Diagnóstico y tratamiento de las apneas del sueño

Se trata de un trastorno respiratorio que afecta el descanso de las personas y que involucra al 4 por ciento de la población. En la provincia de Buenos Aires hay solo dos centros especializados para adultos y uno para niños.

Martín Silles

El Hospital Cetrángolo de Vicente López se convirtió en el segundo centro asistencial de gestión estatal de la provincia de Buenos Aires en contar con un equipo para el diagnóstico de las apneas del sueño, un trastorno respiratorio que afecta el descanso de las personas y que involucra al 4 por ciento de la población.

Las apneas pueden ser de tres tipos: centrales, obstructivas o mixtas. Las centrales son las que surgen por algún problema en el funcionamiento del sistema central del paciente, mientras que las obstructivas se producen debido al excesivo tamaño de la úvula, las amígdalas o alguna malformación ósea, entre otras posibilidades, que no permite la entrada de aire normal; por ultimo, las mixtas comienzan como las centrales y se transforman en obstructivas.

El estudio que permite diagnosticarlas se denomina polisomnografía y consiste en la colocación de 8 electrodos de superficie en el cuero cabelludo y otros sensores en los parpados, los bordes de la boca y los orificios nasales y un cinturón a la altura del estómago con el fin de detectar dificultades en el flujo desde que el aire ingresa por las vías aéreas superiores hasta que hace su recorrido completo y se detectan los movimientos respiratorios en el diafragma.

Con este estudio se pueden detectar disritmias o descargas eléctricas del cerebro que no tienen una manifestación clínica pero que, si son duraderas, pueden transformarse en convulsiones.

Según explicó la médica Daniela Visentini, neumonóloga del Cetrángolo a cargo de estos estudios, “en el hospital vamos a tratar las apneas asociadas con el sueño y si se detecta un problema de tipo electroencefalográfico se va a hacer la derivación a otro hospital” dado que en ese centro asistencial no cuentan con neurólogos.

La especialista señaló que “aproximadamente el 4 por ciento de la población tiene apneas del sueño, por lo que en la provincia hay cerca de 500 mil personas con este problema”.

“Las apneas alteran no sólo la calidad del sueño sino también la calidad de la vigilia, porque quien la sufre padecerá durante el día cansancio, dolores de cabeza y un mayor riesgo de arritmias cardíacas, hipertensión, infartos y accidentes cerebro-vasculares”, explicó Visentini.

“También disminuyen la capacidad de alerta durante el día, por lo que las personas con apneas tienen mas posibilidades de sufrir accidentes”, agregó.

La posibilidad de detectar esta patología con este estudio se da porque se registra la entrada de aire y su recorrido posterior, con lo que se pude determinar donde esta el problema.

Cuando el paciente tiene apneas obstructivas llega un momento que, mientras está durmiendo, no puede respirar, ronca, se queda sin aire y hace una pausa que, en los adultos, puede extenderse por diez segundos. Este problema provoca un despertar por la disminución de oxígeno en sangre.

“El paciente intenta que entre aire por nariz o boca, los músculos del abdomen y el tórax hacen fuerza para lograrlo y, en esa secuencia, termina por despertarse”, explicó la especialista.

A su vez, cuando la persona deja de respirar se produce una liberación brusca de adrenalina. “Es como una señal de alarma, la persona se despierta y esto trae aparejado un sueño fragmentado e insatisfactorio pero, además, un aumento de la presión arterial durante el sueño que, con el correr del tiempo, puede extenderse al día y derivar en hipertensión”, advirtió Visentini.

Por otra parte, una persona que tiene más de cinco apneas del sueño por hora aumenta el riesgo de muerte por eventos cardiovasculares o cerebrovasculares.

Otro de los problemas que suelen tener las personas con apneas es la mala calidad de su vida durante la vigilia porque se suelen quedar dormidos en cualquier lugar o momento ya que durante la noche, aunque se acuesten y puedan dormir, la calidad de ese sueño no es suficiente para lograr el descanso necesario.

Uno de los estudios que se puede realizar de manera complementaria con la polisomnografía es la oximetría que se realiza mediante la colocación de un sensor en uno de los dedos del paciente y permite registrar el porcentaje de oxígeno en la sangre de modo de poder comparar cuál es la oxigenación normal del paciente y qué sucede con ésta durante una apnea.

Otra de las posibilidades complementarias es la utilización de un CPAP, equipo que le da al paciente una cantidad determinada de oxígeno a una presión constante y permite saber si su modo de dormir mejora con estos cambios en la oxigenación.

En la provincia de Buenos Aires, hasta ahora, el único hospital estatal donde podían realizarse este tipo de estudios era el hospital Posadas, dependiente de la Nación, en el partido de Morón. En el ámbito porteño, el hopital Tornú ofrece la posibilidad de realizar los mismos exámenes, siempre hablando de Hospitales Públicos. Y en La Plata, el Hospital de Niños Sor María Ludovica atiende a los pacientes pediátricos con esta patología.

En algunos casos leves se corrige con una prótesis de adelantamiento mandibular o simplemente si la persona duerme de costado. En otros, se utiliza el CIPAP o se realizan cirugías, en el caso de las apneas son obstructivas.

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