Con la excusa de “no poder pagarles el sueldo a fin de mes”, trabajadores de riesgo por contagio de COVID-19 recibieron una “intimación verbal” por las empresas Tomas Guido y San Vicente para volver a sus puestos de trabajo “de manera ilegal”, denunciaron delegados de la Línea 164, que harán presentaciones para reclamar esta situación en los ministerios de Salud, Trabajo y Transporte y así evitar la “exposición de los compañeros”.
Las intimaciones “verbales y de manera personal” comenzaron este jueves en la Línea 164, que pertenece a la firma DOTA. “Citaron a los compañeros, los ‘chamuyan’ con que el Gobierno está en falta con la empresa, no les está bajando los subsidios como corresponde y por eso, ellos necesitan que vuelvan a trabajar a partir del miércoles”, explicó a AUNO el delegado de la Mesa de Transporte de esa línea, Hugo Wurtz.
Según el gremialista, el apoderado de la firma, Javier Pérez, hace acercar a los empleados hasta la cabecera de la empresa, en la localidad de Burzaco, y “les dice que hay una nueva resolución que los habilita a trabajar, lo que es totalmente una mentira, ya que no hay nada que los habilite u obligue a volver si se trata de pacientes de riesgo”.
La excusa, continuó Wurtz, es que si no regresan, “no les van a poder pagar el sueldo, otra mentira, cuando el Gobierno les paga a todas las empresas el 100 por ciento del subsidio”. En total son 40 trabajadores de la Línea 164 como pacientes de riesgo, entre choferes y personal técnico, de los cuales fueron citados ya unos 14 entre el jueves y viernes, agregó.
Esta decisión de regreso forzado de los trabajadores se extiende a “todas las empresas del grupo DOTA”, que “lo vienen haciendo desde hace unos 15 o 20 días atrás”, indicó el delegado, y ahora llegó a San Vicente y Tomás Guido, con líneas en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano.
La Unión de Tranviarios Automotor (UTA), gremio que los nuclea, les “mandó un escrito para rechazar cualquier intimación”, mientras que esperaban que la empresa los cite “de manera fehaciente, porque es todo verbal, no dan un papel ni un telegrama”, reclamó Wurtz.
Además adelantó que harán presentaciones en el ministerio de Salud, Trabajo y Transporte, ya que “lo que está haciendo esta gente es totalmente ilegal porque no hay nada que obligue al personal de riesgo a reincorporarse a sus tareas”.
Este nuevo reclamo se sumó a las denuncias del gremio “sobre el protocolo, la limpieza y la desinfección, que es prácticamente nula”. “Pusieron a los compañeros choferes a hacer desinfección pero no son personas capacitadas para hacer desinfección. Les sacaron el mameluco que les daban, así como guantes, barbijos y anteojos de seguridad”, ilustró el gremialista.
Tampoco respetan el mínimo de personas en el lugar para evitar contagios, indicó Wurtz: “Trajeron otra línea, la 277, de Monte Grande, a hacer la espera y descanso con nosotros, por lo que hay entre 20 y 25 personas durante las horas de recambio de choferes, en un lugar cerrado, que tiene 5 por 4 metros, y ahí adentro de ese espacio tenemos todo: los baños, el comedor, la espera. Es constante el grupo de compañeros que están expuestos”.
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“La ART dijo que no se va a hacer cargo de los compañeros de riesgo que vayan a contagiar. Se lavó las manos. O sea no tenemos seguridad ni garantía de nada, no tenemos higiene y desinfección”, denunció.
Un servicio “paupérrimo»
El reclamo de los delegados de la Línea 164 no finaliza en las condiciones laborales, sino que también abarca el deficiente servicio de la empresa, que funciona desde “hace 8 meses” con un servicio diario correspondiente a “día domingo”, con un máximo de 34 coches, señaló Wurtz.
La línea 164 tiene tres ramales: uno que hace el recorrido desde Monte Grande hasta Plaza Once, otro desde Monte Grande hasta Pompeya y otro desde Burzaco hasta Pompeya.
“Transporte les ordenó que sea el servicio completo y normal para día de semana, con 48 coches mínimo. Tenemos un servicio de Monte Grande a Plaza Once, con 40 minutos de frecuencia; y a Pompeya, con 35 minutos entre coche y coche. Y que no se quede ninguno, porque eso es un problema. -continuó el delegado- La gente está desesperada por viajar”.
Y concluyó: “El servicio sigue paupérrimo y es una vergüenza. La empresa no da soluciones. Esperemos que esta gente recapacite y se dé cuenta que no está cuidando a los trabajadores. Los está exponiendo de forma deliberada a que se contagien”.
AUNO-12-02-2021
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