Una función teatral en el exPozo de Banfield

El ciclo “Memoria conurbana” lleva espectáculos a excentros clandestinos de detención del conurbano sur. Crónica de la presentación de El señor Galíndez.


Por Sofía Torres

Llora desde el alma; no puede contener la emoción ante los presentes. Abraza a su mamá y vocifera: “pega fuerte”. Acaba de ver una obra no en una sala convencional sino en un excentro clandestino de detención, tortura y exterminio, el ex Pozo de Banfield. El espectáculo es El señor Galíndez, con dirección de Marcelo Sánchez y Nicolás Cesare, y se presenta en el marco del ciclo teatral “Memoria Conurbana: 40 años de democracia”.

Un cartel con imágenes de los desaparecidos y detenidos cubre la pared del hall principal. Las fotografías congelan mecánicamente los rostros de aquellos que no pudieron sobrevivir, que no pudieron continuar su historia.

En el lugar estuvieron detenidas ilegalmente alrededor de 350 personas, desde 1974 hasta 1978, y la mayoría aún continúa desaparecida. Además, ocho mujeres embarazadas dieron a luz mientras estaban en la maternidad clandestina y nunca pudieron volver a sus hogares, según informes de la Comisión Provincial por la Memoria.

El portero invita a pasar a los presentes a la sala de proyección. Los pasos son cuidados y las conversaciones en voz baja. El pasillo previo está cubierto de obras de arte que reflejan lo ocurrido.

El portero intenta abrir la última puerta para ingresar a la sala pero queda inmovilizada. Como si fuera parte de la obra, las personas quedan encerradas y comienzan a inquietarse. Se escuchan risas nerviosas y frases breves que intentan tranquilizar al hombre de la situación.

Todo intento es en vano, y los encargados invitan a pasar a la sala desde el patio. Un gran portón separa los espacios, y aunque esta vez el hombre ganó una batalla con la cerradura, el armatoste sólo se abre parcialmente.

Llovió durante todo el día, por eso la tarde-noche está fresca y nublada. No se ven las estrellas y el lugar evoca una energía particular. Uno de los encargados señala una pequeña ventana que daba al claustro y dice “es la única luz y el único aire que tenían los presos”.

El excentro clandestino se caracterizó por encerrar a muchas más personas de las que la estructura física podía contener. De acuerdo a informes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, los prisioneros estaban hacinados en calabozos, permanecían años y meses con los ojos vendados, sufrían torturas físicas y psicológicas, recibían escasos alimentos y estaban en condiciones sanitarias deplorables.

Foto: Sofía Torres.

El telón se abre. La primera escena es una situación cotidiana y aunque contiene tintes cómicos, ninguno de los espectadores ríe. No es por la calidad de la actuación sino que el microclima de la sala es tenso.

La obra cuenta la historia de dos hombres, Pepe (Marcelo Sánchez) y Beto (Nicolás Cesare), que en apariencia son comunes y corrientes: charlan con la empleada doméstica (Carla Bianca), llaman a sus familias, aman a sus hijos, hacen ejercicio y hablan sobre temas de la vida cotidiana.

Sin embargo, también son parte de la maquinaria del terrorismo de Estado que sufrió Argentina durante la última dictadura cívico-militar. Esto se refleja cuando aparece un joven (Tomás Alcántara), enviado por un tal Galíndez, para “aprender el oficio”.

Las torturas, las humillaciones y el destrato hacia el joven hacen que la sala quede inerte, atenta y rígida. No sólo por las actuaciones auténticas, sino porque la obra representa lo sucedido años atrás en este lugar.

Todavía quedan dos obras con la temática de la memoria para ver los siguientes domingos de septiembre a las 19 en el exPozo de Banfield: luego de la presentación de Inferno. Casi todo. Ceremonia teatral en tiempos de memoria (dirigida por Sergio Lobo), que fue este domingo; se podrán ver Desde el Pozo: un relato en la oscuridad (dirigida por Cesare); y Malvones: pujar en cautiverio (dirigida por Rocío Córdoba).

Además, el ciclo –ideado por Cesare, director, actor y gestor cultural– continúa en otros excentros clandestinos de zona sur. En el exPozo de Quilmes las mismas obras se podrán ver todos los viernes de octubre a las 19 y en el exInfierno de Avellaneda estarán en noviembre (horarios y días a confirmar).

La obra termina abruptamente y con un final inesperado. La chica llora, un hombre reflexiona, dos corren a saludar a los actores, una mujer sonríe tristemente, una pareja se abraza emocionada. Signos que evidencian que un lugar de tortura y muerte se convirtió en uno de vida y sobre todo, de memoria.

AUNO-12-09-2023
SMT-MDY

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