Poeta lomense presenta su libro de poesías

Se trata del poeta Juan Papasidero, quien presenta su primer trabajo entre lo tradicional y latinoamericano en contraposición a los preceptos europeos. El evento será esta tarde, a las 18.30, en el Centro Cultural Recoleta.

Una estructura casi digital, contemporánea y atómica define los versos del poeta lomense Juan Papasidero. Su primer libro (La) Poeiticosa discute cómo el lenguaje nos interpela y nos construye, y se describe la dicotomía entre lo tradicional y latinoamericano en contraposición a los preceptos europeos que influyeron en nuestra sociedad. El autor presentará sus poesías hoy a las 18.30, en el Centro Cultural Recoleta, en la ciudad de Buenos Aires.

La primera parte del libro está constituida por versos mínimos que visualizan temas relacionados a lo latinoamericano e iberoamericano, que están en tensión con las tradiciones europeas, de inmigrantes, que conservamos. En una segunda parte, se hace presente la discusión sobre el arma de doble filo que es el lenguaje y que se basa en los preceptos de la filosofía griega.  

Papasidero cree que en su libro está muy marcada la idea de tradición y de origen. “Hay mucho de gaucho y tango. Hay una relación rara con Europa. Es una relación ambigua que marca un origen, pero que es un origen conflictivo para nosotros y con el castellano. La lengua que es nuestra pero no, que la apropiamos, pero no la parimos”, explicó el artista en diálogo con AUNO.

El gaucho y la conformación del ser nacional está emplazada en su libro bajo la figura de Domingo Sarmiento. El poeta local considera que la imagen de este prócer argentino “es ambigua” porque “hizo todo lo lindo y feo que somos, pero que dejó un montón de traumas heredados”, que trajeron como consecuencia las dicotomías de “civilización y barbarie” y la discusión entre “lo intelectual europeizante y la cultura del barrio”. 

Las páginas de su libro están plagadas de citas e intertextualidades referidas al rock nacional, claramente reconocibles. Pueden encontrarse extractos de canciones de Charly García, Fito Páez y Soda Stereo y, también, pasajes de poetas argentinos como la escritora avellanedense Alejandra Pizarnik.  

 “Es lo más borgiano que tengo”, reflexiona el poeta local sobre la sensación que provoca en el lector el hecho de estar frente a varios autores en uno solo texto y de reconocer fragmentos de la cultura popular en muchos de sus poemas. El también profesor de Filosofía aseguró que adhiere a Borges en tanto cree que “no existen textos originales, sino discursos heredados” en los cuales uno puede “pelearse o apropiárselo desde un lugar en disputa”.

La crítica al lenguaje poético

Uno de los apartados de su obra se llama “Habla La Serpiente” en el que Papasidero describe cómo el lenguaje puede “acariciar o clavarte un puñal en la espalada”. “Es algo que está muy relacionado con lo bíblico, en cómo se relaciona el lenguaje con el pecado y en la idea de que el lenguaje es como un fármaco, que en griego significa tanto remedio como veneno y puede curar, embriagar o matar”, detalló el poeta.

El escritor de La Poeiticosa expone y deja en claro en su libro cómo el lenguaje nos “marca y atraviesa, como seres lingüísticos”. “Esto es así mucho más hoy que antes”, opinó Papasidero, quien afirmó que los conceptos de binarismo y no binarie de hoy, en cuestiones de discursos de género, “son herencias griegas” porque “los pensamientos, las palabras con las que hablamos y la manera en cómo nos conducimos por la vida” vienen de todo aquello de lo que “pensaron los antiguos griegos”, es decir, de cómo el lenguaje “nos marca, nos agrupa y nos diferencia de los que piensan distinto”.

¿Por qué elegiste la poesía para expresarte artísticamente?

Hay dos razones una más teórica y otra más humana. En la primera te diría empecé en la secundaria. A mí no me gustaba leer, pero un día, una profesora de lengua nos dijo que lleváramos un libro de Neruda. Desde ese momento entré en la poesía, porque lo leí y me pasaron cosas. Por otra parte, hay algo de lo breve de la poesía que me atrae. Eso te permite llegar al punto, es decir, mostrar que lo importante está acá y punto. Además, me gusta ese lugar cómodo de la poesía de no tener que explicar y justificar todo, sino que uno intuye. La filosofía requiere explicar con un libro de 500 páginas para que alguien se convenza. La poesía es la intuición, pequeñas imágenes y verdades que no hace falta demostrarlas, solo ponerlas en la mesa. Son pequeñas conjeturas. Apela a un costado no lógico, sino afectivo y emotivo.

La razón humana fue que un día caí en la plena consciencia del Alzheimer de mi abuela.  Un día cuando ella me preguntó ¿vos sos mí papá? Ahí subí al primer piso, con 14 y 13 años y empecé a escribirla en forma de verso. Por qué en verso, no sé. Estaba cortado, no terminaba el renglón. Ese fue el primer texto que escribí y de ahí en más escribo.  

¿Por qué elegiste La Poieticosa como nombre para tu libro?

Siempre me atrajo jugar a lo difícil de pronunciar. Además, la imagen del grafiti de la tapa se relaciona con lo marginal, lo difícil de dibujar y lo que se pierde. Puntualmente el nombre juega el reverso de cosa-poética. Pensé en La Poieticosa como ese espacio donde ponemos a circular el lenguaje y lo ponemos a examen. Lo poiético tiene reminiscencia a lo griego. Es la palabra que nombra a la producción artística. La parte filosófica y griega me parecía interesante que aparezca.

En tu libro hacés referencia a que el poeta puede mostrar la realidad, pero al mismo tiempo argumentás que no podés cambiarla o hacer nada por esa realidad que mostrás. ¿Cómo explicás esto?

Mirá, creo que la poesía y la literatura en general puede señalar, decir y mostrar. Se me viene a la mente una cita de Roberto Arlt que dice que uno puede dar un golpe en la cara a alguien, despertarlo, decirle mirá esto, pero los libros no pueden cambiar nada en sí, más allá de inspirar. Sin embargo, creo que algo que está en todo el libro es esa discusión entre el método de la poesía y el de la filosofía. Los métodos son distintos. La filosofía da razones y argumentos y la poesía solo muestra o señala, es por acá. Creo que mi poesía es una forma muy particular de conocimiento y no un entretenimiento. Es como un oráculo de Delfos, dice y no dice. La ambigüedad es parte del juego. Las cosas no pueden ser dichas una vez para siempre. Las cosas humanas son tan complejas, los sentimientos y dolores que uno sólo puede acercarse un poco. Es como la caja del gato de Schrödinger. Cuando lo agarraste, ese no era el gato.  

En muchas partes del texto nombrás a la religión o te referís con metáforas religiosas y le das un lugar de discusión ¿Cómo te llevás con la religión?

Creo que el agnóstico o el que tiene un problema con la religión es el que más habla de la religión, a diferencia del que está convencido de su fe. La religión me suena en el mismo terreno que el lenguaje, en la seducción y en el rechazo, en el terreno de la cicatriz. Como curación de una herida y como huella de un dolor que quedó ahí. Por eso esta mucho en mi libro la palabra Dios y el tema de la religión.

Algunas de las influencias poéticas de Papasidero son Juan Gelman, Federico García Lorca, Oliveiro Girondo, Alejandra Pizarnik, Susana Théno, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, entre otros. En la presentación de su libro, que tendrá lugar en el Patio de Los Naranjos del Centro Cultural Recoleta, habrá también músicos invitados y poetas que brindarán soporte teórico.  La entrada es libre y gratuita.

AUNO-27-11-19
ADR-SAM

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