Hombres y mujeres del barrio echeverriano de La Victoria tomaron ayer la Municipalidad de Esteban Echeverría y cortaron la calle que linda con la plaza Mitre durante al menos ocho horas en reclamo de un medidor de corriente eléctrica comunitario y mejoras en sus condiciones sanitarias. Aunque exigieron la presencia del intentente local, Fernando Gray, no hubo resoluciones por parte del Ejecutivo pero sí la presencia de la Infantería de la Policía Bonaerense. La segunda parte de la negociación está prevista para el próximo lunes.
Los vecinos salieron a la calle a pedir la asistencia oficial porque afirman que desde hace cinco días no tienen el servicio de electricidad del cual se proveían precariamente a través de una conexión clandestina con un transformador cercano.
Presuntamente, a causa del excesivo consumo que no soportó, la unidad se descompuso el sábado último y la empresa Edesur —siempre según las denuncias— se habría negado a restaurar el equipo porque esas tierras no están parceladas, es decir, que sus pobladores no están en condiciones de convertirse en legítimos usuarios.
Durante la mañana, la protesta se dirimió entre golpes a tachos y ollas, una quema de gomas y cánticos en apelación al jefe comunal. Pero por la tarde, cuando se decidió la toma del Palacio Municipal, el escenario cambió con la presencia de la Infantería en el descanso de la escalera del primer piso del edificio.
Al cabo, se concretó una reunión con el secretario de Gobierno, Ricardo Fernández, quien ofreció una prórroga de seis días para avanzar en la resolución del conflicto, de modo tal que el próximo lunes se espera una reunión de ambas partes en la sede del Ejecutivo para negociar entre las necesidades de unos y los intereses de ambos.
Los vecinos objetaron esa iniciativa: “Es una bicicleta para tenernos de un lado para el otro”, expresó a AUNO Inocencio Cáceres, uno de los líderes del reclamo. Sin embargo, otro grupo de padres sindicó a un cura local como la persona en La Victoria a la cual fue a buscar el funcionario, con la supuesta intención de convocarlo para que convenciera a los congregados. Dicen que el párroco sería un impulsor de la candidatura del ahora jefe comunal.
En La Victoria, ubicada en los confines de la cale Colón, lindera al barrio homónimo, la falta de luz no sólo complota contra la seguridad de las personas sino que les impide que las bombas de agua trabajen.
Según denunciaron los manifestantes, sus condiciones habitacionales distan mucho del estándar para un conglomerado urbano: las firmas proveedoras de electricidad, agua de red, telefonía y otros servicios no sólo se rehúsan a incluirlos como usuarios sino que les niegan la “legitimidad del barrio” porque carece de la categorización municipal, lo cual podría cambiar cuando se apruebe la reforma a las cargas tributarias y fiscales que analiza el Concejo Deliberante echeverriano.
Además, sus calles no son de asfalto, por lo que se dificulta todo tipo de tránsito, especialmente los día de lluvia. A esta situación, debe sumarse que en la zona funcionan desde hace varios años dos tosqueras pertenecientes a emprendimientos privados que fueron denunciados por una agrupación vecinal por acumular agua y basura, amén de ser una “actividad ilegal”.
Los manifestantes no se movieron del hall del Palacio de Santamarina al 100 hasta su retiro con la promesa de una solución en seis días. “Si en ese plazo el intendente no ofrece una solución, vamos a cortar las vías” del ferrocarril de la Línea Roca, amenazó Cáceres. “Estamos cansados de que se acuerden de nosotros cuando nos necesitan para la campaña y después se olviden”, fustigó el hombre, que es también miembro de la comisión directiva de la Agrupación Vecinal La Victoria, una junta informal que nuclea los pedidos comunes.
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AUNO 14-10-08
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