Lomas de Zamora, mayo 7 (AUNO).- Eran las 21.30, hora en la que había sido anunciado el show. Las 1150 butacas del Coliseo Italiano de Lomas de Zamora estaban ocupadas aquel 7 de mayo de 2011. El clima comenzaba a caldearse a fuerza de aplausos y voces. Los pies nerviosos zapateaban, se juntaban, se estiraban, se calmaban y se volvían a juntar. Finalmente, media hora más tarde el público pudo ponerse de pie: Luis Alberto Spinetta, el Flaco, estaba en escena.
Comenzó con “Mi elemento”, un tema de Un mañana, su último disco de estudio. Y es que Spinetta siempre defendía sus últimas creaciones, cosa que dejaba claro con la frase “aunque me fuercen yo nunca voy a decir que ‘todo el tiempo por pasado fue mejor’; mañana es mejor”, tal como profesaba en su emblemática “Cantata de puentes amarillos”.
En el espectáculo que duró aproximadamente dos horas, estuvo acompañado por Sergio Verdinelli en batería, Baltasar Comotto en guitarra, Matías Méndez en bajo, Claudio Cardone en teclados y Mono Fontana como tecladista invitado. Pero el recital contó también con una participación muy especial, la de su hija menor, Vera Spinetta.
Mientras el Flaco tocaba “Milonga blues”, en homenaje al cantautor uruguayo Hugo Fattoruso, la joven apareció por detrás del telón para aportar sus coros. Luego, cantaron juntos “Durazno sangrando”, una canción que todos esperaban y que al revelar el principio de su melodía provocó el aplauso instantáneo de todo el teatro. Él sabía que sus oyentes necesitaban algo más que lo nuevo.
Los temas de Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Spinetta Jade y Los Socios del Desierto, no habían quedado en el olvido. De hecho, en el silencio que se generaba entre canción y canción, desde el fondo siempre se escuchaba la voz de un fanático que pedía a gritos “Post crucifixión”, por lo que Spinetta otra vez le hacía entender con algún chiste que no había temas de Pescado en el repertorio.
“Así mi corazón te añorará”, fue la frase que eligió Vera Spinetta para despedir a su papá a través de la red social Twitter el 8 de febrero, y también fue el último verso que cantó con él en ese recital, un fragmento de “Cabecita Calesita” del disco Pan.
Toda la noche estuvo sentado, con su polera celeste y su guitarra roja. No eran necesarios efectos de luces ni disfraces ni coreografías, sólo primaba la música y la poesía.
Otro momento especial fue cuando le dedicó “Las cosas tienen movimiento” a Fito Páez, un tema que habían tocado juntos en varias ocasiones y que en una de ellas, más precisamente en el recital de Las Bandas Eternas de 2009 en Vélez, Fito cambió el final de la letra y le cantó: “Es que siempre estarás, Luis Alberto, siempre estarás… en mí”.
Decenas de músicos que trabajaron con él, aseguraban que el Flaco era muy generoso, y un momento en el que se vio reflejada esa virtud fue cuando dejó solo en el escenario a Claudio Cardone, quien tocó un bellísimo tema instrumental con su teclado. Cuando la canción terminó, Spinetta volvió maravillado y le preguntó “¿Qué tema es?”, a lo que Cardone le contestó “es de la película Peter Pan“, lo cual generó la sorpresa de todos. Pocos artistas eran capaces de brindar un espacio protagónico a un colega sin siquiera saber qué iba a tocar.
Finalmente, había llegado la hora del cierre. Para ello eligió “8 de octubre”, el tema que compuso junto a León Gieco en homenaje a las víctimas de la Tragedia de Santa Fe, en la que murieron nueve estudiantes y una profesora del Colegio Ecos cuando un camión, cuyo conductor estaba ebrio, chocó contra el micro en el que viajaban. Por eso, como lo hacía en todos sus recitales y como lo expresó en la última carta que escribió para sus seguidores, Spinetta pidió “si van a tomar, no manejen”.
Pero el público quería más, y luego de repetir “otra, otra”, los músicos salieron al escenario para brindar los últimos vestigios de magia.
“Las tazas sobre el mantel/ la lluvia derramada”, comenzó a cantar el Flaco y logró que se humedecieran los ojos de todos. “Té para tres”, de su colega Gustavo Cerati, generó el momento más emotivo de la jornada. Luego tocó “Tu vuelo al fin” de Un mañana, y ese sí, fue el último tema que se oyó en Lomas de Zamora.
Mañana se cumplen tres meses de su fallecimiento a causa de un cáncer de pulmón, y así como tantos artistas como Pedro Aznar, Machi Rufino, Rodolfo García, Lito Nebbia y Emilio del Guercio le brindaron su homenaje, esta ciudad le hará el suyo el sábado 19 de mayo en la Biblioteca Mentruyt.
Hoy la tristeza invade al pensar que nunca más se verá un cartel en la puerta del teatro Coliseo Italiano que anuncie una nueva presentación del Flaco. Pero este sentimiento se revierte al recordar a aquel laburante que editó 40 discos, que creaba mundos con sólo acariciar unas cuerdas y que transformaba las palabras en pedacitos del infinito. Luis Alberto Spinetta es eterno, su poesía no se olvidó ni se olvidará.
LMVR-AFD
AUNO-07-05-12