Barraza cuenta hasta cien

El defensor llegará a la centena de presentaciones con la casaca albiverde. Su bautismo en Primera División, curiosamente, fue hace poco más de cinco años ante River Plate, el rival del domingo por la undécima fecha del Apertura.

Mariano Verrina

El defensor de Banfield Julio Barraza cumplirá cien partidos con la camiseta del club del Sur del Gran Buenos Aires en el encuentro ante River Plate y se ilusiona con continuar su carrera en el ‘Taladro’ “por muchos años más”.
“¿Sí?, no sabía”, contestó el aguerrido zaguero al enterarse de que el domingo, en el partido válido por la undécima fecha del Torneo Apertura 2006 de fútbol de Primera División, llegará a la centena de presentaciones con la casaca albiverde.
Julio Eduardo Barraza nació el 4 de marzo de 1980 en la ciudad de Santa Fe. Desde que dejó su lugar de origen, Banfield se convirtió en su nueva casa. Hizo todas las divisiones inferiores en la institución y debutó en Primera el 23 de septiembre de 2001 en un empate 1 a 1, justamente ante River Plate.
A partir de allí vivió todas las etapas: luchó por evitar el descenso a la Primera B Nacional, peleó por la clasificación para jugar un certamen internacional y disfrutó del mejor momento deportivo de la institución al integrar el plantel que disputó la Copa Libertadores 2005.
“Es una marca importante. Cuando empecé mi sueño era jugar en Primera, al menos un partido. Después que jugás uno, querés jugar diez y después 50… Bueno, ahora llegué a los 100 y tengo ganas de seguir sumando acá por muchos años más. Espero que sea con un buen rendimiento. ¿A cuántos quiero llegar? Ahora a los 200. Después ya vamos a ver”, aventuró.
Junto con Cristian Lucchetti y Javier Sanguinetti, el ‘Pájaro’ es uno de los sobrevivientes de aquel recordado 5 a 0 ante River Plate, válido por el Apertura 2002.
Consciente de que será “muy difícil repetir una historia parecida”, Barraza recordó aquella lluviosa tarde de domingo, también un día de la madre, como una marca imborrable en su carrera.
“Fue un partido atípico, fuera de lo común. Y si no se paraba –fue suspendido cuando quedaban 23 minutos por incidentes provocados por la hinchada de River—, la diferencia podría haber sido mayor”, reseñó.
Y siguió: “Sería muy raro que se vuelva a dar. Me tocó vivirlo y la verdad fue una sensación linda e inolvidable. Ahora hay otros jugadores. Trataremos de hacer las cosas lo mejor posible y con un medio a cero me conformo”.
Barraza comenzó su carrera en la cantera banfileña en el puesto de marcador central y subió a Primera en esa posición de la mano del entrenador uruguayo Luis Garisto.
Con la llegada de Julio Falcioni y la pobre respuesta de los marcadores laterales derechos, comenzó a cumplir esa función y se adueñó del puesto, más allá de su irregular rendimiento. Ahora, de la mano del Gato Leeb, con quien compartió el plantel, lucha por un lugar en la última línea a sabiendas de que muchas veces se transforma en el ‘chivo expiatorio’ de la hinchada, sobre todo cuando los resultados son adversos.
“Quiero hacer las cosas bien. Quiero mejorar. Necesito sentirme bien en lo personal y en lo anímico. Primero por mí, pero también por la gente, que es una especie de termómetro. Es lindo que te aplaudan. Sin embargo, sé que me tengo que ganar el cariño de la gente con trabajo, sacrificio y buenos rendimientos dentro de la cancha”, admitió.

AUNO 11-10-06 MV-MFV

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