó su vida por completo«, consideró el obispo que encabezó la misa.

El reencuentro
La restitución de los restos de Esquivel ocurrió el viernes, apenas unos días antes de la conmemoración del 49° aniversario del golpe de Estado que dio inicio a la dictadura cívico militar de 1976.
En una íntima ceremonia en el Espacio de Memoria exESMA, Genoveva Esquivel, hermana de Daniel, y su nieta Daniela, junto a familiares, compañeras, compañeros y compatriotas paraguayos, pudieron reencontrarse con el militante católico de 32 años que había desaparecido el 2 de febrero en 1977.
La entrega fue realizada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que lo encontró en 2005 en el Cementerio de Lomas de Zamora, pero recién pudieron restituir su identidad en 2023, cuando hicieron el análisis de ADN con su hermana. La autopsia reveló que murió por tres disparos que recibió en órganos vitales.

Después de una breve charla y la entrega de los papeles, tuvo lugar la parte más emotiva: los investigadores del EAAF le entregaron los restos a la familia. De uno y otro lado, no pudieron contener las lágrimas.
La familia Esquivel pudo reunirse con Daniel, a quien buscó por tantos años, a partir de la incansable labor del EAAF, aún más valiosa en este contexto de negacionismo hacia los delitos de lesa humanidad cometidos por Junta Militar hasta 1983.

Ese día, con una canción y una oración, el obispo de Avellaneda – Lanús, Marcelo Margni, recibió los restos en la Nuestra Señora de los Trabajadores de Villa Caraza. La inhumación tendrá lugar días después, el domingo 23, para cerrar lo que será el lugar de descanso de Daniel. Su última parada.
El final del viaje
A pesar de las fuertes lluvias del domingo, que provocó inundaciones en el barrio, la capilla de Caraza estaba llena. Allí estaban la familia, las y los compañeros de militancia, sus compatriotas, las asociaciones civiles y las y los vecinos.
«Genoveva te esperó, te buscó, golpeó puertas y siguió esperando como tantos familiares y como nuestras Madres y Abuelas, que nunca pidieron venganza, siempre Justicia«, aseguró el sacerdote Luis Domínguez, que participó de la misa.
Al hablarles a los jóvenes, señaló: «Cuando tengan dudas, la sociedad no les responda, la injusticia los acorrale, sean como Daniel. No eludió los conflictos y ardió de solidaridad toda vez que lo convocaron a definirse«.

También destacó el compromiso de Esquivel con su comunidad. «No se trabaja para hacer plata fácil, se trabaja para cambiar la historia. Porque aquí celebramos a un trabajador que cae con su sangre en el barro, en la plenitud de su promesa, donde se mezclan responsabilidad social, política, ética, llena de amorosa rebeldía», sostuvo Domínguez.

Otro de los oradores de la homilía fue Margni, que consideró a Esquivel como «hombre de fe, obrero, migrante paraguayo y militante». «Con Daniel nosotros tenemos el testimonio de una persona que hizo política con mayúsculas y dio su vida por completo«, resaltó.
Y cerró: «Esta ceremonia es un punto de llegada, porque algo se cierra hoy después de tanta búsqueda. Pero también un punto de partida, porque la memoria de Daniel en este lugar marca el comienzo de algo. Tendremos que encontrar en su testimonio una gran luz».

«Esquivel sigue presente en cada joven que se organiza, en cada trabajador que defiende sus derechos y en cada comunidad que se construye con solidaridad y esperanza«, sumó uno de los miembros de la Juventud Obrera Católica Paraguaya, que se acercaron a la misa.
El integrante de la comunidad de Nuestra Señora de Los Trabajadores e hijo de Leonardo Maidana, cofundador del Equipo Pastoral Paraguayo de Argentina en conjunto con Esquivel, Pablo Maidana, aseguró a AUNO que es una mezcla de «nostalgia, dolor y alegría» poder haberlo encontrado. «Es volver a recordar cómo trabajaba, como recorría el barrio junto a mi papá», describió.
Juan Emilio Etter, uno de los organizadores de la misa, lo recordó por «su simpleza, la humildad, la fortaleza y la profunda convicción de fe para proclamar la palabra y el amor de Dios hacia los hermanos». Y agregó: «Fue un compatriota y un ciudadano del mundo que logró, con su delgada figura, darnos sombra para que el sol nos acompañe en esta cruel y dura realidad que vivimos».

Los restos descansan en un mausoleo especialmente construido para él. Puede visitarse tanto desde adentro como afuera de la parroquia. Es cubo ubicado en forma diagonal a la pared, con una puerta de vidrio de un lado y una placa con una breve reseña de su vida en el otro. Del lado de afuera está la silueta de su foto calada en una puerta de chapa de zinc. Sobre la pared, a un costado, una cruz hecha de azulejos de vidrio blanco. Para que la luz del sol pueda entrar.
AUNO-25-03-2025
NV-MB