Zubeldía quiere una revancha

El entrenador analizó la campaña del “Granate”, y a pesar de no cumplir los objetivos propuestos para la temporada 2009-10, renovó su contrato con el club por un año más, pues cree que se merece un desquite “Habrá chances para tomarse revancha de esta desilusión. Tenemos material como para demostrar que este equipo puede trascender a nivel local y luego en el plano internacional”, señaló.

Matías Quercia

El gol de Ignacio Piatti en el “Libertadores de América”, en la última fecha, que sentenció la derrota (0-1) de Lanús ante Independiente, dejó al elenco granate sin la posibilidad de cumplir el objetivo que le quedaba en el
Torneo Clausura: entrar a la Copa Sudamericana del próximo semestre.

Pero si a objetivos se refiere, cuando arrancó a rodar la pelota en 2010, los dirigidos por Luis Zubeldía tenían en mente alcanzar, al menos, los octavos de final de la Copa Libertadores y a su vez, hacer un digno papel en el torneo local.

El entrenador, que ya tiene acordado continuar un año más en el club, analizó la realidad de su plantel y destacó que “lo que se propuso desde un principio no se cumplió como se esperaba” pero remarcó que “siempre hay chances para tomarse una revancha después un desilusión”.

“La campaña del equipo tuvo altibajos muy pronunciados. No arrancamos de la manera que hubiésemos querido y pagamos caro algunas desconcentraciones. Con el tiempo fuimos mejorando y terminamos con un rendimiento más elevado, aunque no nos alcanzó para entrar a la Copa, que era el objetivo que nos quedaba”, señaló.

Lanús cosechó 60 puntos en la temporada y terminó en 7ª puesto de la tabla general, a uno de Vélez, que sobre el final, con un empate frente a Central (0-0), le ganó la pulseada por un lugar en el certamen internacional.

Es también 7ª la ubicación que obtuvo en el torneo que finalizó hace menos de una semana, donde cosechó 29 puntos, lejos del campeón, Argentinos, que con 41 unidades se llevó el Clausura para La Paternal.

“Nuestra idea era superar los 30 puntos y armar un colchón importante, como estamos acostumbrados desde hace algunos años. Desde que estoy en el banco de Lanús, éste es el campeonato que menos sumamos. El problema estuvo en la irregularidad del equipo”, analizó.

El elenco del Sur del Conurbano bonaerense disputó Copa Libertadores y torneo doméstico en este semestre, que condicionó la conformación del plantel, a partir del recambio constante que debió hacer el entrenador entre las dos competencias.

“Tal vez el inconveniente de ser tan irregulares en esta primera parte del año estuvo en que jugamos dos torneos al mismo tiempo. Pero no es excusa porque ya tuvimos otros semestres con estas exigencias.

Sabemos que es muy complicado afrontar dos torneos en forma simultánea y creo que deberíamos plantearnos si convienen estos desafíos”, apuntó.

Y agregó: “El desgaste es muy grande a nivel físico y mental y eso a la larga los jugadores lo terminan pagando. Por eso hay que ver si no es mejor en esta oportunidad, dejar de lado el nivel internacional y dedicarse de lleno al torneo local. Eso va a pasar en el próximo campeonato y quizá nos sirva para ser protagonistas”.

Doble compromiso y continuidad
Más allá de las complicaciones que acarrea afrontar dos competencias a la vez, Lanús, en la edición 2010 de la Copa Libertadores volvió a quedar eliminado en la fase de grupos, como le había ocurrido el año pasado, sin lograr avanzar a octavos de final, objetivo que tenía el plantel desde un principio.

La campaña, con dos victorias –frente al Blooming de Bolivia, uno de los equipos más débiles del certamen-, dos empates y dos caídas, dejaron a los de Zubeldía con las manos vacías.

El empate en cero, en la “Fortaleza” de Guidi y Arias, ante Universitario de Perú será por mucho tiempo un amargo recuerdo para los futbolistas granates.

Un gol les hubiese otorgado a los dirigidos por Zubeldía la clasificación a la siguiente ronda, pero ese tanto no llegó nunca y la eliminación provocó una frustración que generó una pelea con los futbolistas incaicos en medio de la cancha, producto de la impotencia.

La derrota frente a Independiente, la semana pasada, dejó el mismo sabor luego del penal errado por el paraguayo Santiago Salcedo y la enorme cantidad de chances que desperdició el “Granate” cuando el partido estaba igualado.

Bastaba un gol para alcanzar la clasificación a la Sudamericana, pero ese tanto nunca llegó y la sensación de frustración volvió a repetirse en el ánimo de los jugadores e hinchas de Lanús.

“Da bronca saber que estando tan cerca se nos escapó por muy poco. La falta de contundencia fue una constante y lo pagamos demasiado caro.

Tuvimos muchas chances en el último partido y por no convertirle un gol a Independiente no entramos a la Copa. Pero esos errores los repetimos durante todo el campeonato”, admitió el DT.

La baja eficacia a la hora de convertir en el arco de enfrente y los problemas defensivos para contener a los rivales en el propio, fueron una constante del equipo de la Zona Sur del GBA en la primera mitad del 2010.

Los inconvenientes en la última línea se evidenciaron, fundamentalmente, en el comienzo del campeonato, ya que luego de las primeras nueve fechas, a Lanús le convirtieron 17 tantos, y así, se transformó, en uno de los elencos más goleados del certamen, sólo detrás de Boca, que recibió 18, en el mismo período.

Las dudas sobre la continuidad del entrenador pampeano sonaron más fuerte que nunca y las grietas en la defensa, al igual que la confianza del plantel a la hora de afrontar los compromisos, hicieron que la dirigencia tuviera que darle un espaldarazo para que se quedara.

A partir de ese momento, y ya con la Libertadores en el recuerdo, Lanús mejoró su rendimiento y mientras atravesó una racha positiva de nueve partidos sin derrotas, con seis victorias y tres empates, la defensa también aportó para que el equipo levantara vuelo en la tabla de posiciones.

Con mayor solidez y concentración, el “Grana” recibió en la segunda parte del campeonato seis goles en contra 23 en total lejos de los 33 que le convirtieron al “Xeneize” para transformarse en el equipo más goleado.

“Mejoramos mucho y mostramos una mayor fortaleza. Aprendimos de algunos errores del comienzo y los resultados llegaron. Es verdad que no nos alcanzó para pelear más arriba y ser protagonistas, pero el equipo se recuperó y en el último tramo jugamos como sabemos hacerlo”, afirmó.

Las inferiores, una apuesta permanente
La cantera, que parece inagotable, esta temporada aportó juveniles de calidad como el mediocampista Guido Pizarro, que se asentó en el equipo titular, y Leandro Díaz, máximo artillero de la reserva, que también anotó en Primera División.

Entre jugadores que aún no lograron explotar su rendimiento figuran el delantero Cristián Menéndez y el defensor Rodrigo Erramuspe, que ya tuvieron oportunidad de mostrarse entre los titulares. Hay otros, en cambio, que, surgidos desde las inferiores, se perfilan como potenciales figuras del plantel.

Quizás a quien mayor confianza le da el entrenador en ese sentido es a Agustín Marchesín, que se adueñó del arco granate y dejó en el banco a un experimentado como Mauricio Caranta, que venía al club proveniente de Boca, y ahora será prescindible para la próxima temporada.

“Los chicos están haciendo su primera experiencia a largo plazo y nos vienen dando muchas satisfacciones. Muchos de ellos son los pilares de este proyecto que tiene Lanús y que permitió que creciéramos tanto en los últimos años. Algunos ya se asentaron bien y a otros hay que darle un poco más de tiempo, pero todos tienen enormes condiciones”, aportó.

Y continuó: “Marchesín es un arquero de Selección y por eso le brindé esta confianza. Tiene grandes cualidades y el conocimiento que está adquiriendo en este tiempo le va a servir para más adelante. Pero muchos juveniles crecen a la par, y hoy eso está dando sus frutos”.

Para Zubeldía, que acordó quedarse un año más en la institución. Su intención es la de “sentar las bases para hacer de Lanús un equipo competitivo que logre trascendencia a nivel local y después internacional”.

AUNO-20-05-10
MRQ-LDC

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