“El campeón no se discute”, reza una vieja máxima futbolera, pero más allá de cualquier adagio, nada impide enumerar las claves de un éxito deportivo. Aquí están las razones de esta consagración del ‘Granate’
Apostó al futuro
En un fútbol gobernado por la lógica de los torneos cortos, en el que impera la urgencia y la necesidad de obtener resultados inmediatos, Lanús eligió transitar un camino distinto. Desde 2005, cuando Ramón Cabrero asumió como DT del plantel profesional, la entidad privilegió el surgimiento de jugadores de sus divisiones inferiores; les brindó la posibilidad de tener continuidad, de adquirir experiencia, y así se formó un equipo maduro que conquistó el Apertura con toda justicia. Futbolistas como Diego Valeri, Lautaro Acosta, Sebastián Blanco y Agustín Pelletieri, son productos de esta política institucional y deportiva que el club de la zona Sur del Gran Buenos Aires desarrolla desde años.
Vendió bien y se reforzó con criterio:
Tras la finalización de la pasada temporada, Lanús transfirió a cuatro figuras importantes: el delantero Cristian Fabbiani, que partió al fútbol de Rumania; el volante Sebastián Leto al Liverpool inglés; y el defensor Mauricio Romero al Morelia de México, además del talentoso mediocampista Rodrigo Archubi, que partió al fútbol griego luego de que Cabrero lo marginara del plantel profesional por cuestiones disciplinarias.
Con estas ventas, Lanús se aseguró una buena entrada de dinero y lo invirtió de manera inteligente. Adquirió al delantero José Sand —que no era tenido en cuenta por River— por 1.400.000 dólares, el atacante peruano José Jiménez, el volante Adrián Peralta y los defensores Leonardo Sigali y Jadson Viera.
La incorporación de José Sand, la carta goleadora que hacía falta
Según lo reconoció el propio Cabrero, días atrás, en los tres torneos pasados, Lanús jugó partidos muy buenos, en los que desplegó un fútbol de alto nivel, pero la falta de resolución ofensiva le impidió quedarse con el triunfo en varias ocasiones. Con la llegada de Sand, el equipo superó esa dificultad. El correntino convirtió quince goles en 16 partidos jugados (0,94 de promedio) y se ubicó en segundo lugar de la tabla de artilleros del Apertura, detrás de Germán Denis de Independiente, que cosechó dos tantos más y tiene un partido por delante. “Lo de José fue importantísimo, sus goles fueron decisivos y este equipo le debe mucho”, remarcó ayer el propio Cabrero en medio de la euforia desatada por la consagración. Sand convirtió en 12 partidos (ocho triunfos, tres empates y una derrota).
Combinó orden con buen juego
A lo largo del campeonato, el equipo supo tener un buen equilibrio defensivo, con una línea de cuatro —Rodolfo Graieb, Santiago Hoyos, Walter Ribonetto y Maximiliano Velázquez— que aportó seguridad y oficio para darle una mano a un sobrio Carlos Bossio –le convirtieron en 12 partidos y sólo en tres sufrió más de un gol-. Esto se conjugó con el juego desequilibrante que en la mitad de la cancha aportaron Pelletieri y Valeri.
Asimiló con madurez el golpe de la eliminación en la Copa Sudamericana
En el arranque de la temporada, parecía que Lanús iba a prestarle más atención a la Copa Sudamericana que al torneo local, hasta que el 26 de septiembre cayó por 3-0 ante Vasco da Gama, en Río de Janeiro, por los octavos de final. Ese revés, sin embargo, no significó un golpe demasiado duro para el ‘Grana’. Después de aquella eliminación, se enfocó de lleno en el plano local. Le empató a Racing como visitante (1-1), superó a Vélez como local (2-1), derrotó a Arsenal en el Viaducto (1-0), y trepó a la punta con un 2-0 ante San Martín de San Juan, en la decimocuarta jornada. No se bajó hasta el final de la competencia.
AUNO
03-12-07 LDC-MFV