En el marco de los 33 años de la “Noche de los Lápices”, distintas organizaciones sociales, barriales, partidos políticos y centros de estudiantes marcharon hoy desde la estación de esa localidad de Lomas de Zamora hasta el centro clandestino de detención llamado Pozo de Banfield para recordar a los jóvenes militantes desaparecidos en la madrugada del 16 de septiembre de 1976 y volver a manifestarse en contra de la instalación de un museo en ese lugar y exigir que sea administrado por esas organizaciones.
Durante la última dictadura militar, el Pozo de Banfield funcionó como centro clandestino de detención de la Brigada de Seguridad, Investigaciones e Inteligencia de la Policía Provincial, y hasta el 2006 fue utilizado como dependencia de la bonaerense “naturalizando que en ese lugar habían sido detenidas, torturadas y asesinadas cientos de personas”, tal como interpretó a AUNO el abogado de la Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo (Cadep), Sergio Smietniansky.
“Las organizaciones sociales y barriales fueron quienes lucharon y lograron en 2006 el cierre definitivo del lugar que funcionaba hasta ese momento como dependencia de la Policía Bonaerense y es por eso que exigimos que el Pozo no sea utilizado como museo de la memoria”, según afirmó Smietniansky.
“En este lugar hubo un centro clandestino de concentración, donde fueron torturadas cientos de personas, entre ellos estudiantes secundarios, y además funcionó como centro maternal clandestino”, afirmó el abogado.
“Es la segunda vez que venimos a acompañar esta marcha de (la Multisectorial) Chau Pozo”, comentó a AUNO Lucas Tedesco, de la organización Chicos del Sur, y explicó que desde ese espacio adhieren al petitorio de que el ex Centro Clandestino de Detención “se convierta en un lugar con impronta cultural, que siga representando la lucha”.
“Si no fuera por los estudiantes de la ‘Noche de los Lápices’, en el presente ellos no podrían ir al colegio”, reflexionó, además, Tedesco en referencia al reclamo por un boleto estudiantil que llevaban los chicos de secundaria desparecidos en La Plata, y agregó: “Por eso venimos con los niños (de nuestra organización social), para que participen, ya que uno de sus derechos es el de expresarse”.
En la manifestación que se concentró a las 17 en la plaza de la estación de Banfield estuvieron presentes los chicos del centro de estudiantes del Normal de Banfield (Ensam), los de la Universidad de Lanús, los trabajadores del Estado agremiados en ATE, Cadep, el Movimiento Independiente de Desocupados Organizados (MIDO), la agrupación No Pasarán y Chicos del Sur, entre otras.
Un miembro de una de las fuerzas políticas presentes, el Partido Revolucionario Marxista Leninista, explicó a AUNO que el reclamo de no dejar que el Pozo se convierta en un museo se debe a que entienden “la memoria como un espacio vivo”, por lo que reclaman que el lugar sea un espacio aglutinador de las organizaciones sociales”.
“Queremos preservar este lugar como prueba judicial en la lucha de los genocidas, ya que pasaron por el mismo la Triple A del gobierno de Marìa Estela de Perón, las Fuerzas Armadas durante el último Golpe Militar y la Policía Bonaerense desde el retorno de la democracia hasta el 2006, cuando gracias a la lucha de las organizaciones sociales logramos que se cerrara y se desalojara a la policía”, dejó en claro Smietniansky.
En la misma línea, un vecino de la asociación civil El Palomar, que atiende a chicos con problemas de adicciones y que participó de la movilización, destacó a esta agencia que el Pozo de Banfield “es un lugar donde hay muchas pruebas a investigar”, razón principal por la que adhirió a la convocatoria, a pesar de no participar de una organización social ni política.
MLC-RM-AFD
AUNO-16-09-09
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