Vivir en Banfield: calles adoquinadas, casas bajas de estilo inglés y relatos en cada esquina

La ciudad creció y se modernizó en las últimas décadas, pero mantiene su esencia. Una radiografía de la localidad que se rehúsa a modificar su estilo.

Banfield no es una localidad como cualquier otra, tiene una particularidad que llama mucho la atención a los vecinos y vecinas de los barrios linderos. Sus habitantes poseen un sentimiento de pertenencia, una identidad colectiva y una organización en defensa de su patrimonio, de los derechos humanos y de su historia digna de reconocer. 

Además de los gatos, los murales y el amor por los colores de su equipo de fútbol, al caminar por alguna cuadra de sus barrios de casas bajas también aparecen los primeros rastros de este compromiso, dado que gran parte de las viviendas, sobre todo al oeste de la estación, exhibe un cartel que denuncia “NO a los edificios, NO al asfalto, SÍ a la identidad del barrio”, firmado por la Agrupación Fuenteovejuna, Vecinos de Lomas de Zamora.


A esta organización de vecinos y vecinas autoconvocados para proteger el patrimonio arquitectónico y ambiental y la calidad de vida en Lomas se le suma la Junta de Estudios Históricos de Banfield, encargada de recuperar y difundir la historia de la localidad, la página Vecinos de Banfield Informan que reúne a más de 16 mil seguidores y difunde sucesos y reclamos, y la cuenta Banfield City, que comparte postales de la ciudad.  

Barrio Nuevo en Alerta, Vecinos Autoconvocados Banfield Oeste, Vecinos de Banfield Este, Juntos por Banfield son algunas otras agrupaciones vecinales en una localidad con mucha historia que no pierde oportunidad de reunirse para intercambiar experiencias, conversar, compartir su arte, realizar acciones solidarias y organizar actividades recreativas. 

La comunidad Cultura Banfileña se suma a la variada lista de organizaciones que tiene una historia para contar sobre el ciudad y sus particularidades, y este año publicaron un libro que recopila muchos de los relatos que a lo largo de los 8 años que llevan creando contenido para la cuenta fueron publicando, como una forma de materializarlas e inmortalizarse ante la incertidumbre sobre el futuro de las redes sociales.

César Canessa es co-autor, junto con Pablo Guiscafré, de Barrio Tal Vez, el libro de Cultura Banfileña, cuenta que reúne a más de 6000 seguidores en Facebook y más de 1000 en Instagram, y que según afirma Canessa tuvo una muy buena aceptación del público y ya lleva vendidas 400 unidades. Para conseguirlo hay que contactarlos por sus redes y ellos lo entregan a domicilio.


En diálogo con AUNO, Canessa, que reside en el barrio desde su nacimiento, contó además que su vínculo con las otras agrupaciones vecinales siempre fue de mucha colaboración, ya que se convocan mutuamente cuando organizan eventos para potenciar las fuerzas. “No concebimos la construcción de identidad si no es colectiva”, concluyó.

Sergio ‘Cherco’ Smietniansky, banfileño co-fundador y representante de Banfield en la Coordinadora del Fútbol Argentino, organización de derechos humanos para el fútbol y la primera en re-asociar a los socios y socias del club desaparecidos durante la dictadura, definió su relación con el barrio como lo habría hecho alguna vez Cortázar: “Llevo a Banfield puesto como otros llevan los zapatos”. 

Además, conversó con AUNO sobre su participación en el movimiento Chau Pozo, que impulsó el cierre del Pozo de Banfield, el primer centro clandestino de detención y tortura cerrado por la lucha popular, y aclaró que desde esa organización prefieren no llamarlo “Pozo de Banfield”, porque el Pozo no es de Banfield sino que “siempre fue de los genocidas”. Además, agregó que en ese lugar nacieron los únicos banfileños y banfileñas, porque la ciudad no cuenta con hospitales propios, por lo que para buscarlos hicieron un convenio entre el Club Atlético Banfield y Abuelas de Plaza de Mayo. 


La identidad banfileña

La ciudad de Banfield, en 150 años desde su primera aparición en la prensa argentina, sirvió de hogar para miles de familias, que pasaron el legado a sus hijos e hijas, nietos y nietas, bisnietos y bisnietas, pero también tiene un atractivo especial que inspiró a artistas reconocidos mundialmente como Julio Sosa, Sandro, Niní Marshall y Julio Cortázar, que pudiendo haber vivido en cualquier lugar del mundo eligieron vivir allí. 

Este barrio de casas bajas de estilo inglés y calles adoquinadas también fue cuna del fotógrafo Rodrigo Abd, dos veces ganador del premio Pulitzer por su cobertura de los conflictos bélicos en Siria y Rusia-Ucrania, y dio asilo, romance y canciones a Dee Dee Ramone, bajista y compositor de los Ramones.

Los vecinos y vecinas son conscientes de este fenómeno y lo viven con mucho orgullo, como Alfredo Uralde, periodista jubilado, poeta y ex director de las revistas locales Todo Lomas y Por Siempre Banfield, que se lo atribuye al legado generacional del cariño por el barrio y bromea: “Yo no me iría de acá ni aunque me ofrecieran el oro y el moro”. 

“Yo nací acá en Banfield y tengo toda mi historia acá, y por suerte esta es una de las ciudades donde valoran la historia, la atesoran”, reconoció Ángela Liliana Siracusano, escritora y vecina del lugar, mientras que Helena O’Connell, docente jubilada de 87 años y colaboradora de la Junta de Estudios Históricos, agregó: “En este mundo hay muchos tipos de gente, no es que todo el mundo ama Banfield y se preocupa por Banfield, pero los que lo quieren es porque lo conocen, han leído, se encuentran, se interesan y se encariñan con el barrio”. 

César Canessa, creador de Cultura Banfileña, se sumó a los mensajes de cariño para con el barrio y señaló que le da “mucho orgullo ser de Banfield”. Se ocupa de contar a todos lados que va de dónde es y qué tiene su barrio, y aseguró que haber compartido localidad con celebridades culturales como las mencionadas es uno de los motivos de ese orgullo.

Marcos Gorban, productor histórico de Telefé y encargado de traer el exitoso formato de Gran Hermano al país, también es un banfileño orgulloso y fanático del club. A pesar de no vivir en el barrio desde hace más de 20 años, contó a AUNO que Banfield es para él una construcción de identidad. “Cuando voy, yo no voy a Banfield, yo vuelvo a Banfield, es mi punto de partida”, afirmó, y agregó “cuando llego y me bajo del auto siento olor a Banfield, un olor que me emociona”. 

También recordó con cariño el momento en el que repartió junto a su hermano las cenizas de su padre en la cancha de Banfield y cómo cada vez que va a ver a su equipo jugar siente el abrazo simbólico de su familia. “Es loco, a veces me toca trabajar en el exterior y estoy dos o tres meses afuera y extraño la cancha de Banfield”, confesó, y aseguró que lo que siente por el barrio es más que orgullo: “Está en mi sangre, está en mi identidad”. 

Por su parte, Sergio Mercurio, conocido mundialmente como el Titiritero de Banfield, contó a AUNO cómo desde la cultura siempre intentó sumar a un imaginario colectivo figuras que para él representan lo mejor del barrio. “Me refiero a Osvaldo Ardizzone, a Julio Cortázar, a Telomián Condié y todos aquellos que fueron tapa del periódico que creé, El Banfileño”, explicó , y agregó que dirigir la película El Garrafa, una película de fulbo en honor al ídolo del club, el Garrafa Sánchez, perseguía ese mismo objetivo. 

Así, entre risas, recuerdos, abrazos e invitaciones abiertas a participar de cada actividad que organizan, a conocer su arquitectura, cultura e historia, los vecinos y vecinas aprovechan cada espacio y momento para encontrarse y construir una memoria colectiva, tanto desde la calle o en la virtualidad, en el Estadio Florencio Solá viendo jugar a su equipo, en el Teatro Maipú compartiendo y discutiendo la cultura o en la plaza Roberto Sánchez disfrutando al aire libre. 

AUNO-14-10-23
SG-SAM

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