¿Otro club es posible?

La transferencia de Darío Cvitanich al Ajax de Holanda y la cercanía de las elecciones abren la posibilidad de discutir un nuevo rumbo en la vida de un club que, en los últimos cuatro años, obtuvo más de 20 millones de dólares por la venta de jugadores que forjó en su cantera. ¿Habrá llegado la hora de lograr un campeonato? El interrogante desvela a los socios y simpatizantes del ‘Taladro’.

“Hoy, en el fútbol argentino, más allá de Boca y River, hay cuatro clubes que todos elogian por el trabajo que se está haciendo a nivel dirigencial: Lanús, Banfield, Vélez y Estudiantes”. La frase de Carlos Portell en una entrevista publicada el pasado 10 de abril por Clarín Zonal, hace ruido y motiva la realización de un análisis.

Y es que desde el inicio de la gestión Portell, en 1998, cuando el equipo se acostumbraba a navegar por la B Nacional y se encontraba en medio de un abismo económico, una serie de aciertos llevaron a ponderar la tarea realizada por el mandatario ‘albiverde’, aunque, en el último tiempo, otros hechos comenzaron a debilitar la materialización de algunos logros.

Actualmente, a cinco meses de una nueva elección, que asoma como la más reñida en la vida política del club, y con la concreción de la venta más importante de un jugador en la historia de la entidad, es tal vez el momento ideal de replantearse la frase formulada en el inicio de esta nota.

En menos de cuatro años desde mediados de 2004, con la venta de Mariano Barbosa hasta el presente estos días, cuando aún no se acallan los ecos por el pase de Darío Cvitanich al fútbol holandés Banfield transfirió a diez jugadores surgidos de sus divisiones inferiores por una suma que superó holgadamente los 20 millones de dólares (ver aparte).

Esto trae una primera mirada positiva. Que demuestra que el semillero del club dio sus frutos y fueron, en definitiva, los jugadores nacidos en la entidad los que sostuvieron económicamente a la institución en el difícil contexto social que el país atravesó en esto diez años.

Pero por otro lado, la cuestión lleva a replantearse si esta gran camada de futbolistas, que permitió la obtención de varios logros deportivos, será precedida por una correcta política dirigencial, que le permita a la comunidad banfileña respirar aliviada en el momento en el cual el semillero comience a secarse.

Otra cuestión, la más recurrente entre los hinchas, pasa por conseguir, de una vez por todas, el ansiado campeonato. El título de Lanús aún fresco y las conquistas de Estudiantes y Vélez en el recuerdo instituciones con las que el presidente Portell se puso a la par son ejemplos de que la ecuación de solidez institucional más jugadores de inferiores puede decantar en la obtención de logros deportivos.

Lanús mantiene a la base de pibes que le tributaron el primer título de su historia (Lautaro Acosta, Agustín Pelletieri, Sebastián Blanco, Diego Valeri, Matías Fritzler) y a ellos se les suma una nueva generación (Diego González, Santiago Biglieri, Germán Cano, Emir Faccioli, Carlos Quintana) que va filtrándose en el equipo titular.

La dirigencia ‘Granate’ no se desesperó por vender, y las veces que lo hizo (Mauricio Romero, Leandro Gioda, Cristian Fabbiani), fue más por pedido de los jugadores que por una necesidad financiera. La diferencia con Banfield es llamativa, ya que el ‘Taladro’ disfrutó muy poco de las atajadas de Mariano Barbosa, de los quites de Renato Civelli o Gabriel Paletta, de las gambetas de Cristian Maidana o Jesús Dátolo y apenas un poco más de los goles de Darío Cvitanich.

¿Será momento de parar la pelota y pensar seriamente qué se quiere para el futuro? ¿Por qué si el club sumó más de veinte millones de dólares en ventas en los últimos años no puede gastar parte de ese dinero en la compra de jugadores de prestigio? ¿Seguirá teniendo prioridad la construcción del estadio? ¿Cuáles serán los objetivos deportivos que guiarán a Banfield de cara a la temporada 2008-09, donde se verá obligado a engrosar su promedio con el propósito de evitar alguna zozobra que ponga en riesgo su continuidad en Primera? ¿Obligará esta situación a la conformación de un plantel que busque la soñada y postergada vuelta olímpica?

Preguntas e interrogantes que por ahora no encuentran respuestas en los dichos de un jugador, los conceptos de algún entrenador o las cavilaciones de los directivos. Pero que llevan a replantearse si realmente la actualidad política del ‘Taladro’ es digna de ser equiparada con la de otros clubes, esos que Portell elige poner como ejemplo de gestión en el fútbol argentino.

AUNO-05-05-08
MV-LDC-EV
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