El Torneo Apertura está a punto de empezar pero en Banfield, por estos días, además de fútbol también se habla de política. Las elecciones del próximo 5 de octubre presentan un panorama parejo donde se presagia una definición cerrada. “Vivimos este momento con mucho entusiasmo pero también con compromiso, ya que tenemos la adhesión de muchos socios”, manifestó el contador Eduardo Spinosa, candidato a presidente por la Unión Banfileña. “Falta muy poco y creo que el socio nos apoyará. El club necesita un recambio. Debe ser manejado por gente vital, plena, que se encuentre en condiciones de hacer todo lo que sea necesario para poner a esta institución en el lugar que se merece estar”, remarcó el referente opositor.
-¿Por qué cree que el ciclo de Carlos Portell está desgastado?
-Porque lo mejor de estos diez años estuvo al principio. Los resultados son la muestra más clara: se consiguió el ascenso y se hicieron grandes campeonatos de la mano de Julio César Falcioni. Pero todo eso se desaprovechó. Por eso decimos que este ciclo está cumplido, que está desgastado. El gran debate es el Banfield del futuro y no el Banfield del pasado.
-Hace unos días, durante una asamblea realizada en la sede social, ocurrieron incidentes entre diferentes sectores del oficialismo. ¿Cuál es la mirada de la oposición sobre este tema?
-Preferimos apartarnos de esa situación. Creo que es algo que avergüenza a todos los socios. El problema actual es que dentro del oficialismo existe un conflicto de nombres, por eso no pueden conformar su lista ni discutir un proyecto serio.
-En diálogo con esta agencia, Portell dijo: “Costó 10 años reordenar al club y tememos que la inexperiencia de la Unión Banfileña haga que todo se pierda”. ¿Qué opinión le merece?
-A mi me da temor, por el futuro del club, que si Portell vuelve a ganar se repitan las mismas equivocaciones de siempre. Yo separo trayectoria de experiencia, y está a la vista que el presidente reitera errores de forma constante. Pero hay cosas que se hicieron bien y vamos a ser los primeros en cuidarlas y en tratar de potenciarlas. El club creció, es cierto, pero de manera desordenada, sin un proyecto sustentable.
-¿Es necesario un recambio generacional?
-Estimamos que sí. Hoy en día los clubes se manejan como empresas y necesitan gente que esté en la plenitud de sus vidas, tanto en lo cronológico como en físico. Manejar una institución requiere un trabajo de más de diez horas diarias, y por eso vemos que tanto en el fútbol argentino, como en el resto del mundo, los dirigentes más exitosos e innovadores son los jóvenes. Actualmente, por ejemplo, los nombres que asoman como principales candidatos en el oficialismo tienen un promedio que oscila entre los 70 años de edad.
-¿Cómo está el club en la faz económica?
-La situación es, al menos, preocupante. En enero no se podían pagar los sueldos del plantel profesional y por eso se vendió de manera apresurada a Cristian Maidana. En junio pasó lo mismo, y entonces se vendió a Darío Cvitanich, por cuyo pase ingresaron a Banfield casi seis millones de dólares, y no once como se informó. Además, la totalidad de esos ingresos ya se comprometió en gastos extraordinarios.
– ¿Qué opinión tiene sobre los refuerzos que llegaron para esta temporada?
-Sabemos que los pidió el cuerpo técnico y por eso estamos de acuerdo. Lo que notamos es que se cambió la política en cuanto a las incorporaciones: antes venían los jugadores a préstamo, y si rendían, bien, se les compraba un porcentaje de sus derechos federativos y el cargo del préstamo era a cuenta del pase; ahora, en cambio, salieron a incorporar directamente y a gastar de manera excesiva.
-¿Cree que el hecho de haber incorporado jugadores de buen nivel está relacionado con la celebración de las próximas elecciones?
-No sé, eso se lo deberían preguntar a Portell. Lo cierto es que si repasamos el equipo titular, sólo dos o tres jugadores son surgidos del club. Esto más que con las elecciones tiene que ver con los últimos resultados, que fueron bastante malos. Banfield tuvo una seguidilla negativa y hoy estamos mirando la tabla de los promedios. De ahí que se haya comprado excesivamente. Pero es el fruto de la improvisación constante, que llevó a la institución a cometer grandes errores.
-¿Qué vínculo tienen con Eduardo Duhalde?
-La relación con Duhalde es muy buena. Más allá de la relación familiar con Alejandro Grigera (candidato a vicepresidente primero de la Unión Banfileña, que es ahijado del ex presidente), lo consideramos un socio muy respetado, referente y sabemos que siempre apoyará a quien se encuentre al frente del club, como lo hizo toda su vida.
-El hincha desea poder gritar campeón por primera vez, y más aún luego del título que logró Lanús, algo que pudo haber generado cierta envidia, por todo eso, ¿considera que la vuelta olímpica debe ser un objetivo inmediato?
-A Lanús no le envidio nada porque me siento orgulloso de ser de Banfield, y así piensan nuestros socios e hinchas. Que hayan tenido la suerte de haber ganado un campeonato no debe alterar nuestras ideas. Si uno hace las cosas bien y toma decisiones acertadas, el campeonato tiene que dejar de ser un sueño para convertirse en un objetivo que puede alcanzarse en el corto o el mediano plazo.
-¿Se ve como el próximo presidente de Banfield?
-Falta muy poco y creo que el votante nos va a apoyar. En este tiempo nos estuvimos reuniendo con socios de diferentes lugares y encontramos mucha adhesión. Queremos ser un club participativo para que el socio vuelva a identificarse con su dirigencia y se sienta representado.
AUNO-06-08-08
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