Fracasó la iniciativa argentina para crear un santuario ballenero

La iniciativa compartida de delegados de Argentina y Brasil para crear un santuario ballenero en el Atlántico Sur, similar al que funciona en la región antártica desde 1994, fracasó hoy en el marco de la reunión de la Comisión Internacional de Pesca de Ballenas iniciada el lunes en Berlín.

(AUNO*) En la 55 reunión anual de la Comisión Internacional de Pesca de Ballenas, el gobierno de Argentina, con el apoyo de diversas entidades ecologistas, presentó junto al de Brasil, un proyecto que contemple la creación de un santuario ballenero en sus costas, que impida la depredación del recurso. Este santuario, con el que se buscaba obtener una zona de protección de la caza de ballenas, contemplaba funcionar desde la línea del Ecuador hasta el límite con el Antártico, a los 40 grados de latitud sur, y con el límite de Africa al este.
Sin embargo, la iniciativa naufragó este martes. La iniciativa chocó, además de en sus detractores lógicos por motivos comerciales, con el funcionamiento del organismo, ya que para aprobar esta iniciativa se necesitaban tres cuartos de los votos en disputa, 49, y obtuvo 24 a favor y 19 en contra.
“El Atlántico sur ha sido un lugar de masacre desenfrenada
para la mayoría de las especies de ballenas de gran tamaño”, dijeron al intentar convencer a los participantes.
Esta fue la tercera vez que Argentina buscó avanzar, apoyando una iniciativa brasilera, en la propuesta. Para evitar fracasos anteriores, esta vez la propuesta fue “ampliada y revisada”, aunque no alcanzó.
Según el argentino Instituto de Conservación de las Ballenas, actualmente existen dos grandes áreas designadas como santuarios para ballenas. Una de ellas, creada en 1979, se encuentra en el Océano Índico, y la otra en los mares que circundan la Antártida, establecida en 1994. Existe otra propuesta para la creación de un Santuario para las ballenas en el Pacífico Sur, presentada por los gobiernos de Australia y de Nueva Zelanda, que también fracasó.
Si bien actualmente la pesca de la ballena está prohibida en todo el mundo desde 1986, países como Japón y Noruega, amparados en supuestos fines investigativos, cazan alrededor de 1600 ejemplares al año, y son los máximos opositores a este tipo de iniciativas.
Así, por ejemplo, luego que el lunes, en votación dividida, se aprobara en Berlín una posición conservacionista que apunta a preservar a ballenas y delfines en peligro de extinción, las naciones más interesadas en la caza anunciaron que directamente podrían boicotear al organismo. La votación fue tan reñida que finalizó 25 a 20, en medio de denuncias reiteradas por la presunta compra de voluntades por parte de los japoneses. El comité creado tendrá entre sus funciones hacer recomendaciones sobre los problemas que confrontan estas especies.
Desde Argentina, la entidad ecologista Greenpeace manifestó que “apoya esta iniciativa que podría desviar a la CBI de la explotación de las ballenas hacia la conservación. Desde nuestro punto de vista, ésta llega en un buen momento y tiene en cuenta el amplio rango de amenazas que enfrentan actualmente los cetáceos en nuestros contaminados y sobreexplotados océanos”.
“La caza comercial de ballenas siempre será insostenible y debería pertenecer a los libros de historia”, dijo el responsable de la campaña de Ballenas de Greenpeace Internacional Richard Page, quien consideró que “muchos países se dan cuenta de que la salud de nuestros océanos y nuestro propio interés se sirven de forma más adecuada con la conservación de las ballenas, delfines y marsopas que aún quedan en los océanos”.
“Estos animales juegan un papel crucial en los ecosistemas oceánicos, y si esperamos que los océanos continúen alimentándonos, necesitamos mantener el equilibrio de estos ecosistemas. Reforzando de forma importante la agenda de conservación de la CBI su experiencia científica puede ser empleada para remediar errores del pasado y preservar los océanos para el futuro”, agregó.

De inmediato a la votación por la creación del comité, y aún antes que se tratara la posición de Argentina y Brasil sobre esta región del mundo en particular, Japón anunció que analiza retirarse del organismo, pese a que el comité a crearse comenzaría a funcionar en el 2004, al aducir que la función de la Comisión debería ser determinar “cuotas sostenibles” de caza.
Es en medio de esta polémica general que Argentina y Brasil intentaron colar la creación de un nuevo santuario, durante el encuentro que finalizará el próximo jueves.
“En las naciones costeras del Atlántico Sur existe un creciente interés por la preservación de las poblaciones de ballenas, que fueron víctimas de cacerías masivas, muchas ilegales”, resaltó el investigador del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), Mariano Sironi, desde otra de las entidades locales que apoyan esta iniciativa. Al mismo tiempo, evaluó que “para lograr la recuperación es necesario preservar áreas del océano donde estos mamíferos desarrollan sus ciclos vitales, incluyendo zonas de apareamiento, cría y alimentación” para 11 de las 14 ballenas existentes en el mundo.
Aunque la caza comercial está prohibida, Japón captura unas 400 ballenas al año “con fines científicos”, principalmente en el Atlántico Norte y en el Océano Glacial Antártico, con autorización de la CBI. Estas presas, una vez “investigadas”, son vendidas a alto precio en Japón, donde la carne de ballena está muy cotizada
AUNO

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