Presentaron “Ahora siempre”, la producción que recopila relatos de hijos e hijas de desaparecidos, en la Feria del Libro de Presidente Perón

En el marco de la tercera Feria Municipal peronense, la periodista y militante de H.I.J.O.S Lucía García Itzigsohn contó cómo se construyó el libro que reúne los testimonios de 62 hijos e hijas de desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar. La narrativa, el análisis del resurgimiento de discursos negacionistas y su relación con el periodismo.

La periodista Lucía García Itzigsohn acompañada de Valentina Banylis, docente e integrante de H.I.J.O.S. Presidente Perón.

A pocos minutos de que el reloj marcara las 12 del sábado, decenas de personas se congregaban bajo la sombra de un árbol en la Plaza de los Mástiles, en la localidad bonaerense de Guernica. Sobre una pequeña mesa descansaban dos ejemplares de «Ahora siempre», el libro de H.I.J.O.S. que, en poco más de 260 páginas, relata diferentes experiencias de hijos e hijas de militantes desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar argentina.

La presencia de Lucía García Itzigsohn capturaba la atención de las y los presentes. «Para la Justicia no existe el miedo«, «Remontar el barrilete en esta tempestad», «La lucha es un poema colectivo», «Nadie se salva solo», expresaban a sus espaldas banderas con mensajes que se alzaban como estandartes.

Lucía es hija de Gustavo Delfor García Cappannini y Matilde Itzigsohn, militantes de Montoneros. Su padre desapareció en 1976, mientras que su madre fue secuestrada al año siguiente, tras pasar a la clandestinidad.

La militante y periodista llegó a Presidente Perón en el marco de la tercera Feria Municipal del Libro que se realizó en este partido del conurbano. «Cada uno de nosotros y nosotras pudo poner en palabras eso traumático que nos marcó la vida. Y eso ayuda a poder elaborarlo”, sostuvo Lucía, con micrófono en mano y voz firme.

Escribir desde el recuerdo

Este libro tiene esa doble función: proponer un ejercicio de memoria desde una voz testimonial que pretende ser cercana, pero no solamente en términos individuales, sino colectivos, porque todos somos parte de alguna comunidad y eso tiene una historia que contar, una voz que poner en juego”, adelantó García Itzigsohn.

El escritor Leopoldo Brizuela, que en 1995 reunió a muchos hijos e hijas en un taller para trabajar la escritura y que todos puedan contar sus historias, prologa el libro. Margarita Merbilhaá -hija de Eduardo Raúl Merbilhaá-, aprovechó su espacio en la producción para recordarlo y compartir un poema surgido de esos encuentros.

Otras historias la acompañan: en “Voces”, Lucía Corsiglia recuerda cómo una mañana saltó de su cama porque, tras escuchar una voz, creyó que su madre, María Cristina Mura, había regresado. Su esperanza se diluyó, nuevamente, tras llegar a la cocina de su abuela y encontrar a su tía.

Sofía Caravelos, en tanto, vuelve al 18 de mayo de 1978, el día en que sus papás, Lucía Mirta Swica y Jorge Caravelos, fueron secuestrados, imagina sus días, sus noches y se pregunta: “¿Se habrán podido mirar, tocar o susurrar algo al saberlo?”

“Ahora, como adultos, se puede contar la historia desde otro lugar, pero muchos y muchas hicimos el ejercicio de volver a esa sensación de cuando éramos chiquititos y esperábamos que nuestros padres vuelvan”, explicó García Itzigsohn.

No me acuerdo el color del pintor. En algunas imágenes aparece azul y en otras marrón, a cuadritos siempre. Estoy llegando a la casa de mi abuela, que es mi casa ahora, aunque no sabemos por cuánto tiempo. Dormimos con Maine, mi hermana, en una pieza que era comedor. Ahí está el bargueño con las copas de cristal  y ahí es donde Nona esconde el chocolate Águila que comemos a escondidas. Ahí está también el teléfono celeste de Entel que es el único de la cuadra. Así que a veces se asoma algún vecino pidiendo permiso para hablar.

Las tardes se parecen. Vuelvo del jardín en el transporte blanco con rayas amarillas y negras de Giannini. Tengo la bolsita en la mano y el corazón me empieza a latir rápido. Giannini toca la bocina, Élida me da la mano y me ayuda a bajar. Esta vez sí, pienso, esta vez seguro que están. Sale Nona a abrir la puerta. Están en el pasillo, escondidos para darme una sorpresa. Ese segundo de esperanza se estira hasta que otra vez no están ahí. No sé si me enojo. Sé que no lloro más. 

Entro a la cocina, prendo la tele, voy a tomar la leche, si es con mucho chocolate mejor. A veces dan Heidi, o ese dibujito de la nena que busca la flor de siete colores; cada capítulo encuentra una flor con siete colores, pero nunca es la que ella busca. 

No pregunto más. Nadie me explica lo que no se entiende. 

Lo que no se entiende – Lucía García Itzigsohn

Buscar respuestas en la infancia

Consultada por AUNO acerca del proceso personal al momento de escribir “Lo que no se entiende”, Lucía respondió que, al ser periodista, tiene el ejercicio de la escritura desarrollado, pero sobre hechos, noticias. Entonces, el desafío era involucrarse en su propio recuerdo.

Lucía enfatizó en lo “transformador” que fue para los hijos e hijas encontrarse y lo importante que fue esto para la producción del libro: “si pudimos reescribir esta historia, encontrar las palabras para nombrar nuestra historia fue porque nos juntamos, porque escuchar el relato del otro te hace ver cosas de tu propia historia que vos no habías pensado. Eso también es otra cuestión del libro, la potencia de organizarse colectivamente y el valor de todos estos relatos juntos”, sostuvo.  

El fantasma del negacionismo

En un contexto signado por discursos que reaparecen para negar la dictadura y cuestionar el número de desaparecidos a causa del aparato represivo del Estado, representados actualmente por las figuras de los referentes libertarios Victoria Villarruel y Javier Milei, Lucía enfatizó la importancia de los relatos presentes en «Ahora siempre«.

García Itzigsohn sostuvo que “nunca las batallas están del todo terminadas, hay siempre algo que queda dando vuelta”, en referencia a ciertas referencias de la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza. “Por eso creo que es son tan importantes herramientas como este libro, las películas, todo lo que se puede hacer culturalmente para que la historia esté presente, si no, parece como que no pasó o no fue todo así”, prosiguió.

«Es el testimonio ante discursos que vienen a decir ‘no pasó‘, ‘no hubo una dictadura‘, ‘no son 30.000‘. Acá está la palabra directa de un montón de compañeras y compañeros que lo vivimos en carne propia, y que contamos por qué no es un hecho del pasado», sostuvo la militante de H.I.J.O.S.

Foto: Marcos Cabrera para AUNO.

El lugar de los derechos humanos en la tercera Feria Municipal del Libro

La Feria Municipal del Libro de Presidente Perón tuvo lugar durante tres días en la localidad de Guernica, del jueves 26 al sábado 28. Se trató de la tercera entrega de este evento, que surgió de la mano de la Biblioteca Pública José Hernández, bajo la dirección del director Matías Barrales

Este año, la feria se tituló ‘Poética de los abrazos: relecturas de una democracia viva’, en conmemoración por los 40 años del regreso a las urnas: “Siempre vamos a estar parados desde el conocimiento, el arte, la literatura, y buscamos la coherencia al invitar a H.I.J.O.S, veteranos de Malvinas e instituciones educativas públicas”, explicó la coordinadora de prensa de la Feria y periodista egresada de la UNLZ, Mariela Vilar.

Foto: Marcos Cabrera para AUNO.

Por su parte, el director de la biblioteca popular guerniquense, Matías Barrales, aseveró: «La biblioteca es un espacio que no solamente deposita libros o se ejercita la lectura, sino que también se pone en la discusión de las mediaciones sociales, sale a disputar sentidos y a hacerse cargo de espacios vacantes de proyectos”.

“Entendemos que la solución no es la rotura social, sino que es ir a abrazarse porque es como un acto que compromete los sentidos, compromete el cuerpo, el ir hacia hacia el otro”, concluyó. 

MC-MEM
1-11-2023

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