“No confío en que esta iniciativa sirva para mejorar los problemas de salud en los chicos, afirmó Gustavo Cabral, un distribuidor de gaseosas de Almirante Brown que, como la mayoría de los que trabajan en el rubro de alimentación escolar consultada por este medio, consideró “absurda e imposible” el proyecto de ley que discute la Legislatura bonaerense para limitar la venta de golosinas en los colegios públicos.
Con el objetivo de luchar contra la obesidad infantil, el proyecto de ley que ya tiene media sanción de Diputados restringe la comercialización de golosinas, gaseosas, panchos y chocolates en las escuelas estatales del Conurbano, como así también la venta de productos, figuritas y juguetes que incentivan el consumo de alimentos y “no son favorables” en la salud de los escolares, según la norma.
El proyecto que promueve el “Programa de Lucha contra la Obesidad Infantil y Adolescente” ya fue aprobado por la Cámara de Diputados bonaerense y no sólo prohíbe la venta de golosinas, sino que también estimula el consumo de “productos saludables”, como yogurt, barras de cereales y pochoclos.
Para Cabral, “la solución no es a través de una ley, sino brindando educación y promoviendo la cooperación de la familia”, y consideró que “para llevar a cabo un proyecto como éste, que pretende cambiar los hábitos alimenticios, es fundamental que cambie la situación económica del país”.
Además, agregó que esta iniciativa “presupone un costo bastante alto y las instalaciones de la mayoría de los quioscos o bufetes no están preparadas para afrontarlo”. También expresó que “las familias tampoco cuentan con un poder adquisitivo adecuado para soportar una merienda sana y completa en el colegio”.
La alimentación que se da en las escuelas, particularmente en los almuerzos y las meriendas, es otorgada por las dependencias de Educación del Estado provincial, en colaboración con el nacional.
Julián Ser, encargado del quiosco de la Escuela Media 2 de la localidad bonaerense de Burzaco reconoció no tener “mucha información al respecto”, pero no obstante opinó que el proyecto de ley “no tiene sustento y no se ajusta a la realidad”.
“Esta propuesta afectaría directamente la economía del colegio”, argumentó a la vez que sumó a este inconveniente “la falta de infraestructura del lugar”, cuestión que podría ser solucionada con los ingresos que la institución siguiera recibiendo por los comercios que funcionan en él.
En diálogo con AUNO, Diego Pata, dueño de una distribuidora de golosinas de Longchamps consideró que la iniciativa “está más relacionada con la estética física y el marketing, y está lejos de tener incidencia en el campo de la salud”.
“Es una ley que no se puede implementar debido a que requiere un largo proceso”, aseguró Julián Ser y agregó: “Yo no puedo venir de un día para el otro y decirles a los chicos hoy hay frutas y verduras porque lo que más consumen, justamente, son alfajores, galletitas, gaseosas y chupetines”.
Por su parte, el secretario del Consejo Escolar de Almirante Brown, Carlos Maidana, fue otro de los que calificó de “absurda y paradójica” la propuesta, aunque indicó que la ley es “sólo un proyecto que aún no se concretó” y que por ese motivo desde esa área “no se ha discutido sobre el tema”.
Maidana aclaró que “el consejo no es el responsable de lo que se expende en las escuelas, sino que de eso se encarga la cooperadora de cada institución”, y añadió que la institución, en este caso, funciona como “garante de la legalidad de la forma”.
De implementarse esta ley, Cabral y Pata confirmaron que ellos, como comerciantes mayoristas, no se verán perjudicados económicamente y coincidieron en destacar que la sanción “afectará” en forma directa a las cooperadoras que tienen concesión de los quioscos.
RCI-AFD
AUNO-06-09-07
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