Un grupo de investigadoras del Conicet estudia el impacto del reloj biológico interno –los ciclos de actividad y reposo– de las personas en relación a los hábitos que desarrollan durante el aislamiento asociado a la pandemia por coronavirus. “Nos interesa entender la manera en que los argentinos estamos viviendo el confinamiento y cómo están nuestros ciclos de actividad y reposo”, sostuvo en diálogo con AUNO una las integrantes de la investigación y jefa del Laboratorio de Genética y Comportamiento del Instituto Leloir, María Fernanda Ceriani.
Nuestros horarios de sueño, el metabolismo, la temperatura corporal y la presión sanguínea son algunas de las tareas de las que se encarga de coordinar nuestro reloj interno para poder tener una fisiología óptima. Los ciclos de actividad y de reposo accionan esta función biológica en el cuerpo humano, pero, a consecuencia de la cuarentena, podrían sufrir alteraciones que perjudican la salud.
Para poder tener un buen funcionamiento del reloj biológico se recomienda exponerse a la luz natural, tener actividades regulares, hacer actividad física, cenar temprano alimentos no muy pesados y evitar una excesiva exposición a pantallas para ayudar a una buena noche de sueño.
“El aislamiento imposibilita salir para tener una adecuada exposición a la luz natural y las casas no suelen estar diseñadas teniendo en cuenta una higiene cronobiológica. Estas condiciones nos hicieron pensar en la degradación de la salud debido a la desincronización del reloj”, explicó Ceriani.
Junto con María Julia Leone, Lia Frenkel, Paula Cramer y Elisa Epstein, la científica desarrolló Mi Reloj Interno, una encuesta nacional que tiene como fin estudiar cómo impacta el confinamiento a los ritmos biológicos y el rendimiento cognitivo de las personas.
“Estamos muy contentas con la repercusión del proyecto. Para poder sacar conclusiones más sólidas, necesitamos que todos los que puedan y quieran colaborar lo hagan lo antes posible ya que cuando antes obtengamos estos datos, más pronto podremos alcanzar los objetivos finales”, señaló Ceriani sobre la investigación financiada por la Agencia I+D+i, por la convocatoria especial COVID-19.
El cuestionario, publicado en su página oficial, es anónimo, se resuelve en 20 minutos y está disponible para que cualquier persona mayor de 13 años pueda participar.
A partir de los resultados se obtendrán datos sobre el estado del reloj circadiano de la población argentina y se espera desarrollar una aplicación gratuita para celulares que contará con una “autoevaluación” del estado del reloj interno de cada uno e incluirá recomendaciones personalizadas que ayuden a mejorar la higiene del sueño.
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