Lomas de Zamora, julio 30 (AUNO).- Antiprincesas, antihéroes y una Cenicienta que no quería comer perdices se reunieron este viernes en la última semana de la 27ª edición de la Feria del Libro Infantil y Juvenil en el Centro Cultural Kirchner (CCK). Allí autoras, investigadoras y editoras de libros infantiles con perspectiva de género hablaron sobre “cómo contar la Educación Sexual Integral (ESI)” en un contexto de “recortes presupuestarios” y “desarticulación” del programa nacional que depende del Ministerio de Educación.
En la exposición, abierta al público, participaron la investigadora y escritora Gabriela Larralde, que produjo el estudio “Los Mundos Posibles” sobre literatura infantil LGBTIQ; la autora de las colecciones Antiprincesas y Antihéroes de editorial Chirimbote, Nadia Fink; la cofundadora de la editorial Madreselva
Verónica Diz, que publicó La Cenicienta que no quería comer perdices; la integrante de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) y el Frente Popular por la ESI Laura González Velasco; y la cofundadora de la editorial cooperativa
Muchas Nueces Lucía Aíta.
Un Estado Ausente
“Si bien antes había pendientes y cosas a mejorar, en el último año y medio el programa de ESI ha tenido muchos recortes presupuestarios. La no compra de materiales por parte del Ministerio de Educación hace que directamente los materiales con los cuales los y las docentes pueden trabajar en clase no estén”, y cuando “no está presente el Estado termina siendo una decisión de cada familia, una motivación individual que es imposible que cubra a todo el territorio”, analizó Larralde, con su bebé a upa y la sala llena, en su mayoría de mujeres docentes.
La investigadora planteó que para que madres, padres o cuidadores compren y lean a sus hijos e hijas cuentos con perspectiva de género es necesario atravesar una serie de barreras como “tener el tiempo y el dinero para acercarse a una librería, saber qué libro pedir, conocer alguno de los libros” de Chirimbote, Muchas Nueces o Madreselva, “que son editoriales chicas y no están en todas las librerías”, y por eso es importante la presencia del Estado y de la escuela para poder “atravesar todas esas dificultades y que puedan llegar a los niños y a los hogares”.
González Velasco también denunció un desfinanciamiento por parte del Estado, ya que, según datos que recopilaron desde El Frente por la ESI, los postítulos vinculados a la capacitación docente en este programa pasaron de “16 mil, en 2015 a 6.700 en 2016, y en este año solamente se abrieron 2 mil vacantes que a los dos días se agotaron y no se abrieron más”, y lo mismo sucedió con la producción y distribución de materiales, que fue de 800 mil en 2015, mientras que “el año pasado tuvimos solamente 40 mil: menos de uno por escuela, pensando que tenemos 50 mil unidades educativas”.
La candidata a legisladora porteña por Libres del Sur también realizó el año pasado, desde MuMaLá, una encuesta a jóvenes de la ciudad de Buenos Aires que indica que los contenidos trabajados en ESI como diversidad sexual, prevención de abusos e igualdad de género fueron mínimos en el tiempo de vigencia de la ley, y sostuvo que desde el frente por la ESI esto les “preocupa muchísimo” y han denunciado “que se esté yendo para atrás”.
“De parte del Estado hay una censura clara a que en las escuelas y en los espacios públicos se eduque en general”, opinó Aíta, “pero sobre todo que se eduque en estos temas. Creo que si analizamos las diplomaturas y posgrados donde más se recortó van a ser sobre temas que profundizan en una sociedad mejor, que es a lo que apuntamos los que trabajamos con infancia”.
Explorar nuevos rumbos
La investigación de Larralde surgió en 2012 a partir de la preocupación de no encontrar literatura infantil con diversidad y perspectiva de género en un contexto en el cual se habían aprobado leyes como la de ESI, matrimonio igualitario e identidad de género, “tres hitos muy importantes legislativamente, pero que sin una implementación ni una participación del Estado ni una cultura o productos culturales que acompañen esos cambios legislativos termina siendo una letra en un papel”.
Frente a esta problemática, la autora sostuvo que su elección de investigar la literatura “tiene que ver con una transformación cultural necesaria para acortar ese desfasaje que existe entre una legislación y una evolución social y cultural”.
A partir de esa investigación, y de “una necesidad al ver que los libros no están llegando a las escuelas y a los hogares”, Larralde consiguió materializar el proyecto de llevarlos a la televisión con el micro “Cuentos de Todos los Colores”, que se puede ver en la pantalla de Paka Paka, y muestra relatos con personajes homosexuales o que rompen los marcos de los estereotipos, y también historias de empoderamiento femenino como La Cenicienta que no quería comer perdices, de Nunila López Salamero.
Este cuento, que toma la base del relato clásico para transformar a Cenicienta en una víctima de violencia de género que logra salir de ese círculo, “puede ser la historia de cualquiera, de todas”, manifestó Diz, quien contó que la primera vez que lo leyó esa historia, lloró.
Conmovida, destacó la necesidad de que el libro llegue a las escuelas, a las casas y a las madres maltratadas, porque “cuando una mujer le lee un libro a su niño o niña, también se lo está leyendo a sí misma”.
Hace unos años, Diz luchó para que el libro se incluyera en los que el Estado comparaba en el marco de la ESI, al considerar que era “necesario” en “una situación de emergencia de violencia hacia las mujeres y aunque no lo consiguió, a raíz de los recortes en el área luego del cambio de gobierno, hoy el cuento llega a los hogares a través de Paka Paka.
Una cuestión de representación
La importancia de que los chicos se puedan ver representados en los personajes reales y reconocidos que retratan Antiprincesas y Antihéroes recae en que “se puedan ver reflejados en otros tipos de personas, que hacen cosas muy diferentes”, remarcó Fink, su autora, en diálogo con AUNO.
Fink analizó que “en general lo que tienden a hacer los cuentos, sobre todo los clásicos, es encasillar los estereotipos en cómo debe ser una mujer o un hombre, y sobre todo acotado a un espacio como es la realeza, los castillos, el reinado, el contexto europeo”, por lo que su editorial, Chirimbote, trata de “traer estas historias reales” como la de Frida Khalo, Juana Azurduy o Julio Cortázar.
“Es evidente que se estaba esperando” un proyecto como la colección de Chirimbote “en toda esta temática que está desde hace muchísimos años trabajándose y que ahora está puesta sobre la mesa, como la violencia contra las mujeres, los estereotipos y lo que generan, y la ESI como proyecto”, reflexionó la autora.
Para Fink, la colección “aporta también a que no se pierda esa ley desde un lugar divertido, y a la vez sin bajar línea, sin decir cómo tienen que ser las cosas, sino contando una historia real y que con eso cada uno pueda hacer lo que quiera”.
Durante la charla, Diz también reflexionó que con los cuentos de princesas y príncipes “estamos educando niñas para el patriarcado y la heterosexualidad”, porque “cuando hay una princesa no es solamente una niña que se viste de rosa y que quiere que un hombre la salve, hay mucho más: es siempre una mujer o una niña que es de alguien. Es princesa porque es la hija de un rey, y está esperando al príncipe para convertirse en reina, y cuando se convierte en reina tampoco va a gobernar, sino que va a dedicarse a hacer hijitos para que sean reyes”.
Las disertantes también llamaron a no subestimar a los chicos cuando de literatura se trata, ya que “ese niño o niña no es menos que nosotros como para que le demos la pavadita de los dinosaurios o las princesas”, opinó Diz, sino que “merecen un nivel de literatura igual o mejor que el nuestro”.
“Con la literatura estamos generando personalidad, conciencia, ganas de hacer cosas, de salir al mundo”, y porque también son “sujetos políticos e inteligentes que saben apreciar la belleza del arte desde pequeñitos”, coincidió Aíta, que creó Muchas Nueces “con la intención de tratar temas sociales y políticos para chicos” respetando la calidad de ilustraciones y literatura que ellos se merecen.
“Política y sexualidad son dos palabras que siempre dan miedo y pareciera que son temas que no se pueden trabajar en infancia, y de hecho sabemos que la ESI se toma muchas veces desde el lado de la biología, pero esta ley justamente viene a decir que no se trata solamente de eso, sino de trabajar integralmente todo lo que se relaciona con nuestra sexualidad, que así como todo lo político es mucho más integral y abarca casi todos los aspectos de nuestra vida desde que nacemos”, expresó Fink.
Según la autora, “tener esto en cuenta y llevar esta bandera es importantísimo porque le da la posibilidad a esta infancia de que crezcan en el hogar que sea, con la mirada e ideología que tengan quienes los y las crían, puedan tener un acceso a la perspectiva de género”.
La creadora de Antiprincesas consideró que, debido a que la literatura infantil “está mediada por madres, padres y docentes, si no se engancha el adulto es difícil que llegue a los niños, porque no tienen la posibilidad de adquirir los libros y muchas veces no pueden leerlos”, por lo que en Chirimbote también piensan en los adultos al momento de pensar las historias.
Durante la actividad, fue proyectado el micro de La Cenicienta que no quería comer perdices y se abrió un espacio para hacer consultas a las disertantes y compartir experiencias tanto desde el lado de la docencia como de la perspectiva parental, e incluso algunos chicos se llevaron sus ejemplares de Antiprincesas y Antihéroes firmados por su autora.
AUNO 30-07-2017
MG-AFG