Una apuesta al arte de las nuevas generaciones

El festival Arte Joven Esteban Echeverría se realizó por octavo año consecutivo. Los protagonistas fueron niños y jóvenes artistas. Más de 600 personas y cuatro horas de aprendizaje que apeló a la infancia. A la de los pequeños y a la que vive en el corazón de los que ya son grandes. Un espectáculo multidisciplinario que invitó a soñar.

El sol en un día del invierno se ocultaba tras el gran cine de la calle Mariano Acosta de Monte Grande donde se realizó el octavo festival “Arte Joven Esteban Echeverría”. Decenas de personas entraban en grupos. Se acercaban por la música ambiente que se escucha al pasar o simple “chusmerío”. “¿Qué es esto?”, preguntó Viviana, una madre de tres chicos que pasa por la puerta; escuchó la música que da comienzo al festival e insistió: “¿Pero, es gratis?”. Entonces se asombró al oír la respuesta afirmativa del hombre que organizaba la entrada y reparte folletos.

En este marco se dio comienzo a una ceremonia en la que asistieron alrededor de 600 personas y ofrecería durante cuatro horas un encantador ambiente festivo al mejor estilo argentino. Trajes de mujeres de todos los colores, bombachas gauchescas y audaces zapateos iluminan los rostros de la audiencia que sienten el sobresalto de los ballets folklóricos que dejan sin aliento hasta a los mismos bailarines.

Las luces se apagan y prenden mientras la concurrencia comienza a sentirse impaciente. A las 18:14 el evento se inició con el “bienvenidos al octavo Festival Arte Joven 2008 Esteban Echeverría”, en la voz de Noelia Leiva, la estudiante de Periodismo de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) que organizó este festival. Acompañada de su único aliado, el micrófono, levantaba el ánimo de la audiencia y pedía aplausos reiteradas veces. De esta forma comenzaron a bailar una lluvia de colores que formaban la murga de la fundación “Por Un Piberío Integrado” (PUPI) de Javier Zanetti, con sus melodías repetitivas y monótonas del bombo y el silbato, pero dejando notar las variedades de los movimientos y el regodeo de los saltos.

Más tarde, luego de los primeros bailes, en el teatro se sentía la satisfacción del público, ese que disfruta de los bailes que comienzan con un “adentro” y suenan con el ritmo tradicional del país. Otras de las presentaciones que lo dejó anonadado fueron algunas obras literarias, como la de Melina Rodríguez, de 8 años, que recitó con tono agudo su pequeño cuentito.

En la sala, el confortable calor emergía de las estufas eléctricas, pero sobre todo de los cuerpos que se movían intrépidos sobre el escenario que estaba rodeado de un gran telón rojo que nunca se cerró. Un bailarín de 80 años, cuyas enseñanzas le habían servido satisfactoriamente a su nieta, compartía las coreografías de ballet folklórico con ella, mientras los espectadores se enternecían.

En cada lapso de cuadro a cuadro, la organizadora del festival maniobraba las palabras para entretener al público y hacer tiempo, mientras los artistas se preparaban detrás de ella o se ponían en posición de baile. Subieron a las tablas cantantes y escritoras, aunque ningún escritor se animó. Y así, caía la tarde, oculta, dentro de ese edificio de Monte Grande, en el que algunas personas continuaban paradas a pesar de la insistencia de la presentadora al pedir a la audiencia que ocuparan algunas sillas vacías y no quedaran relegados a un costado de la presentación, ya que también los grandes parlantes podrían incomodarlos.

Durante el festival se pudo apreciar el folklore de otros países, como el de Alemania que con sus danzas mezclaban, en una confusión de telas, los colores blanco y celeste junto con el rojo, amarillo y negro de la bandera germana. El director de la compañía se refirió al nombre de la agrupación que coordina, “Heimatland”, que significa “nuestra patria”. También se pudo apreciar un poco del talento árabe con las rutinas del meneo de caderas al mejor estilo de Shakira con el ballet de danzas árabes “Anjum” de la Sociedad de Fomento de Santa Rosa.

En las esquinas de la sala se presentaba una muestra de artes plásticas de diferentes artistas que embellecían el avatar del ánimo y despertaba el interés de los inquietos que no se sentaban ni siquiera a pedido de la organizadora. Se presentaron cuadros de Antonella Semaan, de 17 años, que es miembro de la asociación “Pintores sin manos”; el que más resaltaba era el cuadro del futbolista Carlos Tevez, cuya realización la hizo a pedido de una empresa internacional de deportes.

Tampoco faltaron las cantantes jóvenes como Florencia Colman y Rupina Mirakian, que derramaron un talento especial en el festival; tomaron el micrófono y cantaron diferentes estilos. Una sumergida en melodías folklóricas acompañada de una guitarra y otra embarcada en el “Titanic”, cantando la canción de Celine Dion de la banda sonora de la película. Tampoco faltó el “demi-plié” o el “dégagé” que reúne equilibrio y muchas fuerza para lograr los saltos de puntitas de pie que el Ballet Juvenil de Danzas Clásicas de Lomas de Zamora logró sobre el escenario, dos horas después del inicio del festival.

Con la voz tan relajada desde el comienzo del evento, Noelia anunció, con el pedido de un “fuerte el aplauso”, a los artistas de la escuela de danzas “Senderos de tradición” de la profesora Nancy Galarza que habían llegado de los Torneos Juveniles Bonaerenses, en el que fueron galardonados con el tercer y segundo puesto de la etapa municipal. El batir de los pañuelos y el movimiento de los vestidos recreaban un baile tan argentino que en él se oían los nombres de todas las provincias. Al finalizar, uno de los bailarines comentó que estuvo “muy bueno bailar ante un público así”, y a pesar de haber llegado hacía una hora de la competencia provincial y de estar extenuados por el viaje en el que no pudieron dormir remarcó que “nunca” se van a cansar por que es un “sentimiento”.

Como “broche de oro”, una entrega de diplomas cerró un festival que dio forma al folklore propio y de otros países, al arte como la literatura, la pintura y la música. Un festival que dejó en claro que hay talento que debe mostrarse para poder disfrutar y del que se debe aprender.

MSM-NL-AFD
AUNO-27-08-08
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