¿El latido del corazón define la existencia o simplemente la supervivencia de lxs humanxs y su humanidad?: esta es la pregunta rectora del espectáculo Tres latidos de pulmón artificial, oriundo del conurbano sur, que se presenta en Almagro. Con dirección de Nicolás Blandi, también dramaturgo, lomense, la propuesta teatral pone en primer plano la superficialidad de los vínculos sociales y amorosos.
Un grupo de amigas –Sofía, Laura, Samanta y Abigail– se va a pasar el fin de semana a una ciudad costera para despedir la soltería de una de ellas. Sin embargo, un viaje cotidiano termina transformándose en una aventura ficcional, sensorial, de cruces y entrecruces filosóficos. Con la actuación de Mailén Dastoli, Pilar Rodríguez Rey, Florencia Cibeira, Antonella Fontana y Patricia Gayoso, y la música de Federico Meier y Blandi, la obra continúa en cartelera los viernes 1º y 15 de abril a las 21, en el Teatro Beckett (Guardia Vieja 2256).
Una escenografía atrapante deja ver una gran recopilación de recortes de papel cubriendo todo el escenario. Un espacio colmado de vida, esboza un contexto algo catastrófico y desordenado. También una luna y un sol, construidos en base a bolsas de residuos, iluminan con gran fuerza y empujan permanentemente la vida dramática.
La cotidianeidad de la amistad, con sus vaivenes y matices, cobra un rol fundamental en el viaje que termina por cambiar la vida de todas de una vez y para siempre. Un paseo por la ciudad irrumpe por completo en la percepción del mundo de una de ellas, Laura. Una simple salida a comprar churros se transforma en el puntapié para que su mundo comience a ser una pesadilla. Laura identifica que la manera de vivir, tanto de la humanidad como la de sus amigas, es totalmente autómata y superficial. Pero, por momentos, pareciera que es sólo ella quien puede observarlo.
La distancia y la incomprensión de quienes comparten esos días con ella (y la quieren) es evidente y hasta irreversible. El minuto a minuto continúa siendo el mismo y Laura cree que está por enloquecer. Pese a haber compartido toda su vida juntas –desde la época del colegio– lo ajeno se vuelve evidente, y ante la locura de no compartir los mismos códigos para comprender el mundo, se vislumbran los hilos de una realidad que materializa una superficialidad inevitable.
La fluidez de la obra es deslumbrante. La música en vivo cumple la función de ola y a la vez de mar, y arrastra consigo el vaivén y la concatenación de los hechos. No es una característica azarosa ni menor que cada momento dramático sea impulsado o reactivo a lo que ocurre sonoramente.
Quizá el momento más emotivo de la obra es aquel en el cual, pese a la distancia, las heridas del pasado comienzan a brotar, buscando una especie de sanación, y las verdades de estas amigas no tardan en aparecer. La escena se llena de nostalgia y, por un instante, la realidad vislumbra una sensibilidad que pareciera desarmar lo automatizado de los vínculos. El espacio cobra forma de nube, cálida y esponjosa, y lo distante empieza a romperse. Esto explica, en parte, la especial sensación que provoca Tres latidos de pulmón artificial.
Un gran hallazgo dramático es la invitación a la reconquista de la escucha que sucede entre las amigas, luego de tanto silencio y dolor. Con toda la contradicción puesta a jugar arriba del escenario, la música envuelve a lxs espectadores y la interpretación de las actrices es destacable. De alguna forma queda en evidencia que lo superfluo puede intervenir en el latido de los corazones hasta detenerlos. Lo que aún se desconoce es si, pese a eso, podrán seguir latiendo o los hilos de la superficialidad serán determinantes al momento de quererse (y cuidarse).
FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA
Fotografía: Gustavo Carratelli.
Diseño de luces: Fernando Chacoma.
Diseño escenográfico: Guido Llordi y Santos Gabriel Raso.
Asistencia artística: Florencia Bonetti.
Producción: Santos Gabriel Raso y Ceta Teatro.
Diseño gráfico: Tatiana Zambianchi.
Las entradas pueden conseguirse por Alternativa Teatral.
AUNO-30-03-2022
DESP-MDY