Un golpe al socialismo chileno

A más de tres décadas del golpe militar que terminó con la “vía chilena al socialismo”, un profesor de historia de UNLZ explicó, en una entrevista con AUNO, cómo el contexto social, político y cultural del período previo y posterior desembocó en la dictadura pinochetista.

La trascendencia de la experiencia chilena en el modelo socialista se debió a que fue la primera en acceder al poder y a las masas a través de prácticas democráticas. En este sentido, el profesor de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) Sergio Gamboa analizó que cuando Salvador Allende asumió su mandato en 1970, el presidente de Cuba Fidel Castro había ido a visitarlo y en un discurso pronunció que las dos naciones estaban hermanadas por el socialismo. Pero “lo destacable del modelo chileno es que obtuvo un apoyo mayoritario del pueblo a través de los votos, es decir, que había llegado por medio de canales institucionales”, consideró.

La conquista del poder por medio de una vía legal “convierte al socialismo chileno en un modelo muy original y esa es la experiencia más contundente que atravesó el país vecino”, aseguró Gamboa.

El período del gobierno de los “upelientos”, tal como lo denominaban las clases medias-altas en referencia a las siglas de la Unión Popular (UP), tuvo características similares al tercer gobierno del general Juan Domingo Perón en Argentina. De manera que, en los países de Latinoamérica de entonces se encontraban en auge los movimientos nacionales y populares.

A fines de la década 1970 se produjo un nuevo ciclo de revoluciones en el siglo, que se dieron en diferentes modelos latinoamericanos que estaban encaminados al socialismo, como en 1968 en Perú con el golpe de Estado del general Juan Velasco de Alvarado, y la asunción de Héctor Cámpora en Argentina, en 1973. De alguna manera, estos hechos tienen visos de conexión con los modelos socialistas nacionales, por este motivo, “no es casualidad que después aparezca un Plan Cóndor, impulsado desde Estados Unidos con el propósito de desarticular a estos movimientos y reprimir a sus actores, tanto Argentina como en Chile, Uruguay, Brasil, Perú y Bolivia.

La caída del régimen socialista chileno se produjo por la intervención de Estados Unidos. A poco de asumir Allende la presidencia, el general Augusto Pinochet estaba en contacto con agentes de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) con el objetivo de derrocar al gobierno de la Unidad Popular.

El contexto mundial estaba dominado por la Guerra Fría entre la Unión Soviética y los EE.UU., y cualquier viso de movimiento popular era considerado por Washington como un paso hacia el comunismo.

Cuando el presidente Allende se encuentró en una situación desesperada por las presiones que recibe desde el extranjero, pidió apoyo a la Unión Soviética debido a que era el único Estado que lo podía amparar, como sucedió con Cuba en el 1961. Pero no obtuvo respuesta alguna, ya que los soviéticos no deseaban provocar a los estadounidenses, que tras la derrota de Vietnam se habían replegado sobre su “Patio Trasero” y no estaban dispuestos a tolerar ninguna intervención “Roja”.

La dictadura de 1973 “tuvo un gran impacto en la sociedad chilena, la dejó divida, segmentada con clases medias-altas que aún hoy reivindican al régimen de Pinochet y su proyecto”.

AAF-LDC-AFD
AUNO-11-09-09
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