Fue absuelto un policía acusado del homicidio de un joven

El juicio oral y público a Martín Venturini concluyó con su liberación de culpa y cargos bajo el argumento de que mató a Enrique Redondo Martínez, de 19 años, en «legítima defensa» durante un intento de robo. «Aunque me cueste la vida, no voy a parar», aseguró la madre de la víctima, quien seguirá luchando «para hacer justicia por todos los chicos asesinados por la policía en casos de ‘gatillo fácil'».

Lomas de Zamora, 24 de mayo (AUNO).- El ex suboficial de la Policía Federal Martín Gabriel Venturini, acusado de matar a tiros a un joven de 19 años en octubre de 2002 en la localidad de Remedios de Escalada, Lanús, fue absuelto de todos los cargos por la Justicia, que consideró que actuó en “legítima defensa”. Los familiares de la víctima deberán resolver, ahora, si apelarán o no el veredicto.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1, presidido por Guillermo Rolón, falló a favor de la defensa del ex policía, que argumentó que los hechos ocurrieron cuando Enrique Redondo Martínez, la víctima, estaba armado y trataba de robarle.

Esa versión de los hechos fue sostenida, también, por el fiscal de la causa, Jorge Michelini, que a la hora de leer su alegato —y “sorpresivamente”, según el abogado de la familia Martínez— desistió de mantener la acusación sobre Venturini por “homicidio simple”.

“¿Por qué me hacen esto?”, gritó tras la lectura del veredicto y con la mirada perdida Delia Martínez, la madre del joven asesinado hace ocho años y medio. Lloraba recostada sobre el respaldo de la silla de ruedas en que una enfermera la logró sentar. La consolaban, con ojos vidriosos, amigos y familiares de otras víctimas.

Ya a la salida de los Tribunales, la mujer de 59 años, erguida, se recompuso. “Confié”, reconoció a AUNO. “Confié en esta Justicia corrupta, pero esto sigue por justicia para mi hijo y para todos los chicos asesinados por la Policía. Basta de ‘gatillo fácil’”.

“En estos nueve años me destruyeron. No tengo miedo y aunque me cueste la vida, no voy a parar. Mi familia ya sufrió amenazas de muerte, nos balearon el auto, nos secuestraron y hace cinco meses mi marido, que no pudo soportar la presión, murió. Todo para que no llegara a la verdad”, relató la mujer.

Según lo determinado en el fallo, la madrugada del 9 de octubre de 2002 Redondo Martínez, armado con un revólver calibre 22 marca Pasper Bagual, trató de robar al ex policía que lo mató al dispararle tres veces en “legítima defensa”.

Para el abogado de la familia que había pedido doce años de prisión para el ex cabo primero de la Comisaría Cuarta de Lanús —y que no estuvo presente por motivos personales—, “la legítima defensa debe ser acabadamente acreditada por quien la alega” y en el caso de Venturini “nunca se probó, por ejemplo, que el arma que supuestamente llevaba Redondo Martínez, haya sido empuñada por él”.

“No hubo una reconstrucción de los hechos porque la Fiscalía no lo permitió, no hay evidencias dactiloscópicas de Redondo Martínez en el arma, no hay testimonios que, tras pasar por el debido careo, sostengan que el joven fue visto con armas”, ejemplificó el abogado.

Por otro lado, AUNO accedió a la causa y comprobó que la descripción del arma realizada por los policías de la patrulla que se presentaron tras los hechos no coincide con la de un vecino que declaró haber visto el arma “color oscura y con cacha oscura y cromada”.

Además, en el Acta de Procedimiento redactada por los efectivos policiales se indica que se “procede a la incautación del arma revólver calibre 22 Pasper, con mango revestido con cinta aisladora color celeste, marca bagual con tres proyectiles”.

Iluchko explicó a AUNO que el arma fue sometida a una pericia en que se determinó que no había sido usada en por lo menos los diez años anteriores al hecho y que no funcionaba correctamente.

Para Walter Miralles, abogado del Centro de Protección de los Derechos a la Víctima, que asistió hoy para acompañar a los familiares del joven, “lamentablemente en estas causas donde interviene algún agente de una fuerza de seguridad es frecuente que haya impunidad”.

“Hubo muchas irregularidades en las primeras instancias de investigación, que son las que más valen para estos casos”, denunció el letrado, en diálogo con esta agencia, y evaluó que “el abogado Miguel Iluchko hizo lo mejor que pudo”.

En ese sentido, Miralles destacó que “con la cantidad de amenazas que recibió la familia, sobraban motivos para pedir la prisión preventiva. Que Venturini ya haya llegado (al juicio) en total libertad, es una injusticia”.

Ya se iba caminando Delia Martínez con su hija, cuando en un arrebato de fuerza se volteó. “Se piensan que soy débil porque estoy sola, pero mientras más débil me piensen, más fuerte los voy a pisar”, dijo, y dio un golpe seco al suelo con el taco de su bota.

RM-AFD
AUNO-24-05-11

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