“Para que se conozcan los nombres y rostros de las víctimas de la dictadura”

Una escritora de Temperley recopiló información y vivencias sobre desaparecidos de Lomas de Zamora y las publicó en un libro, cuyo prólogo y presentación estuvo a cargo del escritor Osvaldo Bayer. Madres de Plaza de Mayo, familiares y compañeros de las víctimas del genocidio acompañaron la iniciativa.

“Nuestros hijos eran culpables gritó Nadia Ricny, Madre de Plaza de Mayo. Culpables de pensar y hacer un país diferente”. La mujer habló de la historia de su hijo y de la de todos esos hijos que refleja “Las palabras no se matan”, el libro de Patricia Rodríguez. Para el periodista Osvaldo Bayer “es muy alentador ver estos trabajos locales de investigación y se conozcan los nombres y estén las fotos de las víctimas de la dictadura”.
El libro habla sobre las consecuencias de la represión de Estado durante la última dictadura militar en Lomas de Zamora, sobre las vidas de quienes vivieron y desaparecieron durante ese período, sobre anécdotas que quedaron en la memoria de sus amigos, compañeros de lucha y familiares.
“Las ideas no se matan”, fue escrito a lo largo de cuatro años por Patricia que nació y vive en Temperley, ciudad que volvió a recorrer para escuchar los relatos que hoy pueblan su obra. Cada uno de ellos contiene la vida y las ideas de personas detenidas desaparecidas en los centros clandestinos de detención.
“Hacer este trabajo fue reconstruir la historia, pero contada por los de abajo: por los delegados de fábrica, estudiantes, vecinos. Por los verdaderos protagonistas.” Así describió Patricia a su obra, cuyo objetivo es “recuperar esta historia para repensarla entre todos” y una “necesidad de recuperar esa historia robada”.
El libro de Patricia, como ella misma lo reconoce, sólo es el comienzo de la reparación histórica en el distrito de Lomas de Zamora donde existen más de 400 detenidos desaparecidos de los cuales la mitad pertenecen a Temperley.
En diálogo con Auno, el escritor y periodista Osvaldo Bayer, que tuvo a su cargo el prólogo del libro, valoró como “muy alentadora” la obra de Rodríguez, porque trabajos de esas características sirven para que “en todos los barrios, en los colegios secundarios, en las universidades se conozcan los nombres y estén las fotos de las víctimas de la dictadura. No hay pasos atrás, nadie se olvida de las cosas”.
Además evaluó que “desde el tiempo del prólogo del Nunca Más y de las teorías de los ‘dos demonios’ a estos días, en los que la gente conoce a los asesinos con su nombre hemos avanzado y concluyó afirmando que esto tiene que ver con el coraje de los pueblos”.
Asimismo, el autor de “Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia” destacó que este período de la historia actual de juzgamiento de los genocidas y recuperación de la memoria “fue construido por la estela que dejó la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, los organismos de derechos humanos y la gente que conquistó la calle”.

JC-AFD

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