Lomas de Zamora, julio 2 (AUNO).-“A la Justicia le falta sentido común”, anticipaba el padre de Martín Castellucci antes de conocerse la sentencia de un año de prisión de ejecución condicional y dos de inhabilitación absoluta para el policía Cristian Messina, a siete años de la golpiza mortal que sufrió su hijo en la puerta del boliche La Casona, en Lanús.
En diálogo con AUNO, Oscar Castellucci consideró “ridículo” que un policía que “permitió que maten a un chico” reciba una pena de un año de cárcel en suspenso.
“Ya es ilógico desde el principio que la pena máxima sea de dos años. Y esto es producto del desarme que se hizo de la causa. Creo que se demostró que fue todo producto de una organización. Entonces no entiendo cómo se dividió en tres causas independientes”, agregó el padre de Martín.
En relación a la sentencia, anticipó que “en lo personal” no apelaría porque la causa en sí “no da para mucho más”, aunque aclaró que si Messina utiliza ese recurso para seguir ejerciendo como policía, se verán obligados a hacerlo para no perder voz en las próximas instancias de la causa.
“No quiero caminar más por este laberinto con las reglas que impone el Poder Judicial”, aclaró Castellucci, quien además aseguró que desde la organización que lleva el nombre de su hijo prefieren “crear un camino alternativo planteando y ejecutando acciones para cambiar el contexto que permitió que pase lo que le pasó a Martín”.
La Justicia condenó a Messina por “violación de los deberes de funcionario público”, ya que comprobó que el agente de seguridad no trató de impedir la golpiza ni asistió al joven después de que los patovicas lo dejaron tirado a 40 metros de la entrada del boliche.
Sin embargo, y en contra de los dos años de cárcel que habían pedido la querella y la fiscal Viviana Suárez, la jueza Nora Martini declaró culpable al policía pero lo sentenció sólo a un año de prisión en suspenso, por lo que no será detenido.
Por el asesinato de Martín se desprendieron tres causas: una contra el autor material, el patovica Linqueo Catalán, que recibió once años de cárcel por “homicidio simple” (y que podrá salir en libertad condicional en octubre tras cumplirse dos tercios de la condena); otra contra el dueño del boliche, Atilio Amadeo, que fue sobreseído; y ésta última contra los policías Cristian Messina y Guillermo Guzmán (que aceptó la pena máxima para evitar el juicio oral).
La noche del 3 de diciembre de 2006, Martín había ido a bailar al boliche La Casona con un grupo de amigos y como a uno de ellos no lo dejaron entrar por su “color de piel”, la víctima se quedó en la entrada intentando que dejaran pasar a su compañero.
Después de varias insistencias, los patovicas del boliche golpearon al joven de 20 años hasta dejarlo inconsciente en la entrada del local bailable, para que más tarde, y ya entre convulsiones, los dos policías lo arrastraran cuarenta metros más lejos.
Luego llegaría la ambulancia que lo trasladó al Instituto del Diagnóstico, pero ya era tarde. Los golpes producidos por Linqueo Catalán, boxeador y guardaespaldas del dueño del boliche, hicieron que Martín falleciera tres días más tarde, el 6 de diciembre, por muerte cerebral.
Pese a todo esto, como la sentencia que se conoció ayer es de “ejecución condicional”, si en octubre se aprueba la libertad condicional para Linqueo Catalán, los cuatro imputados por la muerte de Martín Castellucci quedarán en libertad, a sólo siete años de esa trágica noche.
AUNO 02-07-2014
JIL-AFG