Por Candela y Paola Lederer
La Universidad Nacional de Lomas de Zamora, la primera del conurbano, celebró sus 50 años con una jornada que será recordada con un neologismo: “Unlzpalooza”. Con el campo de deportes totalmente transformado para la ocasión, una competencia de freestyle dio comienzo a un largo festival que continuó con una seguidilla de artistas de renombre: Turf, Miranda, Fabiana Cantilo y Los Palmeras, que brindaron sus shows ante unas 20 mil personas. Sus voces corearon hasta el anochecer. El cierre fue con la fiesta Bresh. Los brillos y la emoción a flor de piel recrearon un ambiente festivo y popular hecho de música, compañía, alegría y orgullo.
En todos estos años, 50 mil graduados y miles de estudiantes pasaron por los pasillos de la casa de estudios que en los años ’70 funcionó en distintos colegios y años después en el predio del Cruce de Lomas. Este jueves por la tarde llegaron hasta allí cientos con entradas de papel en la mano para festejar. Hubo asueto. Las facultades cerraron sus puertas.
El predio se convirtió en un campo vip de recital. En el acceso por Juan XXIII había policías y personal de prevención revisaba pertenencias y palpaba a los espectadores. Con sus remeras azules con la leyenda “50 UNLZ”, organizadores y docentes empatizaron con el público y homenajearon a la institución, la segunda casa de muchos.
Fabiana Cantilo cargó de euforia a la multitud expectante. Turf dio el toque cotidiano. Miranda llenó de color el ambiente. Los Palmeras hicieron bailar a todos. La Bresh, con su magia y brillo, coronó por la noche el festival junto a fuegos artificiales.
GÜIROS, ACORDEÓN Y BAILE
Lo que antes parecía ser, para varios, un pequeño campo de deportes se volvió el epicentro de un gran show. Todavía no eran las dos de la tarde y lxs estudiantes, varios acompañados por amigos y familiares, comenzaron a tomar dimensión de eso. Hasta entonces no habían percibido lo amplia que era esa parte del campus, pero el escenario como protagonista del centro de la fiesta cambió la perspectiva.
Algunos foodtrucks abrieron sus ventanillas a un costado del escenario y, a la espera de los artistas, la “Unlzpalooza” –como la llaman quienes la disfrutaron– dibujó una hilera de carritos con diferentes opciones para degustar al lado de un edificio en donde la gente pudo disfrutar de un rico bocadillo.
En conjunto con la predisposición y el aguante, la organización brindó calidez y seguridad al acontecimiento. Además, las carpas de asistencia médica ubicadas a ambos costados del escenario dieron atención a cualquier necesidad y funcionaron como punto de encuentro.
La danza y el momento más popular del evento llegaron de la mano de Los Palmeras,uno de los grupos más esperados. Los instrumentos que caracterizan a la banda santafecina viajaron dentro del micro customizado con palmeras que grafican su nombre.
La noche se iluminó con un espectáculo familiar y un predio explotado de niños, jóvenes y adultos que bailaban al compás de tumbadoras y timbales, un güiro y la inconfundible voz de Rubén Deicas.
“El bombón”, “Soy sabalero”, “Olvídala”, “Qué quiere la chola”, “El embrujo” y “Amor” fueron algunos de los grandes éxitos de un show que duró alrededor de una hora y divirtió a todos hasta el cansancio.
ENTRE MATES Y ROCK NACIONAL
Antes, un público lleno de euforia había preparado sus equipos de mate en la previa de que Fabiana Cantilo abriera el festival. Cuando ella apareció, la gente se acercó hasta el escenario y comenzó a bailar algunos de los hits, entre ellos “Ya Fue” y “Mary Poppins y el Deshollinador”.
“Es tiempo de batalla, batalla de luz, batalla del amor, es la revolución y el tiempo de las flores”, dijo Cantilo en un single que no se encuentra en ninguno de sus discos y que brinda un mensaje que abre espacio a la reflexión. Con él finalizó la primera presentación que movilizó al público. Y entre letras y acordes, la cantante concluyó: “Qué lindo que está el sol, tenemos que enfrentar la oscuridad de este país”.
En línea con la frase, las personas desplegaron sus lonas para recostarse al solcito y disfrutar de un cielo cargado de nubes. Los estudiantes acompañados de sus amigos compartieron, entre risas y emoción, las letras al son de un leve pero agitado “pogoland”, denominado así por la cantante.
Con vestimenta informal, decanos y docentes también se acercaron al festejo. Entre gente, canto y baile se camuflaron con el público. Si no los reconocían por su profesión pasaban desapercibidos. Un plus que transformó a la jornada en un evento alejado de la formalidad.
Los actos de homenaje realizados por los artistas se sumaron a otros realizados con anterioridad por las diversas facultades, como lo fue el evento de apertura con la presencia de Víctor Heredia, la colocación de la “piedra fundamental” a pocos metros de la entrada de Ingeniería o la muestra de banners ubicada en la entrada de la Biblioteca Central UNLZ.
GUITARRAS, GLAMOUR Y GLITTER
“Es muy lindo ver a tanta gente que estudia, es lo más cerca que estuve de una universidad”, reconoció Joaquín Levinton, cantante de Turf, una vez iniciado el show de la banda. Con gritos y aplausos el campus se volvió más energético. Canciones como “Loco un poco”, con su inolvidable estrofa de “no te arrepientas de nada y no pidas perdón”, “Magia Blanca”, “Pasos al costado” y “Cuatro personalidades” no tardaron en llegar. Para el cierre, el público se levantó para cantar y a los saltos “Yo no me quiero casar… ¿y usted?”
Turf es símbolo de lo cotidiano y espontáneo. Joaquín se encargó de que las conversaciones con el público no faltaran e incluso, por momentos, se acercó a saludar y hacerlo partícipe de una especie de juego familiar. Su compañero guitarrista, Leandro Lopatín, también utilizó el micrófono en varias ocasiones para bromear.
Después de ellos, llegó la estética “mirandística”. Un perchero con prendas extravagantes se adueñó del escenario a las seis de la tarde. El sol en busca del horizonte brindaba un tono entre espectacular y glamoroso para lucir los trajes. El ritmo característico de Miranda se apropió por varios minutos del ambiente que envolvía a la UNLZ.
El entorno festivo permitió que Alejandro Sergi se acercara al borde de la pasarela y, junto a Juliana Gattas, corearon las estrofas de “Por amar al amor”, seguido de una larga lista que incluyó: “Don”, “Mentía”, “Prisionero”, “Ya lo sabía”, “Traición , “Yo te diré” entre otros hitazos.
Finalmente, el evento se transformó en una verdadera fiesta con la Bresh. Los organizadores se encargaron de preparar la escenografía que caracteriza a esta gran fiesta mundial.
Mientras los preparativos tomaban forma, chicas con boas de plumas recorrieron el lugar para ofrecer caramelos y el detalle que se vuelve protagonista de cualquier festejo, el glitter.
El evento culminó bajo las estrellas con una lluvia de papelitos coloridos al compás de las voces de jóvenes y adultos que gritaron al unísono “Quédate”, la session vol. 52 de Quevedo junto a Bzrp, definida como la canción del año. Un espectáculo de fuegos artificiales puso punto final a una fiesta que, a la vez, fue el puntapié inicial hacia el festejo del centenario de la UNLZ. Pero para eso habrá que esperar.
AUNO-14-10-2022
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