Remodelación de Boedo: una de cal y una de arena

A un mes del inicio de las obras en la calle Boedo, AUNO recorrió la zona y dialogó con los comerciantes para conocer sus sensaciones respecto de los trabajos realizados hasta el momento. Tienen un lucro cesante del 40 por ciento. La Municipalidad prometió resarcimientos. Opiniones diversas en una de las arterias del polo comercial local.

Lomas de Zamora, febrero 21 (AUNO).- Entre escombros, máquinas viales y obreros, los comerciantes lomenses de la calle Boedo aprueban las obras que se están llevando a cabo en pleno centro de la ciudad, pero dejan en claro que los perjuicios generados reducen sus ventas alrededor de un 40 por ciento, respecto de la temporada anterior, y critican la falta de difusión de los detalles de las remodelaciones.

Repavimentación de la calle, ampliación y limpieza de conexiones pluviales, reconstrucción de sumideros, bocas de tormenta y veredas, instalación de nuevas luminarias, así como también nuevas paradas de colectivo, prometen impulsar la actividad comercial de los 180 locales ubicados en la calle Boedo, del 100 al 400.

Desde el 17 de enero, día en que comenzaron las obras, el polvo abunda en los locales. El aburrimiento agobia a los empleados esparcidos a lo largo de las seis cuadras en “destrucción-reconstrucción” que van desde la calle República del Líbano hasta Manuel Castro. Algunos ven las tareas con ojos esperanzadores. Otros creen que es algo fútil y que las perdidas económicas ocasionadas no se las reparará nadie.

Ante el desértico panorama citadino, consecuencia del período vacacional, los comerciantes consultados expresaron su malestar ante las constantes inundaciones que sufren y festejaron el inicio de las obras, siempre y cuando los desagües sean efectivos los días de lluvia.

Asimismo, otra de las acciones que alegraron a dueños y empleados por igual fue el reacondicionamiento y reorganización de las veredas, y la consecuente expulsión de los puesteros ambulantes, ya que “ellos no pagan ni un impuesto, tienen todo ganancia”, expresó Liliana, dueña de un local de estampados con cuya opinión coincidieron varios comerciantes de lo que ella denomina “uno de los polos comerciales más importante del Conurbano”.

Pero no todo es color de rosas en las opiniones de este sector lomense: cuando uno indaga acerca de cuán beneficioso es el plan de obras, ahí aparecen las diferencias. Algunos, como por ejemplo Jorge de la Pescadería Boedo o Leandro del Frigorífico Don Tomás, no creen que, una vez terminadas, las obras incrementen las ventas.

Al contrario, Leandro del local Estampados.com.ar expresaron su apoyo a la iniciativa y opinó: “Nos merecíamos caminar tranquilos. Antes, tenías que ir gambeteando caños de agua, de luz, de gas, pozos. Las obras van a beneficiar a todos, ya sean comerciantes o peatones”.

Con respecto al período elegido para la concreción de la repavimentación, desobstrucción de los enlaces pluviales, reconstrucción de sumideros y bocas de tormenta, entre otros, al menos los propietarios de unos treinta locales consultados por esta agencia expresaron que las obras tenían que ser “indefectiblemente durante el verano”, ya que en ese período decrece la actividad económica, alrededor de “un 70 por ciento”.

Una de las consultas que realizó AUNO fue acerca de la información brindada por la Municipalidad sobre los detalles de las obras y los perjuicios generados durante su ejecución. Los comerciantes expresaron diversas experiencias, la mayoría desconocía los plazos de los trabajos y manifestaba su malestar por las pérdidas económicas ocasionadas.

Sin embargo, unos diez locales afirmaron haber sido “bien informados por inspectores de la Municipalidad”, que les indicaron acerca de una reunión que se realizaría el día 28 de diciembre en la Cámara de Comercio local. En ese encuentro se explicaron los detalles del plan integral de obras.

En lo que respecta a los perjuicios ocasionados por las obras, unos cinco comerciantes comentaron acerca de una “invitación realizada por inspectores para que los titulares se presentaran en la Municipalidad con los cinco últimos recibos de Seguridad e Higiene, ya que iban a evaluar una posible reducción de impuestos futuros”. El resto de los entrevistados desconocían esa proposición.

Otro de los aspectos que generaron controversias fue la remoción de marquesinas y carteles en la vía pública, los cuales serían trasladados a un depósito municipal para que los dueños los retiraran. Selsa, empleada de “El emporio de la golosina”, explicó la utilidad de su toldo: “Los días de lluvia la gente que toma el colectivo se refugia debajo de la lona”.

Los kioscos, librerías y loterías abundan en la cuadra comprendida entre la avenida Hipólito Yrigoyen y Manuel Castro, y sus empleados afirman ser los más perjudicados por el cierre de la calle: ellos basan sus ventas en “la gente de paso, los que esperan los colectivos”, según explicó Yanina de la agencia de Quiniela “La Taba”.

Algunos a favor. Otros en contra. Al caer el sol, los comercios bajan sus persianas y los empleados marchan hacia sus hogares, escapando de otra jornada pasiva, aferrando sus esperanzas a un refrán popular: “No hay mal que por bien no venga”.

PT-AFD
AUNO-21-02-11

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