Tras su gran debut con la camiseta de Banfield ante Vélez Sarsfield, el delantero Cristian Bardaro se mostró “feliz” por su presente en el club del Sur Buenos Aires, pero no olvidó todos los malos momentos que atravesó antes de volver a pisar una cancha en forma oficial.
“Estoy muy contento. Feliz por lo que pude vivir el sábado… Pero esto recién arranca. Toda mi carrera la tuve que pelear. Esto es algo lindo y sano. El director técnico (por Carlos Leeb) sabrá cuándo me tiene que poner. Ya disfruto con hecho de poder pelear de igual a igual por un lugar en el equipo”, señaló Bardaro confiado en poder sumar minutos en lo que resta del Torneo Apertura 2006.
Bardaro llegó a Banfield a principios de este año luego de quedar libre del Barcelona de Ecuador y después de recibir el aval del ‘Gato’ Leeb, que le permitió sumarse al trabajo del plantel profesional.
Sin saber si finalmente sería tenido en cuenta para el comienzo de la temporada que se avecinaba, el atacante –con problemas de lesiones similares a los que vivió Leeb como futbolista— trabajó a conciencia y se ganó la confianza del adiestrador, que decidió darle una nueva oportunidad pese a su larga inactividad.
“Fueron momentos muy tristes. No podía jugar a la pelota. No podía hacer lo que más me gustaba. Pero el Gato me dio la oportunidad y siempre le voy a estar agradecido. Seguramente tiene mucho que ver lo que le pasó a él en su carrera. El Gato sabe bien lo que siente un jugador cuando está lesionado. Además vio en mí que todavía tengo cosas para darle al fútbol y a Banfield”, sostuvo.
Después de disputar algunos partidos en Reserva e integrar el banco de suplentes en tres encuentros de Primera, Bardaro tuvo la oportunidad de ingresar en el segundo tiempo del duelo contra Vélez, válido por la décima fecha del Apertura.
Allí, ante el club donde se formó como futbolista y en la cancha en la que supo ganarse su fama, también pudo retornar al gol.
“Obviamente tenía unas ganas locas de gritarlos, de festejarlos con todo el mundo, porque fue una cosa muy linda para mí. Pero soy muy respetuoso de la gente de Vélez, que me trató bien. En el club pasé momentos buenos y malos. Siempre me maté por esa camiseta y por eso no festejé los goles”, relató ‘Bardarito’.
Con 28 años, cuando muchos ya creían que aquel joven que sorprendía con su velocidad en la delantera de Vélez no volvería al fútbol grande, se siente nuevamente protagonista importante y disfruta con la confianza que le ofrecieron en Banfield.
“Me sentí jugador desde el día que volví a entrenarme. No le daba importancia a lo que se decía. Tenía que demostrar que estaba en condiciones. No soy el mismo jugador de antes, sé que soy otro. El objetivo, sin embargo, es tratar de llegar a ser algo parecido. Hoy por hoy es difícil. Hay que seguir trabajando”, afirmó.
AUNO 11-10-06 MV-MFV