Renovar la música de cámara es el desafío de cuatro jóvenes seminaristas del Conservatorio Julián Aguirre de la localidad de Banfield que desde 2019 recorren los barrios del Conurbano sur con las melodías del cuarteto Arcos del Sur. “Somos conscientes de que la gente no va por la calle y escucha un violín de la nada”, aseguró a AUNO Isabel Rivero (31), líder del grupo conformado por Naara Avila (30), Martina Texeira (24), y Camila Barrientos (25).
“Siempre que suena un violín esperás escuchar música clásica o académica, pero el violín también puede rockear”, remarcó muy entusiasmada, a poco de iniciar el ensayo en la casa de Texeira en la localidad de Adrogué. Las partituras, los instrumentos de cuerda, los atriles y la calidez de las intérpretes creaban una atmósfera mágica en salón preparado como estudio, y el deseo de escuchar los acordes se mezcla con la charla y la risa de las protagonistas.
Las jóvenes ejecutan instrumentos que no son tan comunes de oír en la calle, pero desde melodías de Luis Alberto Spinetta hasta Metallica y piezas musicales de películas exitosas suenan en los acordes de los violines y violonchelos de Arcos del Sur.
El cuarteto se formó en 2019 cuando todas cursaban el Conservatorio y, como parte de una materia debían tocar música de cámara. Luego de esa experiencia, en el Día de la Música, Rivero les propuso seguir tocando juntas. “La música es el arte de combinar los sonidos y combinó las vidas”, señaló.
“El nombre de Arcos del Sur surgió casi por decantación”, según la líder del cuarteto, porque todas sus integrantes viven en el Conurbano sur de la provincia de Buenos Aires: Isa es de Solano, Naara vive en Monte Grande y Martina al igual que Camila es de Adrogué y su lugar de encuentro fue Banfield.
Las jóvenes reconocen que aún son artistas del under, autodidactas y autogestivas, porque todas hacen de manager cuando es necesario, llevan adelante muy activamente las redes sociales y sus familias las ayudan con el vestuario. “Todo a pulmón”, subrayó Avila.
Muchas veces tocan a la gorra para que sea accesible al público que las oye y admiten que, aunque hace cuatro años que tocan juntas en Arcos del Sur, es difícil acceder a eventos culturales y festivales, pero siguen trabajando para ello.
La identidad musical de Arcos del Sur
Además de tocar en el cuarteto, las jóvenes integran diferentes orquestas. Rivero y Ávila están en el Conservatorio, Texeira es miembro de la Orquesta del Teatro Argentino de La Plata y Barrientos participa en la Sinfónica Juvenil Libertador José de San Martín. “En una orquesta formás parte de una masa, pero en Arcos cada una se destaca por su sello personal y eso es notorio”, porque el espíritu de este cuarteto es «disfrutar y construir una identidad musical”, explicó a esta agencia Rivero.
“Todas tenemos una melodía diferente y así como cada una puede expresarse con palabras, también podemos expresarnos con la música y de diferentes formas”, comentó Avila y agregó que “la partitura marca una melodía, pero al ejecutarla cada una transmite su propia melodía e identidad”.
Cada una tiene su propia playlist dentro del grupo, Isa se define como “la rockera” y comparte con AUNO su deseo de tocar Jijiji y es fanática de Soda por eso su tema preferido es Trátame dulcemente. Avila expresó que “el público prefiere los tangos”, y el que más suena es Por una cabeza y su tema predilecto es Nothing else matters de Metallica, a Barrientos, en cambio, le gusta mucho Yesterday.
“La música transmite sentimientos y emociones, cada vez que tocamos el tema de la película Gladiador, la gente llora”, comentó Rivero y agregó que sucede lo mismo cuando tocan Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Fito Paez.
La chelista del grupo recordó que en una ocasión fueron teloneras de una banda de heavy metal de zona sur que se llama Fisión Nuclear y en esa oportunidad tocaron Seguir viviendo sin tu amor” de Spinetta. “El público empezó a cantar al son de los instrumentos de viento, fue una experiencia inolvidable”, expresó.
El 22 de noviembre Arcos del Sur cumplirá cuatro años y el sueño de la chelista y líder del conjunto es viajar y hacer una gira para difundir su música. “Después de tanto esfuerzo, me gustaría ser reconocida, primero en mi barrio, en Solano”, subrayó.
La tarde casi terminaba y el cuarteto de cuerdas a pleno ofreció un pequeño recital a AUNO. La melodía acariciaba el momento. Era imposible resistirse al encanto de la música que, desde el living de la casa de la joven, inundaba el barrio.
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Fotografías: Vilma Costanzo