Lomas de Zamora, agosto 25 (AUNO).- Los créditos hipotecarios UVA impulsados por el Gobierno para brindar solución al sueño de la casa propia cumplieron un año. Según el Banco Central, ya fueron otorgados préstamos por más de 7.600 millones de pesos. Pero sólo al 20 por ciento de la población está en condiciones de cumplir los requisitos para recibirlo, de acuerdo a las cifras del Índice Nacional de Estadísticas y Censos. AUNO habló con especialistas y beneficiarios para contarte cómo funcionan estos préstamos variables según la inflación.
Los créditos anexados a la Unidad de Valor Adquisitiva (UVA) funcionan por un índice de actualización diaria creado por la comunicación BCRA A5945, en junio de 2016. Este valor resulta de la evolución del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) y el valor del Índice de precios del Consumidor (IPC), que se combinan. Los créditos buscan cumplir con un viejo slogan de campaña: encontrar una respuesta para la problemática habitacional de millones de argentinos.
Estos créditos sociales prometen pagos iniciales similares a un alquiler y la posibilidad de acceso a más familias (por lo menos en la teoría), pero esconden un riesgo importante en el incremento de la cuotas, conforme van pasando y en la posibilidad del pago en el tiempo.
LUCES Y SOMBRAS
En diálogo con AUNO, el docente de las universidades nacionales de Lomas de Zamora y Quilmes, Rubén Telechea, habló sobre los pro y contras de este tipo de préstamos, y explicó que “el problema” es que “si la inflación crece por arriba de los aumentos salariales, la cuota se vuelve muy difícil de pagar ”.
Telechea advirtió sobre los riesgos de estos créditos: “Una persona que gana 30 mil pesos y saca un crédito por una cuota de 9 mil, ésta representa el 30 por ciento de su salario. Pero si en el próximo año su sueldo aumentara un 20 por ciento pasaría a ganar 36 mil y la inflación fuera del 30, la cuota se convertiría en 11.700 pesos, que entonces pasará a ser el 32.5 del sueldo y así sucesivamente a lo largo de los años seguiría aumentando proporcionalmente respecto de su sueldo”.
“Por lo tanto, la clave para tomar o no estos créditos, creo que está dada por si la persona cree que en los próximos años su salario crecerá más que la inflación ”.
Entre los puntos a favor Telechea destacó la “cantidad de créditos otorgados en lo que va del año”. Según datos del Banco Central significan un aumento del 30 por ciento con respecto al año anterior.
Otras de las desventajas que a priori tiene este sistema es que el total a prestar no debe superar el 75 u 80 por ciento del valor de la vivienda. Por ende, los beneficiarios deberán tener previamente el resto, además de afrontar gastos extras como escrituración y sellados. Si a eso se suma que, en la gran mayoría de los casos, las ventas son libres de gastos para el vendedor, el costo se incrementa mucho.
Un ejemplo: para comprar un departamento de dos o tres ambientes en la ciudad de Buenos Aires (a un valor del metro cuadrado que suele superar los 2 mil dólares, Así, para comprar un departamento de estas características por medio de un crédito una familia deberá reunir ingresos por al menos 34 mil pesos, además de contar 420 mil pesos de ahorros propios.
Si una familia logra reunir esos requisitos podrá gestionar un crédito hipotecario UVA. Sin embargo, según los datos del INDEC sólo el 20 por ciento más rico del país tiene ingresos familiares por arriba de esos 34 mil pesos.
MARCHAS Y CONTRAMARCHAS
Pero los problemas no terminan ahí. El aumento de la moneda estadounidense del último mes (que pasó de 15 pesos a tener picos de más de 18 pesos) lógicamente, modificó los costos de las viviendas en pesos tasadas en dólares y obligó a hacer cambios en esta línea de préstamos.
Se decidió desde el Banco Central llevar de 25 a 30 por ciento el límite máximo en la relación cuota/ingreso y ampliar el plazo máximo de cancelación de deuda, de 30 a 40 años.
Más allá de lo beneficioso o no de esos cambios, se abre una incógnita: ¿Es fiable tomar deuda a varias décadas, con un crédito que está sujeto a modificaciones conforme lo requiera el mercado?
La visión del referente de Inquilinos Agrupados Gervasio Muñoz no es muy alentadora. Aseguró a AUNO que la medida “no tiene nada que ver con un plan de viviendas, sólo sirve para negocio de los bancos”. Según su visión, los UVA “no están pensados para solucionar el problema de la gente* sino para endeudarla con una cuota que puede ser impagable”*.
“Siempre que salen nuevos créditos hipotecarios se aproxima mucha gente a averiguar pero la realidad es que todavía no está en claro cuántos escrituraron”, aseveró Muñoz.
Recordó los peligros de “volver a vivir una situación como la Ley 1050, cuando las personas contraían deudas imposibles de pagar y terminaban mal vendiendo su créditos a las compañías constructoras”. “Los bancos sólo te pueden asegurar que cuota vas a pagar el primer mes* y eso es una locura*”, subrayó.
MI AMIGO EL UVA
Cecilia e Iñaki son una pareja de profesionales que accedió a su primera vivienda en el barrio porteño de Almagro gracias a los créditos UVA del Banco Nación.
“Hoy por hoy, existen dos líneas de créditos: una con tasa fija a la que no teníamos los ingresos mínimos para acceder y otro con tasa UVA a la que sí podíamos acceder; este tipo de créditos a una tasa tan accesible es lo que nos permite pensar en llegar a nuestro primer departamento”, expresó Cecilia.
“Nosotros no solemos coincidir con muchas decisiones de Cambiemos, pero en este caso puntualmente es una posibilidad que no veníamos viendo tan cercana ”, se esperanzó.
¿COMO ACCEDER?
Los requisitos varían según los bancos. El Banco Nación pide una antigüedad de seis meses para los trabajadores de planta permanente, un año y contrato anual vigente para los contratados, un año de inscripción en Ganancias a los autónomos, y dos años de ejercicio de su profesión a partir de su inscripción para los monotributistas.
AUNO-25-8-17
GD-SAM-LT