Una historia repetida…

A lo largo de la temporada 2009-10 de la Primera B Metropolitana, el club de Lomas de Zamora cometió los errores de otros años y se quedó sin la posibilidad de clasificar, por lo menos, al Torneo Reducido. La contratación de tres cuerpos técnicos, jugadores que no rindieron y dirigentes sin capacidad a la hora de sostener un proyecto, fueron las causas de otra decepción para la afición «Milrayitas».

Matias Mazzocchi

Muy lejos de las aspiraciones que existían al inicio de la temporada 2009-10, Los Andes no cumplió con ninguno de los objetivos que se propuso tras descender a la Primera B Metropolitana, y concluyó el campeonato con las manos vacías. Es que los dirigentes no aprendieron la lección que determinó que el equipo bajara desde la B Nacional, a mediados de 2009, y por eso, el club de Lomas de Zamora finalizó a 17 unidades del campeón, Almirante Brown. Nada fue producto de la casualidad. En definitiva, se trató de un rumbo plagado de errores y falencias, que desde hace tiempo vienen repitiéndose en el mundo del “Milrayitas”.

Tres cuerpos técnicos, jugadores –con sueldos bien onerosos—, que no rindieron y dirigentes que no sostuvieron un proyecto por más de 20 partidos, provocaron un triste final de temporada. En un torneo de 42 fechas, Los Andes nunca logró una identidad de juego.

El elenco lomense arrancó el campeonato con Luis Blanco al frente del plantel, pero su estadía en el club duró ocho partidos, luego lo siguió Germán Corengia, que dirigió durante 18 fechas. En tanto que Oscar “Cachín” Blanco cerró la temporada con 14 encuentros. Ninguno de los tres pudo completar una rueda (21 partidos), y eso demuestra por qué Los Andes no pudo clasificar al menos al Torneo Reducido, instancia que otorgaba a su ganador la posibilidad de luchar por un ascenso a la B Nacional.

Antes de comenzar el campeonato, el objetivo para los dirigentes era claro: operación retorno. Estas dos palabras significaban armar un equipo con pretensiones de ascender y recuperar el lugar que le arrebató Deportivo Merlo en aquella Promoción disputada el año pasado. La dirigencia tomó tal determinación porque había plata fresca en las arcas del club, gracias a la venta del 70 por ciento de los derechos federativos del mediocampista Marcos Britez Ojeda a un grupo empresarial, que pagó 400 mil dólares. Pero se falló en la elección los intérpretes.

Los que llegaron…
Para el inicio de temporada se incorporaron nueve jugadores: Ignacio Celaya, Emanuel Ferrantino, Gastón Samudio, Albano Becica, Alejandro Friedrich, Matías Raposo, Daniel Giménez, Luis Rivero y Luis Rodríguez. Además se les renovó el contrato a Walter Cáceres, Patricio Grgona, Walter Alcaraz y Cristian Vega, entre los más importantes. A su vez, retornaba al equipo Martín Avalos, jugador de las divisiones inferiores que había sido cedido a Comunicaciones, club en el cual había marcado una buena cantidad de goles, y por eso, llegaba como un refuerzo más.

La idea era mantener una base de jugadores del equipo que militó en la B Nacional durante 2008-09 –sobre todo en defensa—, y reemplazar a los futbolistas que se fueron por otros con renombre y trayectoria, para armar un equipo competitivo.

Sin embargo, cuando finalizó la primera rueda, Los Andes le rescindió contrato a Rapaso, Becica y Rivero, que no cumplieron con las expectativas. Mientras que Ferrantino y Samundio nunca fueron muy tenidos en cuenta por los entrenadores. Por su parte, Avalos, que actuó como titular durante gran parte de la primera rueda, fue cedido otra vez a préstamo. La idea de Corengia —que había asumido la conducción del equipo en la mitad de la primera rueda—, era traer otro goleador para suplir los problemas que había en la ofensiva.

De los nueve jugadores que trajeron los directivos antes del inicio de la temporada, cinco ya no estaba en los planes de Corengia, y por eso había que traer jugadores para tratar de corregir los errores de la primera parte del campeonato. Los Andes aún mantenía la ilusión de pelear el campeonato, pese a que se estaba alejando de los puestos de vanguardia.

El ex coordinador de las divisiones inferiores trajo entonces a Nicolás Minici, De Muner y Sebastián Matos, el goleador que pretendía. De los tres jugadores contratados, Minici y De Muner jugaron en la mayoría de los partidos, pero Matos –jugador de renombre en la categoría— sólo disputó un único compromiso en la gestión de Corengia.

Después, como los resultados no eran los esperados, el joven entrenador dio un paso al costado. La inestabilidad de Los Andes volvió a relucir, y el anhelo del rápido retorno se convirtió en una meta que se alejaba, a medida que el equipo perdía posiciones en la lucha por el torneo.

Entonces llegó “Cachín”
Con ese panorama asumió Blanco. Lejos de la pelea por el campeonato y sin tener la posibilidad de traer algún jugador, el nuevo entrenador se tuvo que adaptarse a lo que había en el plantel. Por ese entonces, Avalos estaba cumpliendo con goles en Brown de Adrogué, mientras que Matos, que vino para sumarle goles al equipo, estaba sentado en el banco de los suplentes, sin poder aportar soluciones.

El problema no era de Matos sino de los dirigentes. Desde el comienzo de la temporada, Los Andes intentó armar un equipo para lograr el ascenso, pero la falta de convencimiento hacia un proyecto; los errores; la mala elección de los jugadores y las contrataciones de tres cuerpos técnicos en un campeonato, lo impidieron.

Paradójicamente, en 2008, Los Andes y All Boys lograron el ascenso a la B Nacional. El equipo de Floresta mantuvo el mismo entrenador (José Romero) durante dos temporadas y ahora llegó a Primera, mientras Los Andes cambió siete entrenadores en el mismo lapso. Ahora, el club del Sur del GBA empieza a prepararse para disputar otra temporada en la B Metropolitana. Hay que dar vuelta de página para escribir una nueva historia. Aprender y no volver a cometer los mismos errores del pasado para lograr el crecimiento de la institución.

AUNO-24-05-10
MM-LDC
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