Son 2 minutos y 27 segundos. El video arranca con el relato solemne del periodista Edgardo Mesa y la precisión sobre el lugar, la hora y una fecha: «Cementerio de Lomas de Zamora, las 16.30 de lunes 4 de junio de 1973».
Y sigue, palabra por palabra: «Llegan los restos de Germán Gavio, 16 años, alumno de la escuela Normal de Banfield, cuando cursaba el tercer año, muerto a raíz de heridas de bala que recibe el 25 de mayo, en los incidentes que se produjeron en Plaza de Mayo«.
Un corte y sin presentación aparece una figura reconocible. Es el padre Carlos Mugica, que le habla a la gente. De fondo había un paredón con una ventanal. Parece un gimnasio, o una fábrica, pero es la capilla del cementerio. En otra toma, puede verse una casa en el fondo, sobre la calle Martín Rodríguez.
Una de esas casas con el local y la persiana adelante y la puerta al costado. Pasaron 52 años y, salvo detalles, está igual: los cementerios hacen a los barrios un poco inmutables.
Ese día, Mugica habló con admiración de Germán. «Hasta el último momento, con esa ganas grandes de ver una patria liberada, de ver una patria sin hambre, sin miseria, sin explotación… Y por eso estaba jubiloso el 25 de mayo para celebrar el triunfo del pueblo. Nosotros, como cristianos vamos a orar por nuestro querido hermano», dice en el video.
El chico tenía 16 años y militaba en la Juventud Peronista. Vivía justo enfrente de la cancha de Banfield, sobre la calle Lugano, y, lógico, era del Taladro. Su carnet de cuerina verde con la foto y el cartón con la cuota categoría cadete del mes de su asesinato son un tesoro que sobrevivió a los años. Es uno de «los 11 de memoria» homenajeados por el club en 2019, con la restitución de su carácter de socios.
El 25 de mayo de 1973 había ido la Plaza de Mayo a festejar la vuelta de la democracia con la asunción al gobierno de Héctor Cámpora. Esa tarde ocurrió el Devotazo, cuando la multitud movilizó a la cárcel de ese barrio para presionar por la liberación de los presos políticos. En esa jornada, Germán recibió un balazo de 9 milímetros en la cabeza. Murió seis días después en el Argerich.
El recuerdo de Germán Gavio está vivo en su barrio, frente a la cancha, donde lo homenajearon en 2021 al plantar un ejemplar de aguaribay.
Amado por los pobres por su trabajo pastoral en la villa de Retiro, el cura que lo despidió arriesgó su vida por las mismas ambiciones colectivas. Lo ametrallaron casi un año después, el 11 de mayo de 1974, cuando salía de la parroquia San Francisco Solano, en Villa Luro. Este sábado se cumplen 50 años.
LOT-MB
10-5-2024