El “Milrayitas” vivió un 2010 lleno de frustraciones

Con 21 encuentros sin victorias, el elenco de Lomas de Zamora cerró el peor semestre de su historia. Los cuatro cuerpos técnicos que utilizó en menos de seis meses, y el quinto que arrancará en 2011, constituyen la clara demostración de la magnitud que posee la crisis que vive la institución.

Matias Mazzocchi

Lomas de Zamora, diciembre 14 (AUNO)- El año se termina y llega el momento de hacer balances. Una etapa ideal que invita a la reflexión. Los dirigentes y jugadores de Los Andes deberían encontrar en este período una explicación del triste presente que vive la institución, que cerró el 2010 con la peor racha negativa de su historia y en la última posición en la tabla de posiciones del campeonato de la Primera B Metropolitana. Está claro que en Lomas, los festejos y los brindis quedarán para otra ocasión.

En la triste realidad que envuelve al “Milrayitas” hay varios responsables: dirigentes, técnicos o jugadores. Por eso, llegó el momento de pensar y analizar todo lo se hizo mal en Los Andes.

Este presente no es producto de la casualidad ni del destino, sino de la acumulación de errores que año tras año se repiten. Ahora, todas las equivocaciones se hicieron más notorias porque el equipo tocó fondo, pese haber conformado el plantel más caro de la categoría.

Los desaciertos se repiten y la solución (equivocada) es siempre la misma. Es que en los últimos años, producto del deseo por buscar un ascenso a la B Nacional, Los Andes adquirió la triste costumbre de contratar varios entrenadores por temporada, algo que perjudica notoriamente el crecimiento futbolístico de cualquier equipo. De esta manera es muy complicado (casi imposible) conseguir los objetivos que el “Milrayitas” se plantea antes de empezar cada competencia.

Las últimas temporadas probaron que de esa forma los objetivos no se cumplen. Y en este semestre eso se reflejó en su máxima expresión, ya que en 21 partidos, el elenco albirrojo tuvo cuatro cuerpos técnico (Oscar Blanco, la dupla Marcelo Rios-Néstor Garay, Néstor Ferraresi y Ricardo Rodríguez) y ninguno de ellos pudo revertir la crisis futbolística que vive el elenco sureño. Es más, en 2011 habrá un nuevo técnico, el quinto en lo que va de la temporada.

Es verdad que ninguno pudo solucionar el problema que se generó, pero fue Blanco, quien, junto con la comisión directiva, armó el plantel y avaló la contratación de 17 futbolistas, de los cuales la mayoría dejarán la institución en estos días.

Los entrenadores demás no tuvieron ni la capacidad ni la fortaleza como para revertir la situación. Rodríguez intentó cambiarle la cara al equipo, pero los resultados no fueron favorables y tuvo que abandonar el cargo, debido a que de los siete partidos que disputó, sólo sumó un punto.

La situación provoca tensión, ansiedad e inseguridad. Una acumulación de sentimientos que no permite ver con tranquilidad los pasos a seguir. Por eso, hoy, el miedo al fracaso sobrevuela en Lomas de Zamora.

Los pibes pusieron la cara
Cuando los resultados no aparecían, los jugadores no rendían y el ambiente era cada vez más tenso, Los Andes comenzó a recurrir a los jugadores de las divisiones inferiores para salir de esta situación. Pibes como Maximiliano Barreiro, Claudio Leguizamón, Emir Ham (que en menos de dos meses de entrenar con la Primera se adueñó del lateral izquierdo) y Leandro Corulo tuvieron que ponerle el pecho a una situación que no generaron, y cumplieron con creces.

Con estos juveniles, y el aporte de Leonardo Fino, Ignacio Ruano, Rodrigo Acosta y Luís Bevaqua, Alexis Mendoza y Guillermo Ojeda, el equipo empezó a tener otro funcionamiento, y aunque eso no se vislumbró en los resultados, se notó una mejora.

También fueron importantes los aportes de José Luís Gómez (de a poco va recuperando el nivel), Jonathan Tridente (marcó los dos goles y fue la figura en el empate con Sportivo Italiano) y Patricio Grgona (impone voz de mando desde el fondo).

Rodríguez intentó arrancar de cero, con muchos chicos de las divisiones inferiores y reduciendo la lista de profesionales de 40 a 20, sin embargo los dirigentes le quitaron la confianza y en menos de dos meses tuvo que abandonar el cargo.

El paso de RR quedará sólo en una anécdota, una de la cual no habrá mucho que decir, solamente que se arremangó las manos para hacer el trabajo sucio y les dio la oportunidad a muchos juveniles para mostrarse. Pero como los resultados no los acompañaron, en 2011 habrá otro entrenador. Un nuevo DT, que sólo contará con un par de semanas para conocer al plantel y encontrar el equipo titular ante del reinicio del torneo.

La incertidumbre que rodea a Los Andes en este momento es saber si el próximo entrenador intentará seguir la línea de Rodríguez (la de formar una base de jugadores del club) o será un bombero destinado a apagar el fuego. Si la idea es la segunda, difícilmente el “Milrayitas” pueda aspirar a un crecimiento futbolístico.

AUNO-16-12-10
MM-LDC

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