Recordaron el “Día de la Resistencia Indígena” en Puente La Noria

El escritor Osvaldo Bayer, organizaciones sociales y bandas musicales realizaron el “Contrafestejo del Día de la Raza”. Transeúntes y curiosos vieron, por primera vez en Lomas de Zamora, cómo la comunidad recordó “el último día de libertad antes de la conquista de América”. En diálogo con AUNO, Bayer remarcó que “el Gobierno debe apurarse y llevar justicia social a los pueblos originarios”.

En el marco del “Contrafestejo” de la conquista de América, cientos de jóvenes, el escritor Osvaldo Bayer, tobas que protagonizaron una huelga de hambre durante 32 días en el Chaco y bandas de música alternativa compartieron junto a miembros de pueblos originarios el “Día de la Resistencia Indígena”, en la rotonda del Puente La Noria, en Lomas de Zamora.
Jóvenes y niños tirados en el pasto escucharon las palabras que los representantes de pueblos toba, aymara, mocoví, wichí y mapuche les compartían desde un escenario; palabras cargadas de voces ancestrales, acentos y dialectos tan propios como desconocidos.
“Jallallia” (saludo con el cual se desea bienestar), se escuchó cuando subió al escenario el representante de la comunidad Tres de Febrero, de La Paz Bolivia, Max Ilaya Aguilar, antes de comenzar a tocar junto con su grupo sikuris (género musical de origen aymará- quechua). De igual manera saludó el líder de Arbolito (banda local de música alternativa).
“Arbolito –explicó el músico al público- fue el joven ranquel que, cansado de ver cómo el coronel Rauch, un prusiano que comandaba las tropas criollas, exterminaba a su pueblo y le cortó la garganta.”
El silencio de los jóvenes que minutos antes saltaban, gritaban y se empujaban dejó oír las risas de los más chicos que jugaban lejos del escenario. “A esta historia no la cuentan en las escuelas, las sabemos por que gente como (Osvaldo) Bayer las escribe”, concluyó el músico.
Minutos después, el periodista y escritor Osvaldo Bayer se hizo presente en el mismo escenario y destacó, entre otras cosas, “la importancia de entender que ya no podemos seguir festejando un genocidio como el que representa el 12 de octubre”, por años festejado como el “Día de la Raza”.
Las reflexiones de Bayer, escuchado con el respeto que se le dedica al anciano de la tribu, fueron la antesala de la presentación del grupo musical Las Manos de Filippi.
La jornada fue el cierre de una serie de cinco encuentros semanales que tuvieron lugar en distintas organizaciones sociales de Fiorito e Ingeniero Budge desde hace un mes atrás. “La idea de hacer el ‘contrafestejo’ en los barrios tiene la intención de que los mismos vecinos se inquieten por saber cuáles son sus raíces”, explicó a esta agencia Sergio Val, miembro de Che Pibe, una de las ocho entidades que organizaron el “Día de la Resistencia Indígena”.
Resistencia Suburbana fue el grupo musical que cerró el multitudinario encuentro por “el último día de libertad antes de la conquista española” que por primera vez se conmemoró con una masiva reunión en esa zona neurálgica del conurbano bonaerense donde convergen los barrios más pobres de Lomas de Zamora.
La presencia de un grupo de fanáticos de Resistencia pasó desapercibida en medio de los cientos de jóvenes recostados en el césped, adolescentes y niños de diferentes talleres de murgas, apoyos escolares y centros comunitarios que desde la mañana recorrieron los puestos con artesanías de las comunidades toba-qom, aymara y mapuche.
En un clima de celebración, el encuentro culminó entre miradas curiosas, comentarios acerca de “lo temprano que terminó todo”; con reflexiones que dejaron más preguntas que respuestas y la idea de “seguirla otro día”; culminó con la sensación de que todo está empezando.
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  • “La verdadera democracia tiene que asegurar la igualdad para todos”, definió Osvaldo Bayer,*

“El Gobierno de (Néstor) Kirchner tiene que apurarse un poco y traer justicia social, principalmente a los pueblos originarios”, criticó Osvaldo Bayer durante la jornada del “Día de la Resistencia Indígena” que tuvo lugar en Puente La Noria.
En diálogo con Auno, el periodista que dedicó buena parte de sus 79 años a la investigación y el revisionismo histórico reconoció que la gestión kirchnerista “ha hecho cosas (en materia de derechos humanos) con respecto a la antigua dictadura, pero tiene que apurarse un poco en traer la justicia social, principalmente a los pueblos originarios, a los que se los ha reprimido últimamente de una forma aterradora”.
“Acuérdese lo del Chaco, la huelga de hambre que hicieron por reclamar una tierra que les pertenecía. Que no les quiten la tierra en la que ellos han estado trabajando”, ejemplificó el escritor para hacer referencia a la situación en que se encuentras varias comunidades.
En el norte del país y en Neuquén, agregó, “se le da toda la extensión de tierra a los extranjeros que pagan millones de dólares, total a ellos les sobra la plata, y se desaloja a familias mapuches o tehuelches que han estado siglos allí”.
“El argumento de los ladrones es que los pueblos indígenas ‘no tienen derecho a la propiedad’. Y no lo tienen porque nunca creyeron en la ‘propiedad privada’”, explicó Bayer a la vez que sostuvo que los derechos sobre esas tierras debieran recaer sobre “los que han vivido y trabajado siempre ahí para alimentar a sus hijos, y no sobre quienes se consideran dueños por tener un papelito firmado por un juez”.
Por otra parte, autor de La Patagonia Rebelde remarcó la importancia de actividades locales vinculadas con la memoria de los pueblos originarios porque “son como la chispa que puede prender la inteligencia y la marcha de todos hacía un mundo mejor”. En su visión, “mientras existan estas reuniones y venga gente a reunirse y a recordar todo lo que haya que recordar de nuestra historia, de nuestra negra historia, hay una esperanza”.
Esa “esperanza”, según Bayer, tiene que ver con la “resistencia ante una pobreza”. Y esa resistencia, continuó, “es la de todos nosotros que salimos a la calle cuando vemos que hay injusticia. Porque no hay democracia en un país donde hay gente con hambre y gente que se queda sin trabajo. La verdadera democracia es la que tiene que asegurar la igualdad para todos”.
Por este motivo, el escritor convocó a “continuar peleando hasta que nuestros niños tengan alimentos, un techo y sean felices” porque, añadió, si bien “sabemos que no hay paraíso en la vida, por lo menos tenemos que tratar de lograr el camino al paraíso”.
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“Con espíritu de lucha y unidad”

Juan Victorica fue uno de los huelguistas que durante 32 días ayunó frente a la sede del gobierno chaqueño esperando ser atendidos por el gobernador Roy Nikisch. En diálogo con Auno, Juan, representante de la comunidad toba, destacó que el encuentro de Puente La Noria “que han denominado ‘de la Resistencia Indígena’ nos motiva a participar por lo que su nombre representa, ya que hace tiempo venimos luchando contra este sistema político que avasalla a los pueblos indígenas”.
El reclamo del que Juan fue protagonista comenzó en mayo, en el marco de una protesta por “actos discriminatorios de parte del intendente (de la localidad de Villa Río Bermejito, Lorenzo) Heffner”, resumió. Pese a la denuncia de las comunidades, “el gobierno (chaqueño) no ha querido atender a las comunidades indígenas y eso produjo que los hermanos iniciaran una huelga de hambre que duró 33 días hasta que se consiguió un pacto que el gobernador (Nikisch) no a cumplido”, sentenció Victorica.
Hasta Lomas de Zamora, Juan trajo la denuncia de su pueblo: “El gobierno del Chaco tiene políticas sistemáticas muy desagradables cuando se trata de familias pobres sean o no indígenas”. Como él, otros cuatro huelguistas chaqueños participaron de diferentes actividades que realizaron en Buenos Aires a modo de protesta por la celebración del “Día de la Raza”.
El toba destacó “la cantidad de jóvenes y de niños que están aquí (en Puente La Noria) compartiendo y las bandas que apoyan la resistencia del pueblo indígena con corazón humano”. Para él, “apoyar una lucha de estas característica no es fácil. La cantera política que está en el gobierno sofoca toda actividad que la sociedad civil quisiera organizar”.
No obstante, Victorica reconoció que en los diferentes lugares del país donde estuvo fue encontrando “chicos que tienen espíritu de lucha, solidaridad y convergencia para el bien común de la sociedad. Cuándo uno se identifica (con una causa) es cuando le ha llegado a un grado de resistencia”.
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