Lomas de Zamora, agosto 27 (AUNO).- “Saco a la luz un aspecto muy poco conocido de Cortázar que lo muestra de cuerpo entero: su arduo y persistente trabajo en defensa de los Derechos Humanos”, sostuvo Vicente Zito Lema, uno de los oradores de la charla “Acerca de Julio”, que se realizó en el Banfield Teatro Ensamble, en el marco de los homenajes a Cortázar a cien años de su natalicio.
“Dedicó años de su vida, sobreponiéndose a su enfermedad y robándole tiempo a su escritura” para tal objetivo, explicó el escritor, militante de derechos humanos y principal panelista del encuentro.
Participaron, además, la escritora Gloria Arcuschin; Sergio Mercurio, director del periódico El Banfileño y titiritero; y Hugo Montero, director de la revista Sudestada. Aunque en los anuncios aparecían como participantes Vicente Battista y Jorge Boccanera, los escritores no pudieron asistir al encuentro.
Cientos de personas se sobrepusieron ayer al agarrotamiento muscular y al coletazo invernal para escuchar esta charla, que tuvo lugar en el marco del ciclo “Julio en Agosto”, serie de homenajes organizados por El Banfileño. El diálogo tomó como eje la militancia política del autor de Rayuela.
La iluminación tenue y escarlata de Banfield Teatro Ensamble daba a los visitantes un aspecto surrealista: mudaba sus rostros, hacía brillar sus ojos con una chispa misteriosa, y hacía parecer sus mejillas sonrosadas, casi rojas. Todos parecían camarones embutidos en pilas y pilas de abrigo. Es que a las 20 el frío dejaba las articulaciones hormigueando, así que el calorcito de ese pasillo de espera era un verdadero refugio. La charla tardó poco en arrancar, pero para convertir el tiempo muerto en uno memorable, mujeres con “susurradores” se acercaron a la fila y acariciaron los oídos de los asistentes con poemas de Cortázar.
El testimonio de Zito Lema estuvo teñido de respeto y admiración por Cortázar, a quien conoció personalmente. Con candidez, destacó la “ética amorosa” del escritor que donó los derechos de autor de algunos de sus cuentos y novelas con el fin de recaudar fondos para que “muchos familiares de los presos políticos pudieran viajar a ver a sus parientes encarcelados”. Con ese dinero se financiaron campañas publicitarias en defensa de los derechos humanos.
Zito Lema rememoró como Cortázar le pidió acompañarlo a visitar a los familiares de los jóvenes asesinados en Chubut, en la Masacre de Trelew, en 1972. Cuatro años más tarde, los escritores, junto a otros intelectuales, fundarían en el exilio la CADHU (Comisión Argentina de Derechos Humanos).
“Todo el gigantesco trabajo que se hizo para tratar, dentro de las posibilidades de los exiliados, de contribuir a que los derechos humanos no se pisotearan tan monstruosamente como sucedió, tuvo en Cortázar a uno de sus más destacados miembros”, remarcó Zito Lema.
Hugo Montero coincidió con esa mirada, y aseguró que el compromiso de Cortázar “no pasaba sólo por firmar una solicitada o ceder los derechos de autor a determinados pueblos que buscaban su liberación, sino que cumplía un rol concreto, que era el de agitar esas luchas”. Recordó el paso del escritor por Nicaragua hacia el final de la dictadura de los Somoza, donde pasó un tiempo con los revolucionarios sandinistas.
Gloria Arcuschin se salió de las formalidades para celebrar al cronopio mayor, y escribió un panegírico con el espíritu del homenajeado, que tituló “Hablar de Julio Cortázar y no hacerlo como lo haría un o una fama”. “La importancia de la música en la obra de Cortázar, especialmente del jazz, está para mí en esa cadencia musical interna, propia de la improvisación que tienen sus textos”, sugirió la escritora.
Un punto polémico sobre la obra de Cortázar, que es criticado desde algunos sectores intelectuales, es su pretendida complejidad, que lo alejaría de los sectores populares. Arcuschin desestimó esta crítica porque el autor de _Bestiario _“escribe sobre cuestiones populares, sobre las torturas de los pueblos, porque habla de las comidas, porque no tiene ningún problema en referirse a hechos íntimos del cuerpo humano. Pero aparte de eso porque la Maga y Oliveira son populares”. Y ejemplificó: “cuántos escritores nombraron dónde nacieron, cuántos escritores nombran los bares de su propia ciudad, con el nombre y apellido de las cosas”.
Zito Lema recordó que en la presentación de la novela El libro de Manuel, que se hizo en la CGT de los argentinos a pedido de Cortázar, el autor se defendió de esas críticas. En ese entonces, alegó que “ser escritor es la gigantesca apuesta a un mundo sin diferencias y donde toda las personas que tengan el deseo y/o la necesidad, puedan leer lo que los autores escriban”. Para Zito Lema, esas palabras implican “no caer en el falso paternalismo del ‘te escribo todo masticado porque creo que vos no tenés dientes ni en el alma ni en el espíritu’”.
27-08-2014
FRS-MDY