Soñé estar allí: el paso de Gustavo Cerati por el sur del conurbano

A diez años de la partida del ícono del rock nacional, sus fanáticos en zona sur y un músico de Monte Grande, que escribió algunas canciones para él, celebran su legado.

Con colaboración de Catalina Signorino.

Avenida Meeks, verano de 1986. Un grupo de 100 personas se amucha cerca de la estación de Temperley. Algunas llegaron caminando desde el sur, bien al sur y otras, desde Lomas y más allá. Es carnaval. Las calles son azules. Esta noche toca Soda Stereo.

Carlos Pantano tiene 16 años. “Fui a ver a Soda en el ‘86 con mis vecinos y con mi novia. Caminamos desde Llavallol hasta Temperley, tanto a la ida como a la vuelta, siempre sobre Pavón hasta llegar a Le Paradis (hoy Auditorio Sur). Seríamos 100 personas y tuvimos que hacer una cola de una hora. Después de tantos años de dictadura, el ‘83 fue un furor para todo, también para la música”, recuerda Carlos, hoy de 54, ante AUNO

Corrían los ‘80 y Gustavo Cerati junto al baterista Charly Alberti y al bajista Hector Zeta Bosio creaban Soda Stereo. Eran los comienzos del chico que más tarde sería el líder, vocalista, cantautor, guitarrista y uno de los músicos más admirados de la música en español.

Pero ni Carlos ni muchos en ese entonces tenían idea de eso. Lo que sabía en ese entonces, era que se venía un nuevo disco del grupo con el que él y sus amigos empezaban a probar ese extraño hábito de principios de los ‘80: salir a la calle. “Decían que en octubre salía el nuevo trabajo de Soda. Yo recuerdo que años mi mamá no nos dejaba andar mucho sólos por la dictadura. Cuando llegó la democracia en el ‘83 fue un furor para todos y también para la música. Recuerdo también que se escuchaba mucho Virus y que tocaron con Soda en La Casona, en el ‘86.  Y ahí también los vi”, recuerda Pantano.

Gustavo Cerati durante el recital de Soda Stereo en la cancha de Temperley.

“En aquel momento había una radio que pasaba mucho rock y de ahí sacábamos los temas más conocidos. En aquel momento sacabas la música grabando de la radio con un cassette. Lado A y lado B con cinta, y lo llevamos a todos lados. El vinilo era un poco más caro y el cassette era más fácil para llevarlo”, cuenta.

Mientras apuraba las grabaciones para no perderse ninguno de sus temas preferidos, Carlos y su barra también empezaban a ejercer otro de los derechos recientemente ampliados tras la caída de la dictadura: disfrutar de la música en vivo. “En ese entonces Soda tocaba 12, 15 temas. ¡No tenían más! Y cuando los vi no eran de hacer covers o algo así. ¡Y en vivo sonaba mal! No era la banda que fue después, ¿entendés? Sonaba como una banda común y corriente, pero… siempre tenían una impronta que a mí me llamó mucho. Los peinados, esa onda extravagante. Eran totalmente originales y la música muy contagiosa”, rememora Pantano.

Además de tocar en Le Paradis, pasaron por esa institución de la noche suburbana que fue La Casona de Lanús. La primera cita fue en 1985, y la segunda en 1988, cuando se presentaron junto a Virus. También hicieron una fecha en Espectro, sobre avenida Pasco en Temperley. Y  todavía más: en 1985 Soda Stereo tocó en el Alfredo Beranger, el estadio de Temperley, como parte del  Festival Lomas Rock, organizado por la Unión de Estudiantes Secundarios.

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Gabriel García, vecino de Avellaneda, es un adolescente que llega corriendo al teatro Gran Rex. Toca Soda Stereo, la banda que encontró un día en un cassette TDK de su papá.  “Tenía Un misil en mi placard del primer disco y Prófugos que es de Signos, el tercero. Me pasó lo mismo que cuando escuché mi otra banda favorita que son los Beatles: dije ‘son extraterrestres’”.

Mediados de los años ‘90 y la banda de rock argentina ya es un furor insuperable. En plena primavera en la agitada avenida Corrientes, el trío presenta el álbum Sueño Stereo. Para Gabriel, ver a Soda es tanto, que repite asistencia en dos de las seis funciones del grupo en el centro porteño.

“Yo era una especie de híbrido entre Guns and Roses y Nirvana”, recuerda Gabriel, que lleva pelo largo y la remera de Soda con la imágen de la tapa del disco Doble vida de la famosa foto en Diagonal Sur. “Fue un show realmente increíble, reversionaron canciones. De hecho, hacen una reversión de Entre Caníbales, un tema que a Gustavo nunca le gustó mucho cómo quedaba en vivo y cuyo sonido creo que encontraron en el MTV Unplugged posterior”.

Para él, “Soda a nivel estético siempre estuvo a un nivel más alto que el resto”. Y en esa época, en lo que a moda concierne “fue la más linda porque eran extraterrestres, se vestían muy bien”.  Esos “raros peinados nuevos” habían encandilado hasta al mismísimo Charly García, quien admitió que compuso el tema que lleva ese nombre pensando en el look de la banda.

Este fanático del conurbano, como tantos otros, no pudo parar de perseguir a Gustavo. Lo vió en el estadio de Ferro en 1996 y en la despedida de Soda en River en 1997. Cuando su ídolo eligió hacerse solista y apostó por en otras formas musicales, Gabriel iría a absolutamente todos los shows de Cerati. 

El show de Soda Stereo en Temperley.

Uno de las vivencias que más atesora, por ejemplo, es una parada mendocina en la gira presentación de Bocanada, álbum de 1999. El recital integró el festival “Argentina en vivo” de ese año. “Fue un show muy lindo porque me fui de Avellaneda a Mendoza sólo por el recital. También tocaba Luis Alberto Spinetta,  a quien yo nunca había visto, así que fue un show muy lindo”, recuerda.

Para Gabriel, periodista de profesión, los álbumes solistas de Cerati fueron una “apuesta increíble”. “Recordemos que de todos los shows de Gustavo nunca hubo dos iguales, él tenía eso porque Soda también tenía eso”, recalca. Y en 2009 llegaría la última gira del cantante, la de Fuerza Natural, una serie de presentaciones en vivo de la cual Gabriel vio “prácticamente todos los shows”. 

De sus momentos cercanos al hombre alado, García se queda, justamente con el concierto mendocino: “Se me pone la piel de gallina cuando pienso esto: lo tenía a Gustavo sentado muy cerca mío. Yo estaba directo en la valla y él estaba muy cerca mirando el show de Spinetta, y en un momento pensé en gritarle algo, o que se acercara para un autógrafo. Le iba a gritar y no le grité, porque si él se daba vuelta y me decía algo como ‘pibe no me rompas más las bolas’ o ‘no me jodas’, sabía que me iba a morir. Así que preferí mantener esa distancia. Hubiera sido hermoso para mí, uno de mis sueños sería haber tenido una charla con él, pero bueno, qué sé yo, también entiendo por qué no lo hice”.

Componer junto a Gustavo

Adrián Paoletti es de Monte Grande y compuso junto a Gustavo Cerati. (Diego Albarracín para AUNO).

El cantautor Adrián Cayetano Paoletti, quien cuenta con una trayectoria de seis discos solistas y un séptimo a estrenarse el próximo viernes 6, conoció a Cerati en una fiesta en José Ignacio, Uruguay, y a partir de ese encuentro coescribieron las canciones Magia, Amor sin rodeos y Sal del disco Fuerza Natural . “Fue una experiencia profesional y musical increíble, un lujo”, afirma Paoletti ante AUNO. 

“Gustavo me dio un demo en CD-R de 19 canciones con él ‘sanateando’ encima de la música”, recuerda Paoletti sobre la simpleza con la que se manejó Cerati. El artista conurbano escribió letras para esos 19 demos, 14 de los cuales se desarrollaron y fueron incluidos en Fuerza Natural, con tres de esas canciones firmadas por Adrián en coautoría con Cerati.

Además, el artista compartió varios días de trabajo con Gustavo en su casa en José Ignacio y en su estudio, Unísono. “Algo como tocar el cielo con las manos para cualquier artista”, asegura. 

“Era un capo total, un caballero. Para mí fue un hito en mi carrera, algo muy importante. Un reconocimiento como hacedor de canciones que soy”, remarca orgulloso Paoletti.

De hecho, el cuarto disco de Adrián, Casa Rodante, fue mezclado en Unísono, con su técnico de grabación, Uriel Doffman. Quien le preste atención al álbum entenderá la sintonía entre Cerati y Paoletti, lo que Gustavo terminó encontrando en Monte Grande. Su poesía, su atmósfera psicodélica y rural y su musicalidad conllevan un profesionalismo y sensibilidad únicas. 

Adrián Paoletti coescribió varios temas del disco Fuerza Natural de Cerati. (Diego Albarracín para AUNO).

¿Cómo conoció a Cerati? Su amigo Gonzalo Córdoba, productor de los primeros discos de Adrián y hoy guitarrista de su banda Los Acordes, fue convocado por Gustavo para participar en la grabación de Fuerza Natural. Poco tiempo después, en una fiesta en Jose ignacio, su amigo le presentó a Gustavo.

“Charlamos sobre el disco que estaba grabando, hablamos de las letras de las canciones que todavía no había resuelto. Me dijo que quería letras bien psicodélicas con animales, números…Le dije en broma que era mi especialidad”, rememora Paoletti.

“Le dije que podíamos hacer una letra sobre el faro de Jose Ignacio (que desencadenaría en la canción Sal)”, entonces Gustavo le pasó los demos y él se puso a trabajar: “Era un compositor exquisito, un gran cantante y guitarrista. Les diría a los jóvenes que escuchen su obra. Especialmente los discos solistas que son los que más me gustan a mí.

Lo del Faro de Jose Ignacio “fue porque la fiesta era en un bar cerca y el faro se veía muy bien desde donde transcurría nuestra charla”, por eso después Paoletti por su cuenta hizo la letra de Sal “pensando en el Faro”. 

¿La respuesta? “Se la mostré a Gustavo y le encantó”, dice el músico, quien también es abogado y jamás se fue de su tierra natal en el sur del Gran Buenos Aires.

Antes de estudiar abogacía, Paoletti estudió licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), y recuerda que con su primera banda, “Copiloto Pilato”, tocaron en un festival en el Auditorio de Sociales y luego en otro en el auditorio del Rectorado de la Universidad. 

El sello Zorn Records, con base en Zurich Suiza, les ofreció una reedición en vinilo de lujo del único disco de Copiloto Pilato creado en 1992 llamado La misma tierra, el cual Adrián confiesa tuvo muy buena repercusión: “Es como mi carta de presentación. Después edité 7 discos como solista. Es una buena postal de mi pasado y es una alegría que se rescate y que se pueda volver a escuchar.”

“Muchos años después decidí terminar la carrera de Abogacía. Estudié en la Facultad de Derecho de la UNLZ. Creo que las dos son carreras humanistas que aportaron mucho a mi formación como persona y como compositor de canciones. Como compositor siempre me consideré como una ‘antena’ que debía receptar/absorber data/información para luego volcarla en las canciones. Leer, ver películas, obras de teatro, exposiciones de arte. Absorber todo eso y transformarlo”, explica.

Paoletti junto a Los Acordes se presentará el 10 de septiembre en Capital. (Diego Albarracín para AUNO).

Filosofía de Series de Televisión es el título del séptimo disco de Adrián Cayetano Paoletti, y la presentación será junto a Los Acordes el martes 10 de septiembre en el Centro Cultural Ricardo Rojas de Capital Federal. La presentación en el sur tiene fecha para el 1 de noviembre en el mítico Tío Bizarro de Burzaco.

Les diría que estudien música, que lean, que se nutran del arte y que aspiren en principio a disfrutar de la música. A divertirse y pasarla bien en el estudio de grabación, en la sala de ensayo, en el escenario. Que lo demás se va dando solo”, concluye.

El corazón en Avellaneda: Racing Club y la camiseta firmada

Tanto Cerati como Bosio eran hinchas de Racing. Gustavo no era fanático, sino que él contó en varias ocasiones que se hizo simplemente hincha de Racing para hacerle la contra a su papá que era de Independiente. Hay registros en Youtube incluso de una vez que Gustavo apareció en la apertura del programa Futbol de primera, o cuando gritó “Dale, Racing” en sus shows.

“Zeta sí es fanático y ha ido a la cancha muchas veces”, cuenta Gabriel, que también es hincha de Racing. Un día un amigo de él ganó un concurso que hacía la radio Rock and Pop, en donde pudieron conocer en vivo a Soda Stereo, y como él no podría ir le dió varios objetos para que se los fotografíen.

“No lo dude y le di una camiseta de Racing y también un CD de Signos, que es mi disco favorito de Soda y me firmó las dos cosas, de hecho en la camiseta me dibujó un corazón roto, porque en esa época Racing estaba realmente mal, eran otros tiempos y me puso con amor, Z”, cuenta.  

Los tesoros de Gustavo, fanático de Racing y de Soda Stereo.

Diez años después de aquella firma de camiseta con corazón partido, el periodista fanático de Soda y de Cerati trabajaba para una compañía discográfica, y un día una amiga le dice: “Te tengo que pasar una llamada telefónica que te va a gustar”.

–Hola Gabriel te habla Zeta…  (Y Gabriel dice que casi se muere y no le salían las palabras)

– …

– Me dijeron que te gusta mucho Soda…– dijo Zeta.

–Sí, sí…–respondió anonadado Gabriel.

¡Un día nos tenemos que ver! –le respondió amistoso Zeta.

– Una vez te mandé una camiseta de Racing a la Rock and Pop para que me la firmes, ¡era yo!

– ¿Era tuya? ¡Eras vos! ¡Es la única camiseta de Racing que firmé en mi vida!

Y fue “la anécdota”, que él “se acordaba de haberme firmado esa camiseta”.

Lo que vivían estos fans no era lo que se vive hoy día en los que uno puede ver en redes sociales día a día lo que publican y hacen los ídolos.

“Era una época donde el fanatismo también era muy artesanal, recuerdo que me compraba los cassette e iba apretando pausa para anotarme las letras…ese tipo de cosas. Cuando Soda estuvo en Fax en concierto (programa de TV argentino que conducía Nicolás Repetto) que fue como la presentación oficial de Dynamo, me quedé hasta las 11 de la noche por primera vez nada más para escucharlos tocar las canciones nuevas”, revive Gabriel.

Voy a hacer que mis cenizas vuelvan al papel

En 2007, Juan Bravo vive en Villa Fiorito y, a sus 20 años, se prepara para vivir un día histórico junto a miles de almas que concurren al Estadio de  River Plate, nada más ni nada menos que al último recital del regreso de su banda favorita: Soda Stereo.

“Habíamos terminado la secundaria y nunca había podido vivir el show del ‘97 porque era muy chico, y este era mi primer recital muy grande y fue mi iniciativa de querer ir a ver a Soda Stereo, entonces era todo un símbolo para mí dar el paso de adolescente a un adulto, ver mi banda favorita y vivir ese momento histórico”, le cuenta Juan, hoy docente secundario, a AUNO.

La sensación que tuvo fue “la de estar en algo muy grande junto a muchísima gente que en ese momento compartíamos algo más grande que nosotros, que iba a trascender el tiempo”.

Otra de las vivencias más fuertes de Juan tuvo lugar el 4 de septiembre de 2014, cuando su ídolo pasó a la inmortalidad. Ese día triste y nublado, Bravo fue sin dudarlo al velatorio en la Legislatura porteña. “Fui con un grupo de amigos, un grupo de gente que hacemos música hace un montón de años, pero no nos vemos con tanta frecuencia, y de hecho fue la última vez que nos vimos”, le cuenta a este medio.

Coordinaron y fueron en auto. En el trayecto los impactó mucho “ver que por la 9 de Julio había mensajes de agradecimiento, el Gracias totales, en la boca del subte también, estaban esas palabras y cuando llegamos a la Legislatura tuvimos que hacer fila y la gente era como que estábamos en una situación ambigua: algunos cantaban, otros como nosotros estaban muy tristes, y no sabíamos muy bien qué hacer”, revive con nostalgia.

En un momento, la fila se desbordó y salieron todos corriendo hacia adelante: “Fue cuando vimos a Lilian Clark, la madre de Gustavo, saludando desde el balcón. Ahí nos pudimos meter y pudimos subir e ingresar a donde estaba el féretro. Fue extremadamente impactante, estaba cerrado con una foto muy linda de él y pude pasar y saludarlo un segundo”.

Al costado del ataúd, Juan vio a la familia de Gustavo. Para él, “lo más impactante de todo fue al momento de salir, porque en puerta de la Legislatura estaba el auto del video de  ‘Crimen’, y desde nuestra perspectiva esa vista, con la noche cerrada, de llovizna,  parecía la del videoclip, nos sentíamos como dentro de ese videoclip con Gustavo”.

Fue “una sensación muy extraña y un viaje emotivo fuertísimo”, sentir que despedían al ídolo. Y que estaban, literalmente, “adentro de su video” “Fue tremendo. Nos quedamos callados cuando salimos y estuvimos callados durante una hora y media, juntos pero procesando el impacto. Vivirlo juntos y tan cerca fue tremendo”, asegura.

Lomas de Zamora celebró a Gustavo Cerati

Es 2024 y el teatro del municipio de Lomás de Zamora se llena de música, alegría y familia. El Municipio de Lomas, junto al comunicador Gabriel Palavecino, organizó un deslumbrante homenaje a Soda Stereo por el 40 aniversario de su primer disco.  

La apertura de la velada, que se dio en el foyer del teatro, presentó grandes obras de artistas locales en homenaje a Soda, entre ellos al artista visual Fabian Pennacchia, quien deslumbró en la pantalla grande con un clip de sus dibujos inspirados en La Ciudad de la Furia.

Cerca de las 19, con el teatro lleno de amantes de la buena música, el primer bloque del homenaje,  comenzó con una interpretación lírica de Tratame Suavemente por la cantante Oriana Rizzi, quien fue acompañada por el pianista Sergio Rey.

De esta breve bienvenida aparecen los conductores del programa radial local Una noche sin Luna, Gabriel Palavecino y Daniel Perez, quienes iniciaron una radio abierta arriba del escenario.

Palavecino se dirigió hacia el público resaltando la importancia de la cultura en un contexto donde es usual escuchar que “la cultura es un gasto innecesario”. En contraposición a esto, el conductor dice que “la cultura es la esencia, nos fortalece, es crear todo el tiempo”.

El teatro del municipio de Lomás de Zamora se llena de música, alegría y familia.

Cuando llegó la hora de la música, el espectáculo ofreció dos excelentes shows de bandas tributos, el primero de ellos a cargo de En Extremos, que tuvo un gran ida y vuelta con los presentes, que disfrutaron su música de pie y sin parar de cantar. Entre los éxitos interpretados por el grupo se contaron Sobredosis de TV, Ciudad de la Furia, y como no, un himno como lo es Música Ligera.

En diálogo con AUNO, de En Extremos, afirmó: “Queda el legado de Gustavo, que abrió un camino importante en la música como lo dejaron, por ejemplo, los Beatles. Hoy se siguen usando acordes y creaciones de ellos. Creo que lo de Gustavo es algo totalmente distinto. Le voló la cabeza a todo el mundo y no va a morir nunca su música”.

Después de En Extremos, llegó el turno de Un Sueño Acústico, banda local en homenaje a Soda Stereo que interpretó hits como Lo que Sangra (La cúpula) y Entre Caníbales. Fueron ovacionados con el público de pie. Consultado por este medio, el artista Federico Dyk, maestro nacional de dibujo, afirmó: “Gustavo Cerati ya es una figura atemporal. Tengo alumnos y alumnas jóvenes que si bien se dedican a la ilustración, muestran que la idolatría por él sigue”.

El gran cierre final quedó a cargo de la bailarina lomense Antonella Corrado, quien dejó boquiabierto al público al bailar un adagio basado en una interpretación coreográfica muy sentida de Corazón delator. En Extremos otra vez, sonando más fuerte y con la misma energía que caracterizó su primera función.

Soda Stereo sigue demostrando que nos dejó un gran legado, que continuará generación tras generación. En palabras de Palavecino: “La idea siempre fue hacer algo integral, con bandas, exposición de artistas y experiencias audiovisuales. La gente respondió de una manera increíble. Es muy lindo estar acá y ver familia, amigos, personas de todas las edades, mi hija que tiene 2 años, mi hijo de 17 años. Esto es algo que nos une a todos y Cerati es cultura y es eterno,  y a la cultura hay que defenderla siempre.”

AUNO-04-09-2023

PJ-CS-JJR-MB

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