La asesora en artes performáticas de la Subsecretaria de Gestión de Espacios y Proyectos Especiales del Centro Cultural Kirchner (CCK), Catalina Lescano, consideró que “significa un inmenso logro para el propio sector”, la unificación de los dos proyectos que proponen una ley de desarrollo de la danza y la creación del Instituto Nacional de la Danza.
En la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados se dictaminó el pasado 9 de noviembre el anteproyecto unificado por las diputadas del Frente de Todos, Marisa Uceda, y del Frente de Izquierda, Romina del Plá. Ahora resta que el texto sea tratado en Presupuesto y Hacienda para poder pasar al recinto.
Lescano explicó a AUNO que “si bien la danza hoy cuenta con mayor reconocimiento, se encuentra en una situación muy frágil y vulnerable”, por lo que “precisa de políticas públicas que trasciendan las voluntades de gestión”.
En ese sentido, expresó que es necesario un Instituto Nacional de Danza que funcione “con autarquía financiera, administrativa y personería jurídica propia, en el ámbito del Ministerio de Cultura de la Nación o el organismo que en el futuro lo reemplace”, ya que el Instituto Nacional de Danza (INDa) “tendrá a su cargo el fomento, promoción, estímulo, apoyo y preservación de la actividad de la danza en general y de la danza no oficial en particular”.
A su vez, la docente e investigadora de la Universidad Nacional de las Artes (UNA), Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Eugenia Cadús, sostuvo que se trata de una ley de fomento que “pretende difundir, apoyar y acompañar el desarrollo de la danza” a un nivel federal.
“Lo que hace es difundir la danza para todos los espectadores y espectadoras, es decir, no es solo para quienes practicamos este arte, sino también para todos aquellos que quieran y puedan ver la danza en diferentes partes del país”, destacó Cadús, quien también integra el Movimiento por la Ley Nacional de Danza.
La investigadora aseguró que «la mayoría del sector en realidad trabaja en un pluriempleo”, ya que realizan diferentes tareas, explicó, como docencia en el ámbito privado y en el ámbito público, obras de danza que en general se producen con los fondos de los propios artistas, con un trabajo bastante precario, y también otro tipo de actividades como la gestión misma, organización de festivales, por ejemplo, o gestión de compañías, de eventos, de ciclos y demás, .
“La pandemia golpeó al sector muy fuertemente, al no tener Instituto Nacional de Danza tampoco se podía saber específicamente cuántos trabajadores eran, qué se necesitaba, cómo poder ayudarlos y demás”, recordó.
Sin embargo, la pandemia permitió la organización del sector con la creación del Frente de Emergencia de Danza, que hoy nuclea a más de 50 colectivos, agrupaciones y que fue completamente autoconvocado, lo que llevó a “resolver los problemas de los trabajadores y las trabajadoras de danza de todo el país y a mediar también con el Estado”.
Finalmente, la bailarina, productora y también integrante del Movimiento, Luz Tripiana, coincidió en que “hoy la actividad se desarrolla de manera precarizada”, en gran parte al ser monotributistas y no contar con un sistema previsional, ni seguro de riesgo.
“La danza sobrevive y se desarrolla gracias al esfuerzo de sus hacedores, por eso seguimos trabajando por nuestra Ley Nacional de Danza que permitirá aplicar políticas públicas específicas para el sector”, subrayó.
Las tres profesionales expresaron sus expectativas de que el proyecto obtenga media sanción en la Cámara baja del Congreso antes de fin de año, para el próximo año ser tratado en el Senado de la Nación.
AUNO-17-11-23
FM-SAM
