«Nuestro lugar es la calle»

Entrevista a Fernando Ruiz Kissner, el impulsor en la Argentina del movimiento que se encarga de plasmar versos cortos sobre las paredes del país. «Una herramienta fantástica para horizontalizar la palabra», según él mismo describe esta iniciativa que desde hace un año comenzó a desarrollarla en Tucumán.

Lomas de Zamora, junio 18 (AUNO).- Desde hace más de quince años crece por toda América latina Acción Poética, un fenómeno literario-mural que lleva la poesía a ese lugar de donde nunca debería haberse alejado: la calle. Fernando Ruiz Kissner, desde su Tucumán natal, es el encargado de impulsarlo en nuestro país dando charlas y talleres como los que se realizaron en la última Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Actor, productor, trotamundo, emprendedor. Por las mañanas atiende su kiosco y por las puede salir tanto a pintar una pared como a dar talleres en barrios. La versatilidad es lo que caracteriza a este tucumano que con 52 años se convirtió en el referente de Acción Poética en la Argentina, movimiento que es el boom en las redes sociales con sus pintadas literarias que adornan la ciudad.

De espíritu juvenil, con sus tatuajes y sus pañuelos coloridos, lanza todo su empuje al contar y contagiar la satisfacción que según él se siente al regalar un poco de arte al vecino “sin recibir nada a cambio ni conocer el rostro de quien lo lee”.

“Yo siempre me manejo en bici, y cuando voy de acá para allá y veo una pared que puede andar, me bajo enseguida, toco el timbre y le explico a quien me atienda lo que hacemos. Así voy consiguiendo paredes”, explica.

-¿Cómo definirías a Acción Poética?
-Somos un colectivo de trabajo, no somos un grupo cerrado, sino abierto a todo el mundo. La pertenencia al grupo tiene que ver con el compromiso en el trabajo. No tenemos un lugar de reunión porque somos básicamente un grupo de acción, nuestro lugar es la calle. Lo tomamos como una herramienta fantástica para horizontalizar la palabra, todo el mundo tiene algo para decir y es necesario expresarlo porque la palabra moviliza.

-¿Cómo llegaste a convertirte en el impulsor en la Argentina?
-Conocí un poco del movimiento que arrancó Armando Alanis en México hace 15 años más o menos cuando llegó a Chile, que fue el primer país donde tuvo repercusión. Cuando me interioricé sobre qué es lo que hacían, me enganché porque me emocionó la idea de mostrar que hay otra poesía, que con pocas palabras uno puede conectarse con las sensaciones más profundas. Entonces le pedí permiso a Alanis que me explicó algunas reglas básicas para mantener una homogeneidad y armé Acción Poética Tucumán que hoy ya lleva casi un año pintando.

-¿Tuvieron aceptación enseguida?
-Los primeros muros que pintamos estaban cerca del negocio donde trabajo, queríamos refugiarnos si nos agarraban in fraganti. Así pasamos dos noches estampando la capital hasta que nos reunimos y decidimos cambiar la forma, consultar con los vecinos y pintar la poesía sólo en lugares cedidos. Fuimos subiendo las fotos a nuestro perfil del Facebook y la gente no paró de comentar queriendo sumarse, incluso dispuestos a ceder sus muros.
Igualmente yo siempre me manejo en bici, y cuando voy de acá para allá y veo una pared que puede andar me bajo enseguida, toco el timbre y le explico a quien me atienda lo que hacemos. Así voy consiguiendo paredes.

-¿El movimiento es también una actividad de inserción social?
-Yo creo que sí. Si bien en una primera instancia sirve como una excusa para pasar buenos momentos, conocer gente nueva mientras pintamos, la realidad es que en Tucumán el movimiento excedió la inscripción en las paredes. Hoy en día damos talleres de Acción Poética en escuelas, donde convocamos a los chicos a la escritura y lectura de poetas latinoamericanos.
Además, la forma de expresión de Acción fue utilizada por médicos tucumanos con enfermos terminales para elaborar el duelo, y hasta en escuelas donde el bullying hostigamiento y maltrato entre chicos ponía a las instituciones en situaciones de riesgo.

-¿Se expandió por áreas que tal vez no estaban pensadas, no?
-¡Totalmente!, mientras se le encuentre una beta positiva, bienvenido sea. La realidad es que no vamos a cambiar el mundo por esto, lo que se busca es tomar la palabra como pretexto y en realidad es todo para el vecino, la satisfacción de hacer algo por el otro sin esperar nada a cambio y sin siquiera conocer la cara del otro.

-¿Qué es lo que más te sorprende?
-Si bien es un movimiento que lo empiezo yo, es algo que no me deja de sorprender constantemente. En la página del Facebook ya superamos los 40.000 seguidores, lo cual es un efecto multiplicador de los tiempos en los que vivimos.
Y creo que los chicos son los que más me sorprenden. Ver la iniciativa que tienen, cómo se enganchan. Trabajamos en los barrios periféricos de Tucumán realizando talleres con los chicos para después salir a pintar sus frases en las paredes, también en los colegios, donde son ellos los que le piden a sus docentes hacer la movida con nosotros. Es increíble y te reconforta.

-Tratan de que la política no esté relacionada al movimiento, pero lo que hacen ¿no termina siendo política también?
-Lo primero que establecemos como regla es nada de política ni religión, totalmente inclusivo para todos, es un movimiento abarcativo desde su contenido.
Sé que en una sociedad todo es política, pero la diferencia que nosotros queremos marcar es con aquella política que está en el imaginario social, no queremos relacionarnos con funcionarios ni con dinero que venga de los municipios. De hecho nosotros nos financiamos con nuestra propia plata y con donaciones de pintura que pueden hacer los vecinos, no aceptamos donaciones de dinero. Si bien sabemos que desde la provincia se organizaron con algunas asociaciones barriales paseos por los murales para que todos vean lo hecho, nosotros no participamos de eso.
Ojo, no nos parece mal que lo hagan, el reconocimiento siempre es bueno, permite que se difunda un poco más lo que hacemos, pero es siempre iniciativa de otros. Nuestro rol es únicamente pintar las paredes con frases que dejen pensando o le saque una sonrisa al vecino.

-La idea es acercar el género a aquellos que tal vez nunca leyeron una poesía…
-Y sí. De hecho Armando Alanis comenzó en México esto al observar que las editoriales ya no imprimían buenas cantidades de sus ejemplares, además a las grandes cadenas económicas no les interesa mucho la poesía. La oferta que hay en las librerías actualmente es casi nula. Entonces decidió acercar la poesía a los espacios comunes del vecino y lo que pasa es que los vecinos están orgullosos de que su barrio y su ciudad tenga más poesía. Hay una lectura equivocada de que la poesía es sólo para intelectuales cuando las reacciones más comunes que recibimos son del tipo “Gracias, me dieron ganas de escribir”.

-¿Qué se pretende con cada frase?
-Es muy mágico lo que cada uno de los textos produce en la gente, la mirada de la gente completa el hecho artístico. Así como hay frases que a muchos les puede llegar a parecer una pavada, la misma cantidad de gente te dice “me llegó al alma”. Todo depende de cuál es la fotografía de tu vida en ese momento, si tu mujer te dejó y lees “Te extraño en palabras” lo más probable es que te sientes en el cordón a llorar.

AUNO-18-06-13
DD-AG

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