La novel escritora oriunda de Adrogué Paola Susana Solorza presentará este sábado su primer libro de poesías, en la Asociación Médica de Almirante Brown.
La obra lleva como título Contigüidades: Un mundo y se trata de una recopilación de poemas sobre diversas temáticas, agrupados bajo el concepto filosófico del “eterno retorno” nietzscheano.
La joven escritora, oriunda de Adrogué, presentará su libro a partir de las 18:30 en esa sede, ubicado en Macías 443, en Adrogué.
Solorza, licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires, reconoce la influencia del pensador Friedrich Nietzsche en su libro y destacó que “el eterno retorno es la imagen del círculo, por eso el fin del libro remite al comienzo”.
“El ‘eterno retorno’ nietzscheano conforma la vida, donde todo regresa pero no de manera idéntica, sino con un resto que hace a la diferencia”, explicó la escritora en diálogo con la Agencia Auno.
Explicó que “el círculo es justamente el mundo que está hecho de cosas contiguas, vecindades que se tocan y se entremezclan, porque todos somos contigüidades de algo o de alguien, ahí nace el título de la obra _Contigüidades: Un mundo_”.
La publicación, editada por la editorial Botella al Mar, posee ilustraciones realizadas por la artista plástica Nélida Grau y un prólogo escrito por Emil García Cabot, quien además presentará su nueva novela El viento y la bruma’ el próximo 21 de junio en ese mismo lugar.
Aunque esta escritora recién se inicia en la poesía, como narradora ha sido premiada con la Mención de Honor del Instituto Cultural Latinoamericano por su obra El pasado no condena, en el V Concurso Internacional de Narrativa 2008.
Por otra parte, en la Argentina el mito del eterno retorno, está presente en varios cuentos de Jorge Luis Borges, por ejemplo en El brujo postergado, entre otros.
El tema fue ampliamente estudiado por el escritor e historiador rumano Mircea Eliade, en su obra El mito del eterno retorno, que fue traducida al castellano.
La aristocrática filosofía del mito del eterno retorno básicamente implica sostener que la memoria colectiva es ahistórica y que todo recomienza por su principio a cada instante, lo que equivale a señalar que el hombre nada tiene que hacer en la historia.
Por lo tanto, según ese modo de pensar estudiado por Eliade, el pasado no es sino la prefiguración del futuro y postula que nada nuevo se produce en el mundo, porque todo no es más que la repetición de arquetipos.
Esa es la base filosófica de mucho de los relatos borgeanos, un escritor que despreciaba la historia y que postulaba un inmovilismo conservador ahistórico.
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