En el barrio platense de Los Hornos está la casa de Jorge Julio López, un albañil de 78 años que perteneció a la Juventud Peronista que militó la Unidad Básica Juan Pablo Maestre. Lo conocen como “Tito”, aunque una vez sus mismos compañeros le apodaron “Partido Socialista”. Pastor Asuaje, uno de ellos, recuerda que decidieron ponerle ese sobrenombre luego de un debate político en el que López afirmó que “esos que gritan ‘Perón, Evita, Partido Socialista’ no son peronistas”. Todos sus compañeros sabían que esa frase había sido dirigida a ellos. Según Asuaje, Tito no era un militante de “jornada completa”, sino que era “un trabajador que aportaba en las reuniones y en las tareas más riesgosas”.
La familia de López está constituida por Irene, su mujer, y sus dos hijos, Gustavo y Rubén. Para todos ellos López era Tito, un padre y marido que trató de resguardar a los suyos los detalles de lo que le tocó vivir durante su detención clandestina.
López militó en la organización Montoneros, durante la última dictadura militar estuvo detenido durante cinco meses en distintos centros clandestinos y fue torturado por el ex comisario Miguel Etchecolatz. Esto lo convirtió en “testigo clave durante el juicio que en 2006 se llevó cabo contra ese ex jerarca de la Policía de la provincia de Buenos Aires.
Los cinco meses de detención clandestina y torturas comenzaron para Julio López el 27 de octubre de 1976, cuando luego de romper la puerta de su casa un grupo de tareas se lo llevó con los ojos mal vendados en un auto en el que pudo identificar a Etchecolatz.
A partir de su secuestro, López pasó dos días en un centro de detención clandestino conocido como “Unidad de Cuatrerismo”, hasta que el 29 de octubre de ese mismo año lo trasladaron a la estancia “La Armonía”, donde fue torturado por un grupo de “picaneadores”, entre los que reconoció nuevamente a Etchecolatz.
En ese mismo lugar, López fue testigo de las torturas y el asesinato de Patricia Dell’Orto y de su marido, Ambrosio De Marco, y compartió su celda con el ex detenido desaparecido Julio Mayor.
El 20 de diciembre de ese mismo año lo trasladaron junto a su compañero de celda a la Comisaría 8° de La Plata y el 26 de marzo de 1977 se les informó que estaban a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, es decir que sus detenciones habían sido “blanqueadas”. Así, López y Mayor terminaron su detención en la Comisaría 9° La Plata, de donde salieron en libertad el 25 de junio de 1979, poco más de dos años y medio después.
A pesar de lo que le tocó vivir, en sus declaraciones públicas López consideró que fue “afortunado”, ya que entre octubre y noviembre de 1976 gran parte de sus compañeros de la Unidad Básica en que militó fueron secuestrados y pocos de ellos siguen con vida.
Sus últimas apariciones públicas fueron antes, durante y después de declarar en el juicio contra su secuestrador y torturador. A pesar de ser considerado un “testigo clave” para condenar a Etchecolatz (tal como ocurrió), nunca fue custodiado por las fuerzas de seguridad. La mañana del 18 de septiembre de 2006 se calzó sus borceguíes y salio de su casa. Hasta ahora no regresó.
- Trabajo de archivo: Yamila Vinelli
YV-AFD
AUNO-17-09-07
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