Réquiem para un sueño copero

Lanús terminó su travesía en la Copa Libertadores tras empatar sin goles con Universitario de Perú. Sin claridad para encontrar los caminos y con la pelota parada como principal recurso, el conjunto que dirige Luis Zubeldía se despidió de la Libertadores. Al final, hubo incidentes entre los jugadores de ambos equipos. Como el año pasado, los octavos quedaron lejos y ahora, al «Granate» sólo queda sumar en el Torneo Clausura.

El “Granate” comenzó el partido con la obligación de ganar para clasificar a los octavos de final. Con esa mentalidad buscó arrinconar al elenco peruano desde el inicio, ejerciendo mucha presión sobre el campo incaico.

Lanús intentó aprovechar la movilidad de Sebastián Blanco y Marcos Aguirre por los costados, que se evidenció a partir de la rapidez de una cancha mojada por la lluvia.

Por su parte, Universitario se dedicó a esperar en los primeros minutos, y se repitió en el recurso de buscar las espaldas de los defensores granates, con pelotazos para Gianfranco Labarthe, junto con las aproximaciones de Giancarlo Carmona, especialmente sobre el sector que cubría el juvenil Rodrigo Erramuspe.

La insistente presión del local hizo efecto y las oportunidades del elenco que conduce Luis Zubeldía comenzaron a llegar: a los 18 minutos, luego de un córner desde la derecha, el cabezazo de Agustín Pelletieri se estrelló en el palo, ante la mirada desorientada de toda la defensa peruana.

Así, la confianza del equipo del Sur del Conurbano bonaerense fue en aumento y la pelota era hegemonizada por el conjunto local, de la mano de Guido Pizarro, la calidad de Blanco y las subidas de del capitán, Maximiliano Velázquez.

A partir de allí, Universitario se refugió sobre su campo y cedió el balón al “Granate”, siempre con la expectativa de encontrar alguna contra que dejara mal parado a Lanús.

Más allá de avanzar en territorio rival, el conjunto de Zubeldia no hallaba los caminos para desnivelar, y el fútbol de desvanecía antes de llegar al arco que defendía Raúl Valverde.

Aguirre se retrasó para buscar la pelota con mayor claridad, mientras el mediocampo universitario se hacía cada vez más fuerte. El Local apeló entonces a la pelota parada en su intento de aproximarse.

Los últimos minutos del primer tiempo mostraron el impulso del “Granate” para sobreponerse a la línea defensiva de Universitario, que mostraba a Carlos Galván —un conocido de la casa—, como estandarte. Sin ideas ni profundidad, Gonzalo Castillejos y Leandro Díaz, que reemplazó al suspendido Santiago Salcedo, no se encontraron con el resto del equipo.

La inconexión fue permanente en todo la primera parte y el único camino era el centro. Universitario tenía orden y si bien no generaba peligro para el arco de Agustín Marchesin, manejaba bien la pelota y así comenzó a jugar con los nervios del local.

El complemento arrancó con una clara situación de Lanús: centro de Velázquez y el cabezazo de Díaz que salió por arriba del travesaño.
Blanco se hizo cargo de la conducción y el elenco granate inclinó la cancha con las corridas de sus laterales, a partir del ingreso de Hernán Grana.

A los 10, “Blanquito” pasó por medio de la defensa peruana, superó los obstáculos y con un pase al claro, dejó solo a Castillejos de cara al gol. Pero el arquero ahogó el grito de gol con una estupenda atajada.

A medida que pasaban los minutos y el resultado no se movió, los nervios en los futbolistas locales se incrementaron y sin lograr fortalecer el mediocampo, Lanús empezó a perder en las pelotas divididas. Mientras tanto, el equipo incaico se aliaba al reloj y comenzó aprovechar la desesperación en cada contra que le dejaba.

La más clara del visitante llegó a los 30’: una corrida de Raúl Ruidíaz, que había entrado hacía instantes. El recién ingresado pasó frente a toda la defensa; superó con una gambeta a Marchesín. Sólo el brasileño Jadson Viera estaba parado en la línea, pero el delantero no pudo definir. Y Lanús suspiró aliviado.

Fuerza de voluntad y mucha desesperación marcaban la actuación del elenco granate sobre el cierre.

Cristian Menéndez ingresó a falta de 15 minutos para la finalización. El rubio juvenil se sumó a la dupla Díaz-Castillejos para tratar de conseguir el ansiado gol.

Pero no llegó. Ni siquiera lo encontró en los últimos centros, cuando incluso Marchesín se llegó hasta el área rival en busca del milagro. Sin inteligencia para mostrar un camino claro, los goles no aparecieron en Guidi y Arias. Universitario supo jugar con los nervios del rival y dejó a Lanús eliminado de la Copa Libertadores.

El final del encuentro trajo los problemas de siempre: peleas entre los jugadores para evidenciar la impotencia, que luego se trasladó a las tribunas. Pero esa ya es otra historia. Lanús se fue con las manos vacías, y como el año pasado, los octavos de final quedaron lejos…

AUNO-15-04-10
MRQ-LDC

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