La violencia de género, el maltrato a los adultos mayores y la diversidad sexual fueron algunos de los temas abordados por médicos, psicólogos y periodistas especializados en esas áreas durante la jornada “Y ahora… las violencias”, organizada por el programa Universidad de la Tercera Edad (UniTE) de la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ), con el fin de que los alumnos que participan de los cursos y talleres del espacio académico puedan tener la posibilidad de reflexionar sobre estas problemáticas.
El decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Gustavo Naón, destacó, durante la apertura del evento, que “como universidad tenemos que estar comprometidos en esta discusión” en relación a la importancia de esta actividad para poder abrir el diálogo y dar soluciones a los problemas en torno a las violencias.
El director de UniTE, Jorge Tognolotti, resaltó que no es solo una tarea del programa generar ese tipo de charlas, “sino que todos los alumnos, tanto de grado como los de este programa tengan la posibilidad de reflexionar sobre esta problemática”. La coordinadora del espacio, Adriana Rozanski, fue la moderadora de los cinco paneles desarrollados en el aula B de esa casa de estudios.
La jornada comenzó con una charla a cargo del psicólogo especialista en Violencia Familiar y docente de Psicología General de la UNLZ, Aníbal Eduardo Muzzín, quien abordó la violencia masculina en la Argentina; y luego continuó con la exposición de la periodista graduada de la UNLZ y especialista en temáticas de género, Mariana Carabajal, sobre “Los medios de comunicación y la violencia de género”.
Además se realizaron las charlas “La violencia hacia las mujeres. El comienzo en experiencias tempranas” a cargo de la doctora en Filosofía y Letras, Marines Bringiotti; “Estrés en la diversidad sexual, corporal y género” por la ginecóloga infanto juvenil y especialista en sexología clínica, Sandra Magirena; y “La violencia hacia los adultos mayores” a cargo del médico especializado en medicina geriátrica, Mario Alfredo Fichman.
Los maltratos en la tercera edad
Fichman destacó que la violencia en personas de la tercera edad “estaba debajo de la alfombra” porque “hasta hace poco era un tema poco conocido en el mundo”. Sin embargo, destacó que en nuestro país se ha avanzado con normativas como la ley 5420 de “Prevención y protección integral contra abuso y maltrato a los adultos mayores”.
El médico clínico explicó que los actos de maltrato “se pueden presentar por acción u omisión” y que “la violencia psicológica es la más frecuente” porque “es difícil detectar a los maltratadores” por tener “una relación de confianza” con la víctima que dificulta el diagnostico.
Además, a modo de autocrítica, analizó que “los médicos no tienen la formación necesaria para tratar estos problemas (como el maltrato y el abuso) en los adultos mayores” dentro de los consultorios.
“Asistimos a una epidemia de viejos”, dijo durante su presentación, para entender que “en 2015 había 650 millones de personas mayores de 60 años en el mundo, mientras que en 2050 esa cifra aumentará a 2 mil millones”. “La gente vive más gracias a los avances de la ciencia y la tecnología que trae como consecuencia la rectangularización (ensanchamiento) de la pirámide poblacional”, sintetizó.
Diversidad sexual y minorías
Por su parte, Sandra Magirena definió al “modelo médico hegemónico” como “machista”. “Los médicos en general (y en gran parte la sociedad) solemos etiquetar a las personas (en varón o mujer)”, señaló, pero hay situaciones diferentes cuando llegan pacientes trans que van a atenderse en sus consultorios.
En cuanto a “las generaciones más grandes”, sostuvo que son “hijas del pacto de silencio” porque no se hablaba sobre sexualidad, diversidad, abusos o violencia; y sostuvo que la deconstrucción es el camino para “cambiar ideas arcaicas”, como por ejemplo que “la identidad sexual no es una elección, sino que es un descubrimiento”.
“Hay una mala relación entre médico-paciente debido a las etiquetas binarias” que pesan sobre personas transgénero o intersexuales. La charla planteó algunos interrogantes sobre las posibles soluciones a la discriminación a las minorías sexuales, étnicas, etarias, entre otras.
“Los principales estresores son las violencias, la pobreza, los acosos (bullying y grooming), el trabajo infantil y la incertidumbre por el futuro”, señaló. Sobre este último punto, agregó que “los jóvenes son los que más sufren de ansiedad porque no toleran la incertidumbre”.
La especialista argumentó que el estrés “es una respuesta fisiológica” ya que “es lo que permite adaptarnos a situaciones complicadas” y por eso no se convierte en algo negativo, mientras que “si esa situación estresante persiste en el tiempo y no se resuelve” se produce “una adaptación patológica o anormal” conocida como distrés. “Eso es lo que realmente nos enferma”, enfatizó.
AUNO-04-09-2018
CSD-SAM