Daniel Ontiveros, el artista que hace memoria con cada trazo sobre Malvinas

El virtuoso plástico argentino inaugurará este miércoles a las 17.30, una exposición sobre la guerra de Malvinas en la casa de estudios.

El artista y ex combatiente de la Guerra de Malvinas Daniel Ontiveros inaugurará esta semana en el hall de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) la muestra Post(m)ales donde el arte dialoga con la memoria, la identidad y su experiencia en las Islas.

Desde su infancia en Mar del Plata, Ontiveros estuvo rodeado de arte gracias a su padre, un tallista de madera español que le inculcó la disciplina del dibujo y el estudio de “los grandes maestros” como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y Diego Velázquez. Su formación se forjó con esfuerzo y rigurosa disciplina, la cual se basaba en repetir una y otra vez, por 30 días los mismos dibujos a carbón, tal y como lo hacía su padre, quien fue criado durante la España del dictador Francisco Franco.

“A mi papá le gustaba decorar muebles y pintar al óleo, eso me quedó a mí, que luego me sirvió para a los 16 años ganar un torneo de mucho prestigio en Mar del Plata, el del Club de Amigos de Punta Iglesia, en la categoría de adultos” y luego agregó que él es “un producto de detestar al franquismo y de ser un adolescente en la dictadura nacional”.

Malvinas le atravesó en esa misma época, en donde era apenas un adolescente, que estudiaba y tenía una muy reciente pareja, pero en esa época, los chicos se convertían en hombres muy rápido.

“La guerra no la elegí, pero tampoco me negué. Hice la conscripción, soy clase 63. Nos dieron la oportunidad de ir o no, y por la vergüenza de dar el paso al frente, acepté ir a Malvinas, con una gran emoción”, recordó Ontiveros. Luego, agregó: “Hicimos todo lo que teníamos que hacer, y más, pero perdimos la guerra igual”.

También recordó su experiencia en el frente de batalla, donde vivió bombardeos, que “no es fácil para nadie” y destacó a su compañero de guardia caído en combate, Diego Bellinzona, que estuvo con él hasta último momento y con el Grupo de Artillería 601 de Mar del Plata.

El arte plástico y la identidad nacional

A pesar de tener grandes exponentes, Ontiveros señala que el arte plástico no es tan popular ni reconocido por un “problema de difusión”, en donde las élites fueron las que lo apreciaron y los sectores más “clase media” nunca fue tomado como algo propio, como lo fue, por ejemplo, la literatura.

“El arte argentino es interesantísimo y riquísimo. Hay un problema en cuanto a la visualización de sí mismo, sobre todo en las artes plásticas. Tenemos un problema porque no es apreciado en real dimensión por los sectores nac&pop y sí es apreciado por las élites”, concluyó Ontiveros. 

Tompre l´oeil, 1993 – 2012. Instalación, dimensiones variables

Esto no impidió que artistas argentinos, lleguen al ámbito internacional, como Lucio Fontana, quien pudo a pesar de las “dificultades o injusticias”, y logró esa consagración mundial.

Ontiveros también es reconocido en el plano mundial, ya que participó de varias muestras en Europa y los países centrales, pero para él lo más importante fue cuando ganó la Beca Guggenheim en 2007, lo que le permitió seguir con su arte de manera mucho más independiente: “Mi mayor logro es hacer lo que se me da la gana y tengo gente a la que le gusta eso”.

Señaló que su obra no responde a validaciones de ningún tipo, sino que su arte nace a partir de “una necesidad interna, y que de ello aparecen disparadores, como encontrar una figurita en la calle o pensar en el amor que siento por mi esposa. También pensar en los maestros del arte”.

¿Qué es el arte?

Ontiveros dejó una gran definición del arte luego de “cranearla mucho tiempo” y dijo que “son trabajos de encarnación de perceptos o sentimientos embrionarios con capacidades empáticas y oníricas”. 

La exposición incluirá obras inspiradas en William Turner, artista inglés de finales del siglo XVIII, cuya técnica lo impactó profundamente. Su elección, además, le recuerda su tiempo como prisionero de guerra y las contradicciones de la historia.

“Después de la guerra, volvimos en un buque inglés hacia la Argentina. Atados de pies y manos atrás de la nuca, no sabías qué iban a hacer, si iban a respetar los códigos de guerra o no. Solo podíamos hacer lo que ellos nos decían”, relató Ontiveros.

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