En una sociedad hipersexualizada, la masturbación es un asunto tabú por creencias culturales, religiosas o educativas que provoca vergüenza, algunas carcajadas y mejillas rojizas cuando se plantea en conversaciones entre amigos, a pesar de ser una conducta de “exploración absolutamente natural”, explicaron a esta agencia profesionales en sexualidad.
La masturbación “sirve para conocer el funcionamiento de nuestro cuerpo”, explicó a AUNO la sexóloga Carolina Meloni, y resaltó que ninguna práctica sexual “debería ser criticada” ya que en el autoerotismo “no todas las personas lo disfrutan y/o llegan al orgasmo”.
La presidenta de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH), Silvina Valente, por su lado contó que este acto sexual es “una conducta íntima, solitaria, agradable ya que cada uno o una la puede experimentar como lo prefiera, pero suele estar atravesado por conceptos culturales llenos de tabúes, en ocasiones exagerados”.
En ese sentido, enfatizó que debe ser “siempre impulsado por voluntad propia y no por la voluntad de otro”, a lo que Meloni sumó que “jamás hay que instigar a alguien a que se masturbe ni a que no lo haga, ya que la sexualidad debería tener que ver con el deseo y no con el deber”.
Ese placer culposo
Meloni explicó que los vibradores que se venden para genitales se “pueden utilizar en todo el cuerpo”, porque lo vibratorio “contribuye a relajar los músculos y que hay que entender que todo elemento que nos agrade es potencialmente un juguete sexual”. La sexóloga aclaró que “ningún juguete garantiza el placer” en tanto que Valente agregó que “a la hora de utilizar accesorios es importante los ritmos corporales”.
En la actualidad y gracias a los estudios realizados por expertos en sexología se sabe que la masturbación “siempre que sea libre de compulsión está asociada al bienestar”, explicó a AUNO el sexólogo Federico Rinaldi, director de Psicoterapia Sexual y Pareja (PsiSyP) y miembro de la SASH, ya que puede “desestresar y además de dar placer y una conexión vincular nos conecta con nuestro erotismo”, y enfatizó que es “bueno practicar la fantasía y no recurrir siempre a la pornografía para estimularnos”.
La sexóloga e integrante de PsiSyP Lucía Díaz explicó a esta agencia que la masturbación es una práctica “normal y saludable» y que muchas personas la realizan para explorar su sexualidad, aliviar el estrés, conciliar el sueño o simplemente por placer, y resaltó que uno de sus beneficios es la liberación de endorfinas, lo que mejora el estado de ánimo.
Por otra parte, Rinaldi aclaró que en los casos donde esta práctica se vuelve “compulsiva” debe ser objeto de atención clínica, y a su vez, señaló que en algunas parejas puede ser “el disparador” de conflictos.
Díaz sostuvo que “algunas personas pueden sentir culpa o vergüenza por creencias culturales, religiosas o educativas”, y aclaró que el excesivo ejercicio de la masturbación “podría interferir en la falta de motivación o iniciativa” a la hora de generar un encuentro intimo, porque “el acostumbramiento podría habituar al estímulo de la masturbación sin que ningún otro efecto resulte efectivo”.
La especialista también contó que en la clínica donde ella trabaja “se observa (que las masturbación) en las mujeres es una práctica mucho más habitual de lo que se cree” y que en la actualidad “existe mayor permiso en el género femenino para la auto estimulación”. Y puntualizó que “el hecho de que no se exprese abiertamente evidencia la fuerza que tiene el tabú aún hoy”.
Autoerotismo: accesorios y lubricantes
Cuando con la mano ya no alcanza para el autoplacer o si uno quiere probar esta práctica sexual de otra manera, puede acercarse a las tiendas eróticas, conocidas como Sex Shops que venden diversos productos para usarlos en la intimidad.
Alexis, de Other Nature, comercio ubicado en Meeks 71 en Lomas de Zamora, contó a AUNO que al negocio llegan “chicas adolescentes, acompañadas de sus madres buscando su primer juguete”. Al recomendar productos para ambos sexos, Alexis señaló que para un “uso responsable” se debería utilizar lubricante –que puede costar desde 3500 hasta 15000 pesos– y aconsejó que “para arrancar se podría usar uno neutro, para descubrir lo que es la masturbación con lubricante, ya sea de frío o calor».
Las mujeres suelen arrancar con “balitas sencillas, que son vibradores”, explicó el comerciante, y siguió que “puede ser un dildo de silicona que tenga sopapa y no vibre” o también pueden usar uno que cumpla las dos funciones “estimular el clítoris y el punto G”. Y para que los varones también disfruten de su propio cuerpo, Alexis sugirió a esta agencia usar “los famosos masturbadores manuales” que viene en varios formatos “vaginal, anal, oral” o también “los torsos”.
Deborah de Fuhara Sexshop contó a AUNO que el consumo de sus productos bajó bastante, pero no “porque la gente ya no quería consumir ni divertirse” sino “a causa del contexto socio económico”, ya que su tienda solamente trae accesorios importados, porque en el país no se hacen productos con silicona, y estos “no son tan amables con el cuerpo”, expresó.
Deborah creó su emprendimiento seis años atrás, aunque sólo hace tres cuenta con un local ubicado en Dardo Rocha 322, en Monte Grande, ya que antes únicamente realizaba venta online.
También explicó que a su negocio van clientes mayores, de todas las edades, e incluso padres a comprar accesorios para sus hijos: un padre llegó a su tienda porque “quería un juguete para su hijo”, ya que había entrado al mundo del autoplacer, y por eso quería ver opciones y “se llevó un huevito masturbador”, contó.
Para las personas que desean conocer la masturbación desde otra perspectiva, Deborah recomendó “no sólo tener en cuenta el placer genital a la hora de utilizar juguetes” porque “se pueden usar en todo el cuerpo” para realizar “masajes y cosquillas” o para “estimular otras partes”.
“No es lo mismo un estímulo con una mano que con un vibrador, que responderá diferente en las terminaciones nerviosas”, aclaró al tiempo que subrayó que “al sacarle la genitalidad a los juguetes, también le sacamos el género”.
¿Y si no se encuentra placer con otros?
El colectivo asexual “milita y visibiliza las orientaciones dentro del espectro asexual”, concepto que surge en el siglo pasado en movimientos científicos de la sexología y se manifiesta en la clínica y la investigación en 1950 en el trabajo sobre sexualidad humana de Alfred Kinsey, explicó en detalle Meloni a AUNO.
Díaz agregó que el concepto habla de “personas que experimentan poca o nula atracción hacia otros”, pero que eso no significa que “no puedan expresar su sexualidad de otras formas o disfrutar de la intimidad emocional”.
En esa línea, Valente expresó que “como toda orientación sexual es flexible y dinámica a lo largo de la vida de una persona” mientras que Díaz enfatizó que “es importante respetar la elección y la autonomía de cada individuo” en cuanto a su sexualidad “sea activa o no”.
El cereal que se inspiró en la masturbación
La revista estadounidense de publicación online Mental Floos publicó en 2018 un artículo donde narraba “la cruzada” de John Harvey Kellogg, médico y ferviente devoto religioso, contra el sexo, en particular en la masturbación.
Kellogg en uno de sus libros “catalogó 39 síntomas diferentes que podrían afectar a un masturbador crónico”, narra la nota escrita por Matt Soniak, y actualizada en 2023.
La solución que encontró este médico para combatir el apetito sexual de las personas fue una dieta saludable, ya que pensaba que la carne o alimentos condimentados “aumentaban el deseo sexual, y que los alimentos más sencillos, especialmente cereales y nueces, podrían frenarlos”, explica la publicación.
“Esos métodos no tuvieron éxito, razón por la cual generalmente recordamos a Kellogg por sus sabrosos cereales y no por su cruzada contra el sexo”, concluye el articulo de Soniak.
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JV-SAM