El Colectivo de Educación por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Esteban Echeverría reclama la decisión del gobierno local de no colocar las baldosas en homenaje de Marta Alonso, Bonifacio Díaz y Victoria Borelli, empleados de la Fábrica Argentina de Porcelana Armanino (FAPA) de Monte Grande secuestrados durante la última dictadura cívica-militar.
La instalación de las piezas tendría lugar en las inmediaciones de la empresa, ubicada en Mariano Acosta y Carlos Pellegrini, y estaba prevista para el 1° de mayo, a razón del Día Internacional del Trabajador. La Iniciativa perseguía el objetivo de visibilizar y dejar asentado el paso del terrorismo de Estado por el conurbano sur.
Su gesta se remonta al último 24 de marzo, fecha en la cual familiares, allegados y miembros de la comunidad del partido echeverriano las confeccionaron durante una jornada conmemorativa en la Plaza de la Memoria. Las baldosas contienen una breve leyenda homenaje, junto a los nombres y las fechas de desaparición de las víctimas.
“Nos llaman informándonos que las negociaciones no estaban resultando, porque la fábrica no quería ninguna baldosa en la puerta y no autorizaba la colocación”, aseguró Rosana Esposito, miembro de la organización de DD.HH, quien explicó que le ofrecieron como alternativa “ubicarlas en la parte de atrás, en un lugar donde no pasa nadie”.
En conversación con AUNO, Esposito explicó que sabían que “no iba a ser algo sencillo”, ya que “nunca habían puesto una baldosa en la puerta de la fábrica”, pero que la solicitud la habían hecho con antelación. “El 24 de marzo hubo un acto, ahí se le entregó en mano al intendente Fernando Gray un petitorio, y entre esos pedidos figuraba la colocación de la baldosa de la Fábrica Armanino el 1° de mayo”, remarcó.
Y agregó: “La decisión del municipio fue la de optar por quedarse con la voluntad de los dueños de la fábrica, en lugar de hacerlo con la de muchos de los que estuvimos ahí presentes en la plaza ese día construyendo las baldosas. Esto nos obliga a replantear la actividad, porque uno no renuncia a eso”.
Esta agencia se comunicó con la Dirección de DD.HH de Esteban Echeverría y la Fábrica Argentina de Porcelana Armanino (FAPA) para consultarles sobra la situación pero no obtuvo respuesta.
Lo que se sabe del caso
Marta Alonso, Bonficio Díaz y Victoria Borelli eran trabajadores de FAPA e integraban las comisiones gremiales de la fábrica. En agosto de 1976 fueron secuestrados: Alonso y Díaz de sus hogares y Borelli al término de su jornada laboral.
Al día de la fecha los tres continúan desaparecidos y se desconoce su paradero debido a que no hay testimonios que acrediten haberlos vistos en Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE).
Sin embargo, se cree que compartieron el destino de Carlos Felipe Ochoa, un delegado gremial del Banco Nación de Monte Grande y militante de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) raptado en la misma zona y época que las víctimas de Armanino.
Gracias al testimonio de un sobreviviente como parte del Juicio a las Brigadas, que investiga los delitos de lesa humanidad cometidos en varias localidades de zona sur, se esclareció que Ochoa pasó por “El Infierno” de Avellaneda, y se hipotetiza que también allí estuvieron Marta, Victoria y Bonifacio.
”Estos familiares no tienen su cuerpo, no tienen juicio, no pueden atestiguar. Lo único que pudieron decir de sus familiares es lo que sabemos. Entonces, esas baldosas reflejan un sitio donde, aunque sea, puedan rendir un homenaje”, resaltó Rosana.
9-5-2023
NR-MEM
