Fotos: Télam
Lomas de Zamora, abril 21 (2020).- Mientras el mundo hace foco en el coronavirus, la Argentina atraviesa una epidemia de dengue que pasa desapercibida: los casos confirmados se duplicaron de 7862 a más de 14 mil en las últimas dos semanas. Entre agosto de 2019 y la segunda semana de abril hubo 25 fallecidos con sospecha de dengue, de los cuales 10 fueron confirmados, de acuerdo a un reciente informe del Ministerio de Salud.
La provincia de Buenos Aires se encuentra entre las regiones más afectadas con 7581 casos notificados, seguida de CABA (5803), Misiones (3707), Córdoba (3684), Salta (3477), Santa Fe (2676), Chaco (2623), Corrientes (2262) y Jujuy (2150). En su último boletín, Nación informó de 14237, pero ahora se incorporaron algunos más en la provincia de Buenos Aires.
En diálogo con AUNO, el especialista en Virología e investigador del Conicet Juan Manuel Carballeda opinó que “sería espectacular” que el Gobierno realizara una campaña “para lograr bajar la población del mosquito transmisor durante el invierno”.
“Si logramos disminuir la cantidad de casos para el año que viene se ejerce menos presión sobre el sistema de salud que quedará como resultado de todo el proceso cambiante que vivimos con el Covid-19”, sostuvo Carballeda.
Además, el virólogo animó a la población a aprovechar la cuarentena “para descacharrar y eliminar cualquier depósito de agua” porque es el único lugar donde se reproduce el Aedes aegypti, mosquito transmisor de la enfermedad. Puede aparecer en baldes, floreros, macetas, ruedas de autos.
-Si bien la tasa de mortalidad es baja, ¿cuál es la complejidad del dengue que deriva en miles de casos notificados?
-El primer problema es que no tiene una vacuna ni tratamiento específicos para combatirlo y otro es que lo único que nos queda por hacer es combatir al mosquito transmisor ya que la enfermedad exclusivamente se contagia a través de la picadura del Aedes aegypti que previamente haya picado a una persona ya contagiada con dengue.
-Entonces, ¿la mejor manera de prevenir es el “descacharrado” para eliminar potenciales criaderos?
-Exacto, es lo único que sirve porque no hay vacunas. Ya que estamos todos en nuestras casas es un re buen momento para descacharrar y eliminar cualquier depósito de agua que haya en nuestras casas, que son los únicos lugares donde este mosquito se reproduce.
– En Lomas de Zamora hubo denuncias de vecinos por obras en construcción suspendidas que pueden llegar a acumular agua. ¿Son un riesgo? ¿Qué medidas se deberían tomar?
-Se demostró que las obras en construcción acumulan agua y ahí se puede reproducir el mosquito, pero no vuela mucho más allá de una manzana. Entonces si los vecinos de los alrededores de una obra en construcción pudieran acercarse para eliminar los depósitos de agua quedarían protegidos. El riesgo es por manzanas porque el mosquito no se aleja a más de 100 metros a la redonda de su criadero.
-¿Y qué sucede con obras que involucran agujeros grandes en el piso, como pueden ser arreglos de calles o la realización de cloacas? ¿Ya sería responsabilidad de quien las haya comenzado?
-Sí, aunque de todos modos se debería buscar si hay o no mosquitos transmisores. Pero en general prefieren de alguna manera reproducirse dentro de las casas. No tanto en parques, zanjas ni grandes depósitos de agua porque ahí se reproducen otras especies.
-Entonces, ¿el Estado puede hacer otra cosa que fumigar, cortar el pasto e informar?
-La responsabilidad del Estado idealmente sería comunicar y particularmente durante el invierno porque en ese período los huevos de Aedes aegypti están dentro de nuestras casas esperando la temperatura adecuada para poder eclosionar y terminar su ciclo. Por lo tanto, si se le recordara a la población sacar en ese momento los depósitos de agua quieta que hay en la casa sería ideal.
– ¿Por qué las vacunas que se desarrollaron hasta ahora no funcionaron?
-El problema del dengue es que hay cuatro serotipos circulando -en la Argentina, a diferencia de otros brotes se identificaron tres- y la vacuna debe proteger contra los cuatro a la vez. En eso es en lo que más fallan los candidatos vacunales. Hay candidatos que parecen ser prometedores, pero sólo se definirá cuando alguno funcione en la población.
-¿Cree que debido a la epidemia de dengue en 2016 la población y el Gobierno ya saben qué hacer y por eso no hubo tantos casos como aquella vez?
-No se sabe muy bien por qué hay ciclos más fuertes y otros más débiles, realmente los investigadores todavía están intentando entender ese aspecto. No sé si aprendimos porque los últimos años no se vieron campañas informativas para combatir al mosquito transmisor. Durante 2019 no se realizó ninguna campaña aún cuando tres años atrás tuvo lugar la epidemia más grande de dengue en la Argentina.
El Covid-19 y el sistema de salud
– Del coronavirus se suele decir que “afecta a todas las clases sociales”, mientras que al dengue se lo suele asociar a las más bajas. ¿Puede ser este uno de los motivos por el cual no se esté haciendo tanto hincapié en la prevención de esta enfermedad?
-Es un error decir que el dengue está asociado a ciertas clases sociales porque es una enfermedad de todos. La evidencia muestra que no hay una distinción de clases para infectarse con dengue, entonces la comunicación debería estar orientada a que todos nos demos cuenta de que probablemente tengamos recipientes que acumulan agua y sirven de criaderos del mosquito transmisor.
– Que se siga dejando el dengue en segundo plano, ¿puede contribuir con la sobrecarga del sistema de salud?
-No creo que en este momento contribuya. Ya estamos terminando el ciclo de dengue, empieza a hacer frío, el mosquito transmisor deja de reproducirse y empiezan a bajar los casos. Respecto al coronavirus, si logramos disminuir la cantidad de casos de dengue para el año que viene se ejerce menos presión sobre el sistema de salud que quedará como resultado de todo el proceso cambiante que vivimos con el Covid-19.
– Se menciona mucho el pico del coronavirus, pero ¿qué sucede después de ese momento? ¿Qué recaudos se deben tomar?
-Yo creo que la respuesta más honesta con toda esta situación es: no sabemos. Las medidas que tomamos evidentemente retrasaron el pico porque de un crecimiento exponencial que mostraron los países que no tomaron medidas, nosotros tenemos números bastante alejados de ellos.
– ¿Puede haber un segundo pico?
-Esta situación puede cambiar de un día para el otro o de una semana para la otra. Entonces tenemos que seguir tomando medidas y analizar qué pasa día a día. Hay que ver qué pasa en otros países para saber cómo actuar, qué cosas funcionan y qué no.
AUNO-21-04-2020
MLH-MDY