A 30 años de la muerte de Julio Cortázar

El autor de las novelas El examen y Rayuela, entre otras muchas obras, había nacido en Bruselas y falleció en Francia. Se fue de la Argentina cuando gobernaba el peronismo. Regresó cuando recién había asumido Alfonsín, pero el gobierno de entonces lo recibió con indiferencia.

Horacio Raúl Campos

Lomas de Zamora, feb 13 (AUNO) – Este mes se cumplen treinta años del fallecimiento de Julio Cortázar, un escritor sobre el que pesa un inquietante consenso unánime que podría cerrar su obra a lecturas críticas.

Admirado hasta por quienes no lo leyeron, Cortázar vivió en Banfield, pero su casa en vez de ser un monumento nacional para la atracción turística y cultural fue derrumbada por esa clásica manía argentina de tirar abajo la arquitectura que más o menos prodiga identidad a través de su pasaje simbólico por el tiempo.

A tres décadas de sus muerte, diarios y revista de todo el mundo cansan sus páginas con homenajes y menciones de sus obras y otros detalles de la vida del escritor argentino, pero difícilmente los tumultuosos panegíricos permitirán conocer en profundidad la escritura al menos de alguna sus principales libros.

Algunos biógrafos dicen que mientras transcurrió su infancia en Banfield habría leído las obras de Julio Verne y precisamente por ese motivo tituló a una de sus escrituras, un conjunto de relatos un poco aburridos, como La vuelta al día en ochenta mundos. El desvío remite a uno de los libros de aquel escritor francés La vuelta al mundo en ochenta días.

Había nacido en Bruselas el 26 de agosto de 1914 y falleció en París el 12 de febrero de 1984 y antes de ese final estuvo en la Argentina, cuyo gobierno radical que recientemente había asumido le mostró indiferencia.

Estando en Francia empezó a tener simpatías por los movimientos revolucionarios del Tercer Mundo.

Varias de sus obras fueron traducidas a decenas de idiomas e incluso algunas de ellas fueron llevadas el cine por los directores Antín, Antonioni y Bauer, entre otros.

No son pocos los que opinan que El examen, la novela escrita en el 50, durante el primer gobierno peronista y profundamente discriminadora hacia ese sector político, es más fuerte que la machista Rayuela.

El maltrato a los personajes femeninos que se registra en Rayuela ya está prefigurado en El examen. Es muy difícil dejar pasar por alto los ecos racistas y machistas de varias de sus creaciones.

La crítica profunda al corpus de textos de Cortázar que tienen como destinatario al peronismo en general, a algunos de sus líderes políticos o a la clase social en ascenso que produjo las políticas públicas allá por los cuarenta o cincuenta, no lo hará mejor, ni peor y tampoco disminuirá su presencia como intelectual argentino. Sólo aportará a conocer más su escritura.

Al cumplirse treinta años de su muerte volvió a las páginas periodísticas la hipótesis lanzada hace más de una década por la poeta uruguaya Cristina Peri Rossi según la cual Cortázar habría fallecido a raíz de una transfusión contaminada que le practicaron en Francia.

AUNO 13-02-14
HRC

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