Lomas de Zamora, diciembre 11 (AUNO).- Cinco ministerios bonaerenses firmaron un convenio para agilizar la puesta en práctica de la ley nacional 26.370, aprobada hace dos años, que establece las reglas que debe cumplir el personal de control de admisión para poder ser contratado. El impulsor de la norma fue Oscar Castellucci, padre del joven que en 2006 murió luego de ser golpeado por un patovica y boxeador del boliche “La Casona” de Lanús.
El convenio puso en marcha el programa “Buenos Aires, La Noche: Tenés Derechos”, lanzado la semana pasada en el Salón Dorado de la Casa de Gobierno bonaerense, que coordinará la tarea de los ministerios de Justicia y Seguridad, Salud, Cultura y Educación, Trabajo y Derechos Humanos. Con el aporte de cada uno se espera terminar con los casos de violencia generados por quienes deberían encargarse de cuidar a los jóvenes.
La ley establece que, para ejercer su trabajo, un patovica debe hacer un curso de capacitación y contar con el aval de un examen psicofísico. Pero, según explicó Castellucci a AUNO, la mayoría de los empleadores no tiene en regla a su personal “por la falta de fiscalización de locales; y si las multas no llegan, los dueños no se esfuerzan en poner su negocio en regla”.
Ante esta situación, “el Ministerio de Trabajo se comprometerá a sumar a sus inspectores y su sistema de instrucción de sumario. El de Salud a brindar test psicofísicos gratuitos porque muchos empleadores no los ordenan debido a su costo. Y el de Justicia a avanzar con los más de 300 expedientes de infracciones que están en trámite hace dos años”, detalló Castellucci.
Asimismo, adelantó que hubo cuatro sanciones de alrededor de 100 mil pesos contra dueños de boliches de La Plata que incumplían la ley.
Con respecto al avance del compromiso con la regularización laboral de los patovicas, Castelucci, quien también se desempeña como titular de la Asociación Civil que lleva el nombre de su hijo Martín, resaltó una “muy pequeña mejora” en los principales boliches de las zonas urbanas de Buenos Aires. “Como allí hay más controles, se preocupan más por cumplir sus obligaciones. Pero en la periferia, las condiciones de trabajo siguen mal en su totalidad”, añadió.
El único lugar donde destacó un “muy buen trabajo” es en la Costa Atlántica: “Allí, la temporada pasada no se registraron hechos de violencia y esperamos que este año se haga el mismo trabajo”.
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